En holos-lotus siempre encontraremos innumerables formas de aprender a crecer, reflexionar, motivarnos y mucho más. @damarysvibra nos guía a través de iniciativas en el camino de reconocer quiénes somos, qué es lo que queremos y a dónde deseamos llegar. Esta vez nos invita a reflexionar acerca de nuestra paciencia y nos hace cuestionarnos si la tenemos, y en qué medida somos pacientes, o si por el contrario nuestro carácter es débil y nuestra paciencia brilla por su ausencia ¡Miren hice una rima!

Pueden compartir con nosotros sus reflexiones también. Lean la publicación que nos ofrece @damarysvibra aquí

¿Tengo paciencia?

Yo diría que sí. En diferentes situaciones que me ha presentado la vida, siento que mi postura ha sido la se ser paciente y esperar los buenos resultados. Con esto no quiero decir que me achante y me siente a esperar que las soluciones vengan volando a mí, sin embargo, creo que se esperar. Eso desde el punto de vista de saber aguardar a que llegue mi turno en algo. Por ejemplo, no me desespera esperar a ser atendida en una consulta, o hacer una cola (tampoco es que me gusten, es solo que las aguanto calladita). Sé esperar mi turno en un juego de mesa cuando el contrincante se toma un tiempo eterno en decidir que palabra poner en Scrabble, o cuántas propiedades comprar en el Monopoly, mientras los demás se comen las uñas impacientes. Se esperar tranquila a que la carretera se termine y pueda llegar a mi destino, así sea un viaje de 14 horas en autobús. Se esperar cuando sé que al final está la meta y también me acompaña la paciencia cuando no se ve muy cerca la solución. Me gusta confiar en que tarde o temprano lograré encontrar el resultado perfecto, me gusta confiar en mis habilidades o en las de quien me ofrece su ayuda.

Pero ¿Soy paciente en todo sentido?

Con mis 3 hijos me ha tocado ser más paciente de lo normal, y creo que muchas veces me han logrado sacar de mis casillas con su desorden, gritos, bochinche, peleas, aspavientos y pare usted de contar. Sin embargo no me dejo llevar mucho tiempo a la esquina del desespero, voy pego dos gritos o me quejo por unos segundos y me devuelvo a la zona de paz y me dejo arropar por la paciencia.

¿Cómo lo hago? ja,ja,ja,ja bueno, primero que nada, cuento hasta diez mientras respiro y me calmo. Luego intento explicarles lo mejor posible lo que espero de ellos, que por favor recojan sus zapatos y nos los dejen atravesados porque me tropiezo y puedo caerme (Soy cegata y si me colocan obstáculos que no tenía previstos me los llevo por delante) que por lo que más quieran no coman en la cama, las migas llaman a los insectos, además de que se ensucian muy rápido las sábanas, que no griten como locos cuando me van a llamar, me asusto mucho y creo que les ha pasado algo, que no se suban a la cama con los zapatos puestos, que esto, que lo otro, por favorcito. Y así voy esquivando el caos, o mejor dicho lo voy disipando con ayuda de mi amiga la paciencia.

Mi esposo me dice muchas veces, que le maravilla lo paciente que soy con nuestros hijos, y que de seguro el ya habría pegado cuatro gritos. Eso es verdad, él tiene menos paciencia y su truco es pasarme la pelota a mí. Por eso a veces las mamás somos las que aparecemos en las caricaturas con la zapatilla voladora en la mano. Pero hay buenas noticias, los niños crecen y ese caos va disminuyendo, tanto que muchos lo llegan a extrañar, así que una de las cosas que alimenta mi paciencia es disfrutar de las ocurrencias y travesuras de mis hijos, ya mañana serán anécdotas que atesoraré en mi memoria.

Tengamos paciencia, todo pasa:

A veces la vida nos presenta situaciones que nos hacen sentir desesperados o impacientes. Tanto en momentos felices, tristes o de amargura, la paciencia juega un papel importante. Si estás esperando una buena noticia, no desesperes, sabes que vienes, sabes que es un hecho. Entonces no te adelantes a los acontecimientos y disfruta cada instante de le llegada de esa buena nueva. Es cómo en un embarazo, que quisiéramos adelantar el tiempo para conocer al bebé, pero sabemos que necesita su tiempo para formarse y por eso debemos ser pacientes.

En el caso de las experiencias dolorosas, ser pacientes también nos ayudará a avanzar. No es mentira que muchas veces el dolor permanece, pero aprendemos a llevarlo de otra manera al ser pacientes y comprender los procesos por los que debemos pasar para superar lo sucedido. De igual forma ocurre con las discusiones y los malos entendidos. La paciencia nos permite analizar y sopesar el conflicto para verlo desde otra perspectiva. Dejarnos llevar por la impaciencia y actuar de forma impulsiva puede acarrearnos muchos problemas. No se trata de dejarlo pasar y hacernos los locos, se trata de darle chance a las emociones de aplacarse un poco, de dejar que el ego de tranquilice y luego afrontar la situación con otra mirada. No es igual observar las situaciones cargados de furia, que observarlas desde la sobriedad de la calma, y para dejar que llegue la calma hay que ser pacientes.

Tener paciencia da sus frutos, sin embargo, no es lo mismo ser pacientes que ser confiados. Mientras estamos en calma, mientras esperamos, mientras equilibramos nuestros sentimientos, también es importante estar pendientes de las señales que nos indiquen que ha llegado el momento de lo que estábamos esperando, o que ya la tormenta ha pasado y podemos seguir avanzando. No nos vaya a pasar como el que espera pacientemente a que el mango madure y luego cuando lo va a buscar descubre que se lo comió un pajarito ja,ja,ja.

Les cuento una anécdota sobre la paciencia que no tiene mucho que ver con este post:

Hace un buen tiempo decidimos hacer unas pizzas caseras y en aquel entonces solo contábamos con un pequeño horno eléctrico, en el que apenas cabía una pizza mediana. Era tanta nuestra determinación, que no nos importó tener que esperar a que se hornearán las pizzas una por una. Señores, al final de la tarde ya estábamos desesperados haciéndole la guardia al hornito. Pizza que salía, pizza que era perseguida. Pero era a los niños a quien había que servir primero, así que los adultos seguíamos a pie del cañón vigilando al pequeño horno, que con toda su paciencia cocinaba la siguiente pizza. Ese día la impaciencia fue la reina.

Este ha sido un excelente tema para conversar. Agradezco a @damarysvibra por todas estas iniciativas que nos hacen reflexionar y que incluso nos dejan muchos aprendizajes.

Gracias por visitar mis publicaciones, es algo que aprecio mucho.

Esta publicación es 100% producto de mis reflexiones, por ende es 100% original.

Las fotografías me pertenecen.

English version:

I greet you with appreciation, friends of this pleasant community, where spiritual growth is the food with which we are received every day.

In holos-lotus we will always find innumerable ways to learn to grow, reflect, motivate ourselves and much more. @damarysvibra guides us through initiatives on the path of recognizing who we are, what we want and where we want to go. This time it invites us to reflect on our patience and makes us question whether we have it, and to what extent we are patient, or if, on the contrary, our character is weak and our patience is conspicuous by its absence. Look, I made a rhyme!

You can share with us your reflections too. Read the publication offered by @damarysvibra here

I have patience?

I would say yes. In different situations that life has presented me, I feel that my position has been to be patient and wait for good results. With this I do not mean that I am achanted and I feel like waiting for the solutions to come flying at me, however, I think I can wait. That from the point of view of knowing how to wait for my turn to do something. For example, I don't get desperate waiting to be seen in a query, or waiting in line (it's not that I like them either, it's just that I put up with them quietly). I know how to wait my turn in a board game when the opponent takes forever to decide what word to put in Scrabble, or how many properties to buy in Monopoly, while the others impatiently bite their nails. I can wait calmly for the road to end and I can reach my destination, even if it's a 14-hour bus trip. I know how to wait when I know that the goal is at the end and patience also accompanies me when the solution is not very close. I like to trust that sooner or later I will manage to find the perfect result, I like to trust my abilities or those of those who offer me their help.

But am I patient in every way?

With my 3 children I have had to be more patient than usual, and I think many times they have managed to drive me crazy with their disorder, shouting, bochinche, fights, fuss and stop counting. However, I don't let myself go to the corner of despair for a long time, I'll scream twice or complain for a few seconds and return to the zone of peace and allow myself to be clothed in patience.

How do I do it? ha ha ha ha well first of all I count to ten while I breathe and calm down. Then I try to explain to them as best I can what I expect of them, that they please pick up their shoes and leave them across for us because I stumble and I can fall (I am blind and if they place obstacles that I did not foresee I take them ahead) that at don't want to eat in bed, the crumbs call the insects, besides the sheets get dirty very quickly, they shouldn't scream like crazy when they're going to call me, I get very scared and I think something has happened to them, I don't get on the bed with your shoes on, that this, that that, please. And so I am avoiding the chaos, or rather I am dissipating it with the help of my friend patience.

My husband tells me many times that he is amazed at how patient I am with our children, and that surely he would have screamed four times by now. That's true, he has less patience and his trick is to pass the ball to me. That's why sometimes we moms are the ones who appear in cartoons with the flying shoe in hand. But there is good news, the children grow up and that chaos is diminishing, so much so that many come to miss it, so one of the things that feeds my patience is to enjoy the occurrences and pranks of my children, and tomorrow they will be anecdotes that I will treasure in My memory.

Let's be patient, everything happens:

Sometimes life presents us with situations that make us feel desperate or impatient. Whether in happy, sad or bitter moments, patience plays an important role. If you're waiting for good news, don't despair, you know you're coming, you know it's a fact. So do not get ahead of events and enjoy every moment of the arrival of that good news. It is like in a pregnancy, we would like to advance the time to meet the baby, but we know that it needs time to form and that is why we must be patient.

In the case of painful experiences, being patient will also help us move forward. It is not a lie that many times the pain remains, but we learn to deal with it in another way by being patient and understanding the processes we must go through to overcome what happened. The same happens with discussions and misunderstandings. Patience allows us to analyze and weigh the conflict to see it from another perspective. Getting carried away by impatience and acting impulsively can lead to many problems. It's not about letting it go and playing crazy, it's about giving emotions a chance to calm down a bit, letting the ego calm down and then face the situation with another look. Observing situations full of fury is not the same as observing them from the sobriety of calm, and to allow calm to come, you have to be patient.

Having patience pays off, however, being patient is not the same as being trusting. While we are calm, while we wait, while we balance our feelings, it is also important to be aware of the signs that tell us that the time has come for what we were waiting for, or that the storm has passed and we can continue moving forward. It is not going to happen to us like the one who patiently waits for the mango to ripen and then when he goes to look for it he discovers that a little bird ate it ha, ha, ha.

I'll tell you an anecdote about patience that doesn't have much to do with this post:

Some time ago we decided to make some homemade pizzas and at that time we only had a small electric oven, which barely fit a medium-sized pizza. So determined were we that we didn't mind having to wait for the pizzas to be baked one by one. Gentlemen, by the end of the afternoon we were already desperate guarding the little oven. Pizza that came out, pizza that was persecuted. But it was the children who had to be served first, so we adults continued at the foot of the canyon keeping an eye on the small oven, which with all its patience cooked the next pizza. That day impatience was queen.

This has been a great topic to talk about. I thank @damarysvibra for all these initiatives that make us reflect and even leave us with many lessons.

Thank you for visiting my publications, it is something that I appreciate very much.

This publication is 100% the product of my reflections, therefore it is 100% original.

The photographs belong to me.