Cada persona tiene su propio concepto sobre el perdón, se vuelve fácil pedir perdón de labios solo para salir del paso, la mayoría lo hacemos aún en las pequeñas faltas. Reconocer que necesitamos practicarlo requiere explorar nuestro corazón, conversar con nosotros mismos y entender que esa incomodidad latente en el corazón son los gritos de nuestra alma pidiendo liberación.
Por años muchas guardé las quejas, todas aquellas faltas de una infancia triste, donde mi corazón se quebró tantas veces y el odio creó una muralla muy alta que me alejó de mi padre.
Superar aquel episodio me llevo años, entender que ese odio me hacía daño, desprenderme de él fue aceptar que mi padre merecía una segunda oportunidad, llegar a ese instante donde las heridas de mi corazón dolían menos, dejar que mi padre se acercara, comprender que se equivocó, es el resumen de todo lo que deje atrás, soltar esa carga llamada odio que me ahogaba el alma y nublaba mis pensamientos.
La lucha por perdonar a otros es una batalla interna con tus propias emociones. Cuando llegas al punto de comprender que dar ese paso te ayuda a sanar las heridas emocionales, puedes sentir cómo el refrigerio entra a tu ser.

Everyone has their own concept of forgiveness, it becomes easy to pay lip service to forgiveness just to get out of the way, most of us do it even in the smallest of faults. Recognizing that we need to practice it requires exploring our heart, conversing with ourselves and understanding that this latent discomfort in our heart is the cry of our soul asking for liberation. For many I kept the complaints, all those faults of a sad childhood, where my heart broke so many times and hatred created a very high wall that kept me away from my father.
It took me years to overcome that episode, to understand that hatred hurt me, to let go of it was to accept that my father deserved a second chance, to reach that moment where the wounds in my heart hurt less, to let my father come closer, to understand that he was wrong, is the summary of everything I left behind, to let go of that burden called hatred that choked my soul and clouded my thoughts. The struggle to forgive others is an internal battle with your own emotions. When you come to the point of understanding that taking that step helps you heal emotional wounds, you can feel refreshment enter your being.