¡¡Dios te hizo maravillosa!

Contemplando en la mañana
la belleza de la rosa,
concluyo que de verdad
Dios te hizo maravillosa.

Sol mañanero en la piel
que en las mejillas desborda
en la alborada más fina
que conforma un par de motas.

Puso el oro en tu cabeza
que con trenzas te decora,
cuerdas de una sutil lira
con la canción en tu boca.

Dos delicados claveles
dulces en ti se conforman
en un himno matinal
que la primavera entona.

Esa bella simpatía
que cautiva y enamora
llega hasta lo más profundo
de quien te mira en la hora.

Como un canto de turpiales
en tu alma linda se entona
y verte y oír todo el día
es lo que en verdad provoca.

No hay duda, princesa linda,
que entre las cándidas rosas,
desde la misma mañana
¡¡¡Dios te hizo maravillosa!

God made you wonderful!!!

Contemplating in the morning
the beauty of the rose,
I conclude that truly
God made you wonderful.

Morning sun on the skin
that overflows on the cheeks
in the finest dawn
that forms a pair of specks.

He put gold on your head
that with braids decorates you,
strings of a subtle lyre
with the song in your mouth.

Two delicate carnations
sweet in you are shaped
in a morning hymn
that spring intones.

That pretty sympathy
that captivates and enamors
reaches the deepest depths
of the one who looks at you in the hour.

Like a song of turpals
in your beautiful soul is intoned
and to see and hear you all day long
is what really provokes.

There is no doubt, pretty princess
that among the candid roses,
since the very morning
God made you wonderful!

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