Matsuo Bashō y el viaje por el instante: el haiku
Con frecuencia leemos a usuarios que ofrecen haikus en esta plataforma. Y me pregunto: ¿habrán leído a Matsuo Bashō, el gran maestro del haikú (o haikai)? Lo que sería un prerrequisito cuando se trata de abordar una forma literaria, y esta en particular. Una buena reseña acerca del haikú pueden encontrarla aquí.
Escribo este post sobre Bashō aprovechando su fecha de muerte: el 28 de noviembre de 1694 —es decir, hace 330 años—, pero, sobre todo, para volver a atraer el interés en él y en su gran aporte a la poesía universal y al espíritu. Tengo la idea que ya he escrito sobre Bashō, pero no logro ubicar el post, o quizás lo soñé, como en el sueño de Chuan-Tzú. O han sido intentos que se han difuminado en ejercicios poéticos u otras publicaciones, como la que hice acerca de otro poeta japonés cultivador de haikú, Kobayasi Issa (ver aquí).
Existió en la anterior plataforma (Steemit) una comunidad a la que me adscribí y con la que me sentí muy identificado, #bananafish, que tenía un reto semanal de sumo interés para mí, el cual consistía en escribir ejercicios de haikús; se llamaba "Mizu no oto". Recuerdo que una de mis participaciones consistió en recrear el famoso haikú de Bashō: "Un viejo estanque / salta una rana / ¡plof!". Escribí esa vez: "El cielo está / todavía en el agua / La rana no ha saltado" ("The sky is / still in the wáter / Frog hasn't jumped"), y fue ganador (ver enlace).
Todo esto no lo hago con sentido egotista, sino para resaltar la valoración de Matsuo Bashō, de quien no haré reseña biográfica (existen unas muy buenas, como la de la referencia dada arriba) ni me detendrá a teorizar sobre el haikú (también hay excelentes trabajos al respecto; dejo uno en las referencias). Sólo indicaré que fue un viajero en su tierra, y producto de esos viajes por el Japón de hace tres siglos, en su encuentro con la naturaleza, con la vida humilde, surgieron muchos de sus haikús, escritos (es decir, dibujados, pues la escritura japonesa antigua es ideogramática) en sus diarios. A ellos quisiera referirme someramente en este post.
Tengo el privilegio de conservar la traducción hecha por un poeta venezolano, Orlando Barreto, de dos de los diarios de Matsuo Bashō, que reunió en un libro editado en 1994, bajo el título De la intemperie a la cabaña. Como dice el poeta-traductor, puede asumirse en el sentido inverso también, pues Bashō parte de su cabaña, a la que se había retirado, en un viaje a la intemperie, pues va "sin provisiones para el camino y solo la luna para mi consuelo", y vuelve a aquella. Lamentablemente, no tengo acceso a una edición digital de esa afectuosa traducción.
En los diarios de esos viajes, Bashō va intercalando sus haikús, pues, como ya se sabe, estos son, como él mismo los definió, "lo que está sucediendo en este lugar, en este momento" ("aquí y ahora"), en esa condensación de la brevedad, la levedad y la profunda sencillez que los conforma, bajo la influencia filosófica y espiritual del budismo zen y el taoísmo. De la traducción referida daré algunos fragmentos de ambos diarios a continuación.
De Nozarashi (A la intemperie), algunos haikús:
Ruge el viento
sobre los cedros milenarios
Noche sin luna
Olor de orquídea
esparce dulcemente
esta mariposa
Lentamente lavo
el polvo de este mundo
Gotas de rocío
Sobre la tumba
se acumulan los años
Hierbas perennes
Al final del penoso viaje
aún vivo
Atardecer de otoño
Sobre la blanca amapola
ha dejado sus alas
la mariposa
Como puede observarse (aunque en la versión del japonés al español, se vea obligado el traductor a hacer algunas transgresiones de la estructura silábica: 5 - 7 -5), "compone" Bashō, desde la experiencia del instante en su viaje, sutiles expresiones del espíritu creador, que se alimentan de su observación de la naturaleza en el tiempo.
De Notas de la cabaña Genju, dos fragmentos:
Cuando el sol toca la cresta de la montaña y el silencio nocturno toma lugar en ella, yo aguardo la luna, que por compañía me da mi sombra; y bajo la lumbre de la lámpara, que me dobla en un pálido reflejo, me absorbo en mis pensamientos.
No hay nada que me prive para siempre del disfrute de los placeres de la soledad, ni nadie que me impida mis vagabundeos por montes y valles. (...) a la merced de vientos y nubes me puse a cantar las sensaciones que suscitan las flores y los pájaros, e hice de este medio el sustento de mi existencia (...) Mas, este mundo ¿no es un tránsito de ilusiones? Al cabo de estas meditaciones, me acosté a dormir.
Para cerrar les dejo el último haikú, según se dice, escrito por Bashō poco antes de su muerte:
Enfermo en el lecho
En sueño, viajo
por los páramos yermos
Referencias:
Bashō, Matsuo (1986). Haikú de las cuatro estaciones. España: Miraguano Ediciones
Bashō, Matsuo (1994). De la intemperie a la cabaña (Introducción, notas y traducción: Orlando Barreto). Yaracuy (Venezue4la): Ediciones La Oruga Luminosa.
https://elvuelodelalechuza.com/2018/01/28/los-haikus-de-matsuo-basho-o-la-eternidad-en-el-instante/
https://akimonogatari.es/%E2%80%8B5-trucos-escribir-haiku
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