Hölderlin, o el delirio de la poesía
Muchos han sido, y seguirán siendo, los poemas y reflexiones acerca de la poesía. Modestamente, yo he escrito varios posts acerca de tan vívido y complejo tema.
Hace unos días quise escribir acerca del gran poeta alemán Friedrich Hölderlin, al ser el 20 de marzo día de su nacimiento, hace 255 años (en 1770), y aprovechar el Día Internacional de la Poesía (21 de marzo) para hacerlo. Sin embargo, las circunstancias de interrupción del servicio eléctrico y de conexión a internet –pan nuestro de cada día en la Venezuela actual– truncaron ese propósito, que hoy trato de resarcir.

Hölderlin, con Novalis, quizás sean los más representativos poetas del Romanticismo alemán, y de los más importantes del movimiento romántico en general (sobre este asunto he escrito y publicado varios posts en la plataforma anterior, pero los enlaces no abren). Además, es un poeta y dramaturgo que ha tenido una especial valoración en la filosofía; fue uno de los apreciados por Friedrich Nietzsche, y sobre él Martin Heidegger, uno de los principales filósofos del siglo XX, escribió ensayos como “Hölderlin y la esencia de la poesía” (1916).
Este título del ensayo de Heidegger nos da pie para realzar uno de los aspectos de la poesía de Hölderlin, y es la reflexión poética. Vivió momentos muy contradictorios en su vida —no podría ser de otro modo–: la decepción ante la Revolución Francesa y el terror que impuso, su desequilibrio emocional y mental, que lo condujo a estar recluido durante un tiempo en una clínica mental en Turinga (1806), y luego alojado por una familia amiga, desde 1807 hasta su muerte en 1843.
En la obra de Hölderlin destacan sus elegías. En ellas está la famosa elegía “Pan y vino”, a la cual quiero referirme en su aparte 7.
¡Pero llegamos demasiado tarde, amigo! Sin duda, los dioses
aún viven, pero encima de nuestras cabezas, en otro mundo.
Allá obran, sin cesar, sin ocuparse de nuestra suerte.
¡Tantos nos cuidan los inmortales! A menudo
un frágil navío no puede contenerlos, y el hombre
no soporta más, que por instantes la luz divina.
Después la vida no es soñar con ellos, pero el error
es útil, como el estar dormido, y las necesidades
y la noche nos dan fuerza
(…)
Yo no lo sé, ¿y para qué poetas en tiempos de miseria?
Pero, me dices, son como los santos sacerdotes del dios del vino
que de una tierra vagan a otra tierra en la noche sagrada.
El carácter originalmente divino (religioso, en el sentido amplio) de la poesía está completamente recogido en este poema de Hölderlin, en el que se condensa ese sentido que nos permite sentir lo sagrado de la poesía.
Los dioses nos han abandonado, y los humanos habitan en medio de un mundo de penuria. Y la voz poética se plantea —nos formula— una pregunta radical: «¿para qué poetas en tiempos de miseria?» (aciagos, como se dice en otra traducción). Su destino parece ser errar y cantar, como Dioniso, entre el éxtasis espiritual y la tragedia.
Referencias:
Hölderlin, Friedrich (1980). Las grandes elegías (1800-1801). España: Ediciones Peralta.
https://es.wikipedia.org/wiki/Friedrich_H%C3%B6lderlin
https://descargarlibrosenpdf.wordpress.com/wp-content/uploads/2017/05/holderlin-friedrich-poesia-completa-edicion-bilingue.pdf





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Gracias amigo por iluminarme acabo de leer el ensayo.
Gracias a ti por la visita y la generosa valoración. Saludos, @greta28.
@commentrewarder
Estimado @josemalavem, gracias por hablar de este Autor al que no conocía. El texto que comparte habla muy bien de la calidad de este Poeta.
Afectos.