150 años del escritor argentino Leopoldo Lugones
Con mucha facilidad se celebran o conmemoran en nuestros países las fechas de héroes militares o figuras políticas (ahora de cantantes y deportistas). Tiende a desconocerse o relegarse la de civiles que han aportado desde su arte o ciencia al desarrollo de la cultura de un país o de la humanidad. Esta reflexión la hago pensando en tantos escritores y artistas (en el sentido pleno del arte, no en el farandulero), cuyos aniversarios (de nacimiento o muerte) no son tomados en cuenta. Espero que no sea el caso en Argentina a los 150 años del natalicio del escritor Leopoldo Lugones, quien naciera en la provincia de Córdoba el 13 de junio de 1874.
Jorge Luis Borges, indudablemente uno de los escritores de habla hispana de mayor universalidad, reconocía en Leopoldo Lugones a un maestro, y llegó a decir que era el primer escritor argentino y uno de los primeros de la lengua. Doy esa referencia para enaltecer el valor de Lugones, quien también escribió cuentos, que se consideran precursores de la cuentística posterior (Borges, Bioy Casares, Cortázar).
No me extenderé en hablar de él, pues ya lo hice en un post que publicara a comienzos de año (si estás interesado, puedes leerlo abriendo el siguiente enlace).
Quiero en esta ocasión solamente reproducir uno de los poemas suyos que más me gustan, a lo que añadiré un pequeño comentario.
La blanca soledad
Bajo la calma del sueño,
calma lunar de luminosa seda,
la noche
como si fuera
el blanco cuerpo del silencio,
dulcemente en la inmensidad se acuesta…
Y desata
su cabellera,
en prodigioso follaje
de alamedas.Nada vive sino el ojo
del reloj en la torre tétrica,
profundizando inútilmente el infinito
como un agujero abierto en la arena.
El infinito,
rodado por las ruedas
de los relojes,
como un carro que nunca llega.La luna cava un blanco abismo
de quietud, en cuya cuenca
las cosas son cadáveres
y las sombras viven como ideas.
Y uno se pasma de lo próxima
que está la muerte en la blancura aquella.
De lo bello que es el mundo
poseído por la antigüedad de la luna llena.
Y el ansia tristísima de ser amado,
en el corazón doloroso tiembla.Hay una ciudad en el aire,
una ciudad casi invisible suspensa,
cuyos vagos perfiles
sobre la clara noche transparentan,
como las rayas de agua en un pliego,
su cristalización poliédrica.
Una ciudad tan lejana,
que angustia con su absurda presencia.¿Es una ciudad o un buque
en el que fuésemos abandonando la tierra,
callados y felices,
y con tal pureza,
que sólo nuestras almas
en la blancura plenilunar vivieran?…Y de pronto cruza un vago
estremecimiento por la luz serena.
Las líneas se desvanecen,
la inmensidad cámbiase en blanca piedra,
y sólo permanece en la noche aciaga
la certidumbre de tu ausencia.
Como apuntáramos, y es sabido, la luna es quizás la figura central del imaginario poético de Lugones, convirtiéndose así en una suerte de arquetipo personal, aunque lo ha sido para otros escritores y en el imaginario general. No es casual que su principal libro, así considerado por la crítica, sea Lunario sentimental (1909), anterior al que pertenece este poema: El libro fiel (1912). Diría, fiel a la luna y al (des)amor, que marcaron su vida hasta su suicidio.
Este poema está signado por el carácter taciturno e ilusorio (visionario) de casi toda su obra. La luna es, de entrada, la imagen de la soledad, como lo sintetiza la metáfora del título. En una atmósfera muy propia de la creación poética, y de la de Lugones en particular, la visión es la del sueño (más bien, la de la ensoñación). Desde allí se recrea la presencia anímica de la noche, como si fuera una mujer ("dulcemente en la inmensidad se acuesta / y desata / su cabellera"). Asistimos a una reflexión poética acerca del tiempo y la infinitud frente a él. Y la luz de la luna se abre como un "blanco abismo", donde la muerte y la soledad amorosa casi se equivalen. Colmado por ese en-sueño, la voz poética nos presenta, en una imagen visual casi surreal (incluso plástica o cinematográfica), la vislumbre de una ciudad que se ofrece como alucinación o utopía (lo que es casi igual). Por supuesto, todo termina en una desilusión terriblemente real (la "blanca piedra", ¿el techo?) y la única certeza: la soledad.
Referencias:
Antología de la Poesía Hispanoamericana Moderna I (1993). Caracas: USB Equinoccio - Monte Ávila Ediores Latinoamericana.
https://es.wikipedia.org/wiki/Leopoldo_Lugones
https://www.poeticous.com/lugones/la-blanca-soledad?locale=es
https://trianarts.com/recordando-a-leopoldo-lugones-la-blanca-soledad/#sthash.Bg40cLSz.dpbs
Aquí un enlace para descargar cuentos de Lugones.
Coincido totalmente con usted y espero que de quienes depende fomentar y enaltecer a estos próceres, se acomoden a la actualidad tecnológica y ahonden en la posibilidad, de dar a conocer a dichos autores, muchas veces olvidados, apalancándose de las nuevas herramientas.
Gracias por traer a estos autores tan emblemáticos y de una manera magistral, como solo usted lo puede hacer.
Un abrazo, desde Argentina.
Gracias por tu visita y comentario, @palabras1. Ojalá así sea. Saludos.
Preciosa tu exposición y el texto que citás, no conocía y me gustó mucho. Soy bastante durito para la poesía. Es algo que nunca pude sentir o apreciar, pero no lo desmerezco por el contrario admiro a los que pueden. Voy a descargar algo para tener en el teléfono para los viajes largos!
Gracias por compartir y participar en la comunidad!
Agradecido por su atención. Saludos, @cre47iv3.
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No conocia a Lugones...que bueno que dar a conocer su obra y la resaltas como merece....
Gracias por tu visita, @pinero.