Hacer las cosas de corazón

Les comparto un par de fotos de la misa de ayer que me parecieron simplemente fenomenales, entre tantas cosas me inspiran el título de este pequeño escrito, pues, cuando hacemos las cosas de corazón todo nuestro ser lo transmite, lo que resulta esencial para la vida del ser humano, puesto que cuando lo que nos mueve es la obligación, el interés, el miedo o tantas otras cosas, resulta que lo que transmitimos no es lo mismo. Es lo que sucede cuando, por ejemplo, un joven se gradúa en una profesión no por gusto sino para agradar a unos padres con sueños frustrados en esa especialidad.

Esto lo digo con propiedad porque además de que procuro estar siempre a gusto en lo que hago, las personas con las que comparto también lo están y esto es maravilloso de hecho es lo que siento debemos procurar construir con los demás en medio de las diversas actividades que realizamos, porque también estoy convencido que gran parte de la felicidad de la que podemos disfrutar radica en el ambiente humano que creamos a nuestro alrededor y las relaciones que construimos con los demás, que la energía que transmitamos sea lo más pura, sincera, hermosa y bonita posible.

De hecho, es por esta vía que hoy en día podemos hacer llegar de manera más efectiva el mensaje que queramos, pues, es la época de las imágenes, lo cual junto al hecho de que la sensibilidad es el vehículo por el cual inyectamos información a nuestro ser, nos da la fórmula mágica para llegar a donde queramos.

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