Evitando la soledad y el rechazo [Esp - Eng]
Después de muchos años tuve que aceptar que hice todo lo posible para no estar sola.
Volví el tiempo en mi mente a donde todo empezó y me vi de cinco años en el tercer nivel de preescolar. La maestra me hacía sentir diferente en el aspecto negativo. Me decía que era la mas torpe del salón y que haría desastres cuando ingresara a primaria, yo solo bajaba mi cabeza y quedaba en silencio soportando la vergüenza.
Luego miraba de reojo al otro niño que era como yo y el me dirigía una mirada ausente. Jamás hablaba, sólo me hacía compañía en la tristeza. Un día jamás regresó, no sé que pasó con él.
Nunca me sentí tan sola en el preescolar. Todas las actividades que yo no podía realizar a causa de mi salud o mi religión me hacían estar mas aislada. Sin embargo tengo recuerdos felices ese lugar y creo que esos pequeños momentos me daban esperanzas de ser feliz al entrar en primer grado.
Fuente Pixabay.
Fui la única niña que salió leyendo y escribiendo y eso me hizo mas sencillo mi primer año de primaria; era la mejor de la clase. Tuve en relativo tiempo de tranquilidad en la que me sentí muy feliz hasta que ingresaron unas niñas que se encargaron de que no tuviera ningún amigo.
A partir del segundo grado tuve consciencia de que tenía que hallar una manera de como encajar y poder derrumbar el muro que habían construido alrededor de mí. Se me hizo muy difícil poder derrumbarlo y mas aun cuando el profesor de cuarto se puso en contra de mí. El ignoraba las acciones de abuso de mis compañeros hacia mi persona porque no soportaba la religión de mis padres.
Lo único que le agradezco es que se dio cuenta que mi vista tenia problemas y su insistencia llevó a que mis padres me llevaran al oftalmólogo. A partir de allí use lentes y eso acentuó el rechazo.
Con el tiempo ni situación no mejoró sino empeoró cada vez más. Agradezco que me ahorraron un año de sufrimiento al saltar me quinto grado por estar muy avanzada.
En casa por otro lado, el ambiente era un bálsamo para mí. Me tomaba un descanso del rechazo y soledad del ambiente escolar. Los problemas de casa eran muy insignificantes en comparación y tuve experiencias muy gratificantes. Pero dentro de mí había un deseo desesperado de aceptación y eso no curó y formó parte de mi personalidad en la adolescencia.
Cuando comencé la secundaria fue relativamente igual un amigo que otro de manera temporal, pero todos terminaban alejándose de mí. También comenzó a ocurrir fuera de la institución; en los círculos sociales donde antes me desenvolvía con total normalidad. Hacía de todo por encajar, pero era inútil. Creo que olían mi desesperación junto a mi sufrimiento y se alimentaban de ella.
Intenté bajar de peso, pero no podía. Mi ansiedad me hacía comer más. Me hice sumisa y manipulable muchas veces para que me dejaran en su grupo. Pero eso destruía más mi autoestima. Odiaba lo que veía en el espejo. Pensaba por qué no podía ser diferente, porque había nacido con ese cuerpo o esa personalidad. Ese auto flagelo me carcomía, y resquebrajaba mi ser.
Fuente Unsplash.
Ahora entiendo que muchas veces es que trataban de sentirse mejor consigo mismos, que querían ser tan sobresalientes como yo en clases, o querían padres que los amaran como yo tenía a los míos. En el proceso en dañaban a mí, pero no les importaba. Las personas pueden ser muy crueles.
Ya finalizando secundaria me fue mejor, tuve algunos grupos de amistades con las que me llevé bien en cierta manera. Pero como todo ciclo tóxico repite, yo infligí ese daño a algunas personas. Eso no me hizo sentir mejor ni más importante pero no podía dejar de hacerlo, lo hacía porque me lo hicieron y para sentirme aceptada. Por suerte pude detenerme antes de que fuese demasiado tarde. Pude entender que eso no importaba si destruía a las personas, como lo habían hecho conmigo.
Fuente Pixabay.
Al graduarme de bachiller tuve un tiempo de soledad forzada. La espera para entrar a la universidad se me hizo muy larga y muy poco en aquel año salí a reuniones por causas ajenas a mí. "Por lo menos no es la gente que me evita" me decía cada vez que veía el techo de mi habitación. Estaba más que decidida a que la universidad fuera distinta o así traté de mentalizarlo en ese tiempo.
Creo que logré el objetivo de manera parcial, porque, aunque tuve cierto grado de aceptación, no me di cuenta que era con aquellos que los círculos sociales había rechazado. Teníamos nuestro propio mundo con el tratábamos de sentirnos cómodos. En aquel hueco, aunque nos unía las mismas líneas de pensamientos e inclinaciones también había desprecio, envidia, calumnia y la lucha por sobresalir.
Muchas mujeres éramos tratadas como objetos y creo que lo permitíamos para no salir de esa zona de confort. Se veía mucho que varios se acostaban con la misma chica solo por diversión. Las que querían tenían drogas y alcohol gratis. Era todo un caos, recuerdo las experiencias amorosas fallidas, llenas de malos tratos y falta de comprensión. Quería salir de aquella espiral, pero recaía cada vez.
Fuente Pixabay
Cuando salí de la universidad buscando un cambio, tuve una de las relaciones más tóxicas de mi vida; había caído otra vez. Fue algo intermitente que duró mucho tiempo, pero de manera curiosa, me hizo conocerme más. Pude ver lo malo y lo bueno de mí y me hizo corregir mucha de mis actitudes negativas.
Entré a otra institución universitaria con su fantasma siempre presente y me hizo salir de situaciones apuradas. Quería decirle adiós, pero me costaba mucho despegarme, porque había aprendido tanto, que no consideraba el daño que me hacía; hasta que me di cuenta que había dominado por completo mi vida.
Decidí que debía cortar con ello, aunque doliera y lo vi como aquellos monstruos que me acosaron desde niña. Luché por un año y logré, cerré la puerta de esa parte de mí oscura, que por tantos años me había sumergido en dolor.
Fuente Unplash
Entré en un proceso de sanación y siento que todavía estoy en él. Estuve tantos años así que superar esas heridas no es fácil. Pero le he puesto mucho empeño a ello y siento que cada día avanzo, todo es un paso a la vez.
¿Quién diría que sucesos tan pequeños causaran grandes diferencias en mi vida? Esas personas ni lo recordarán, pero esos acontecimientos son muy vividos para mí. Muchos deberíamos ir a terapia para evitar dañar a los demás, porque al igual que los hechos negativos atraen otros; ese pequeño paso haría una gran diferencia y evitaría una eterna cadena de abuso, rechazo y soledad forzada.
Espero que les haya gustado mi publicación, pueden dejar sus comentarios y sugerencias al final de este post. Fue muy duro para mí escribir todo esto, pero ya me siento bien, para compartirlo. Nadie debería vivir lo que yo viví. Todos somos diferentes, maravillosos e importantes. Un abrazo, saludos.
El banner y los separadores fueron hechos por mí persona en Canva Pro.
English
Avoiding loneliness and rejection
After many years I had to accept that I did everything I could to not be alone.
I went back in time in my mind to where it all started and saw myself as a five-year-old in the third level of preschool. The teacher made me feel different in a negative way. She would tell me that I was the clumsiest in the class and that I would make a mess of things when I entered elementary school, and I would just put my head down and remain silent, enduring the embarrassment.
Then I would look sideways at the other boy who was like me and he would give me a blank stare. He never spoke, he only kept me company in my sadness. One day he never came back, I don't know what happened to him.
I never felt so lonely in preschool. All the activities that I could not do because of my health or my religion made me more isolated. However, I have happy memories of that place and I think those little moments gave me hope to be happy when I entered first grade.
Source Pixabay.
I was the only girl who came out reading and writing and that made my first year of elementary school easier; I was the best in the class. I had a relatively quiet time in which I felt very happy until some girls came in and made sure I didn't have any friends.
From the second grade on I was aware that I had to find a way to fit in and be able to break down the number that had been built around me. It became very difficult for me to tear it down and even more so when the fourth-grade teacher turned against me. He ignored the abusive actions of my classmates towards me because he couldn't stand my parents' religion.
The only thing I thank him for is that he realized that my eyesight had problems and his insistence led my parents to take me to the ophthalmologist. From then on I wore glasses and that accentuated the rejection.
As time went by, my situation did not improve but got worse and worse. I am thankful that I was spared a year of suffering by skipping fifth grade because I was too advanced.
At home, on the other hand, the environment was a balm for me. I was taking a break from the rejection and loneliness of the school environment. The problems at home were very insignificant in comparison and I had very rewarding experiences. But inside me, there was a desperate desire for acceptance and that did not heal and formed part of my personality in adolescence.
When I started high school, one friend was relatively the same as another temporarily, but they all ended up distancing themselves from me. It also began to happen outside the institution; in the social circles where I used to function normally. I did everything I could to fit in, but it was useless. I think they smelled my despair and suffering and fed off it.
I tried to lose weight, but I couldn't. My anxiety made me eat more. I made myself submissive and manipulable many times so they would leave me in their group. But that further destroyed my self-esteem. I hated what I saw in the mirror. I thought why couldn't I be different because I was born with that body or that personality. That self-scourge ate away at me and cracked my being.
Source Unsplash.
I understand now that a lot of times it was that they were trying to feel better about themselves, that they wanted to be as outstanding as I was in class, or they wanted parents who loved them like I loved mine. In the process, they were hurting me, but they didn't care. People can be very cruel.
By the end of high school, I did better, I had some groups of friends with whom I got along well in a certain way. But as every toxic cycle repeats, I inflicted that damage on some people. It didn't make me feel better or more important but I couldn't stop doing it, I did it because it was done to me and to feel accepted. Luckily I was able to stop before it was too late. I could understand that it didn't matter if it destroyed people as they had done to me.
Source Unsplash.
Upon graduating from high school I had a time of forced solitude. The wait to get into college was very long and I rarely went out to meetings that year for reasons beyond my control. "At least it's not people avoiding me" I would tell myself every time I saw the ceiling of my room. I was more than determined that college would be different or so I tried to mentalize it at the time.
I think I achieved the goal partially, because, although I had a certain degree of acceptance, I did not realize that it was with those that social circles had rejected. We had our world with which we tried to feel comfortable. In that gap, although we were united along the same lines of thoughts and inclinations there was also contempt, envy, slander, and the struggle to stand out.
Many of us women were treated as objects and I think we allowed it so as not to leave that comfort zone. It was common to see many of them sleeping with the same girl just for fun. Those who wanted to have free drugs and alcohol. It was chaos, I remember the failed love experiences, full of mistreatment and lack of understanding. I wanted to get out of that spiral, but I relapsed every time.
Source Pixabay
When I left college looking for a change, I had one of the most toxic relationships of my life; I had fallen again. It was on and off for a long time, but funnily, it made me know myself more. I was able to see the bad and the good in myself and it made me correct a lot of my negative attitudes.
I entered another university institution with his ghost always present and he made me get out of situations in a hurry. I wanted to say goodbye, but it was hard for me to let go, because I had learned so much, that I did not consider the damage it was doing to me; until I realized that it had completely dominated my life.
I decided that I had to cut it off, even if it hurt, and I saw it as those monsters that harassed me since I was a child. I fought for a year and I succeeded, I closed the door of that dark part of me, that for so many years had submerged me in pain.
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I went into a healing process and I feel like I'm still in it. It was so many years like this, that overcoming those wounds is not easy. But I have put a lot of effort into it and I feel that every day I am moving forward, everything is one step at a time.
Who knew that such small events could make such a big difference in my life? Those people won't even remember it, but those events are very vivid for me. Many of us should go to therapy to avoid harming others, because just as negative events attract others; that small step would make a big difference and avoid an eternal chain of abuse, rejection, and forced loneliness.
I hope you liked my post, you can leave your comments and suggestions at the end of this post. It was very hard for me to write all this, but I feel good now, to share it. No one should live what I lived. We are all different, wonderful, and important. Best regards.
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Es muy difícil lo que has vivido amiga. Es algo que lamentablemente muchas personas han vivido.
No todos tienen la valentía de contarlo y por eso se les hace más difícil superarlo.
Para una madre, aunque es doloroso leer estas cosas es de gran ayuda, para tomarlo en cuenta con sus propios hijos.
A veces somos hirientes con nuestros hijos diciéndoles palabras tan fuertes, como "todo lo haces mal" me culpo de haberlo hecho muchas veces y lo he pagado con creces, mi hija mayor no le ha ido bien en la vida.
Pero ahora tengo dos hijas más pequeñas y bueno espero les valla mejor.
Tus palabras me retumban en la cabeza, pensando si algo así, también le pudo ocurrir a mi hija.
Gracias a Dios, ya estás sintiendo mejoría en tus relaciones con los demás.
Te deseo lo mejor del mundo. Cada quien es diferente y claro que eres muy valiosa, el físico no lo es todo. Igual eres muy bonita.
Dios te bendiga.
Sí fue bastante difícil, pero mientras hay vida hay esperanza y después de muchos años duros, uno se hace más fuerte y toma el paso de sanar. Yo perdoné a todas aquellas personas que me hirieron. No fue de un día para otro, pero lo logré. Espero que tu hija mayor pueda sanar y seguir adelante. Antes sentía que no tenía nada y ahora tengo una pequeña familia y me siento mejor conmigo misma. Puedo tener días tristes, pero el Creador me ayuda en todo momento y me da ánimos para seguir. Gracias por comentar y por tus hermosas palabras. Deseo para ti y para tu familia lo mejor: sanidad emocional y física, perdón, éxitos y bendiciones de lo alto con mucho cariño❤️
Tus bendiciones son bien recibidas amiga.
Que bueno que ya no guardas esos sentimientos de rencor en tu corazón. Ves que así estás mejor.
Viviendo un día a la vez, confiando en Dios venftan días mejores si nos lo proponemos.
Feliz vida.
Yay! 🤗
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Thanks :)
La etapas donde más fuertes "psicologicamente" (porque también puede ser física) es la de niñ@ y adolescente.
He visto el bullying hacia otros compañeros y han intentando hacerlo mismo conmigo, lo que narras está a un nivel más alto a lo que he llegado a presenciar en persona, aunque es curioso conocer esa etapa que viviste desde un punto de vista femenino.
Lo que ocurrió conmigo es que por algún tiempo tuve los mismos compañeros y por eso era c da vez más extrema la violencia verbal y el rechazo. Cuando me cambiaba de institución, no sé porqué, detectaban en mi vulnerabilidad ( y era susceptible ciertamente) entonces el ciclo tóxico se repetía. Creo que me acostumbré y eso fue lo malo, por eso llegué a la universidad tan rota y escogí personas igual de rotas que yo como amistades. Las palabras crueles hacen tanta mella en almas sensibles que terminan forjando baja autoestima y eso trae consigo más y más dolor e incluso pensamiento suicidas. Debí hablarlo y ese fue mi mayor error no lo hice, también debí ir a terapia, quizás no hubiese padecido tanto.