Anteriormente...

Tomás se sorprendió de ver a Ana justo en ese momento, lo único que salió de su boca fue un: ¿que haces tu aquí? ¿Cómo conseguiste mi casa?

Ana se preguntó a sí misma qué estaba haciendo ahí, sin pensarlo salió directo del hospital a la casa de Tomás, su dirección fue fácil de conseguir, estaba en la factura de las compras de los insumos médicos, casi por inercia sintió la necesidad de ir, de verlo, pues estaba tan agradecida, pero ahora que lo vió, estar ahí parada en aquella enorme casa, no tenía mucho sentido.

Era tarde debía responder algo. Quería agradecerte personalmente por lo que hiciste ayer por mi –dijo finalmente Ana– ayer debia llevar esas cosas con urgencia, y si no las hubieses comprado por mi, probablemente no habría podido hacerlo, estaba un poco aturdida...

Lo noté –interrumpió Tomás rapidamente– pero pensé que simplemente eras muy despistada, pues casi nos matas a todos.

Oh, respecto a eso lo siento tanto, lo único que quería era llegar rápido al hospital. –respondió Ana.

Si, no te preocupes ya pasó, no debiste venir a agradecer y mucho menos a disculparte –dijo Tomás amablemente– los errores se perdonan por si solos cuando estamos viviendo una situación complicada.

Esta era la primera vez que Tomás trataba a alguien amablemente, pensaba que la única manera de ganar el respeto de otros era siendo frío y pedante, era algo nuevo para él, y le agradaba como se sentía. En ocasiones el respeto queda a un lado, y esta era una de ellas, cuando vez un alma rota que necesita un hombro donde poder llorar, no importa quien sea, tu sientes que debes ser ese hombro.

Esta bien, mi nombre es Ana –dijo tímidamente– fue un placer conocerte, espero no volver a encontrarte como lo hice ayer, podría ser peligroso.

Tomás sonrió y dijo – Ana yo me llamó Tomás, y espero que todo mejore para ti pronto.

Ana se fue de ahí, un poco más tranquila y ckn una extraña sensación que ya conocía, pero que simplemente decidió ignorar. Por otro lado Tomás vio esa visita como un verdadero regalo, pasó el día sonriendo pensado en la conversación que había tenido esa mañana con Ana. A la mañana siguiente, salió como de costumbre a trabajar, tenía mucho que explicar y demasiado trabajo pendiente, así que sería un día estresante para el.

No podía concentrarse no paraba de pensar en Ana, eso era algo nuevo, y no, no se lo permitiría pues, necesita concentrarse para hacer bien su trabajo, así que intento hacer lo que mejor hacía bloquear aquel bonito sentimiento, con ira, ese día fue más largo que nunca, pero pensar en Ana no era algo que estaría en sus planes nunca más, aquella chica estaba llena de caos, y el era el ser humano más organizado del mundo.

Ana por su parte, no podía parar de pensar en el, en lo amable que había sido y en lo preocupado que se veía el día que llevó su bolso al hospital. Pasaron los días y poco a poco dejó de pensar en el, en Tomás. Tenía muchas cosas por hacer y Sonia cada día empeoraba más, su cerebro se deteriorada cada día más, y ya no era capaz de reconocer a Ana, además de que llevaba muchos días sin hablar. Esto le rompía el corazón a Ana, pero con amor se quedaba cada noche sosteniendo sus manos.

Habían pasado semanas, y Tomás salió bastante tarde del trabajo de nuevo, el día había ido terrible, perdió varios clientes y eso lo tenía muy estresada, así que quería llegar rápido a casa, para poder relajarse un poco. Cuando esperaba pacientemente que el semáforo cambiara de color, la vio, era Ana de nuevo, iba a toda prisa en su bicicleta de nuevo se dirigía al hospital, Tomás sin pensar le dio al acelerador y se fue tras ella. Quizá necesita ayuda —pensó– sólo tomará unos minutos.

Cuando llegó al hospital, se sorprendió a sí mismo yendo directo a la habitación de Sonia, se detuvo rápidamente y se preguntó a sí mismo "¿que estoy haciendo? ¿por qué la seguí? Pensará qué estoy loco" y dio la vuelta para irse a casa, pero mientras caminaba chocó con fuerza con alguien, era ella Ana, de nuevo. Lo siento –dijo Ana– ¿Tomás? ¿Qué haces aquí?

Tomás avergonzado dijo - Solo pasaba por aquí ¿como estás? - Ana al ver un rostro conocido rompió a llorar, Sonia estaba muy delicada y los doctores le dijeron que no pasaría de esa noche. Entre lágrimas le explicó a Tomás lo que estaba ocurriendo y el, de forma natural e inesperada la abrazo con fuerzas y le dijo - Tranquila Ana, yo te acompañaré -.

Tomás pasó la noche en aquella fría habitación, sentado al lado de Ana, en silencio simplemente acompañandola, hasta que Sonia no pudo más y murió. El solo sostuvo su mano, y la ayudó con todo el papeleo, cuando se enteró de que no era su familiar, sino la madre de su mejor amiga, Tomás noto que Ana, era una de esas personas de las que había escuchado pero que nunca había conocido, una perdona de buen corazón.

Gracias por haberme acompañado, no hubiese podido hacer todo esto sola –dijo Ana– Sonia era, muy especial para mí pero sé que ahora ya no está sufriendo más.

Ella seguramente estaba muy agradecida contigo, hiciste un muy buen trabajo –dijo Tomás tratando de consolarla– las pérdidas son muy dolorosas, pero con el tiempo uno aprende a vivir con ellas.

De nuevo gracias –respondió Ana– creo que se hace tarde para que vayas a trabajar, yo me encargaré de lo demás sola.

Está bien, ten mi numero y por favor no dudes en llamarme si necesitas algo, lo que sea. Tomás se fue a trabajar, pero si mente estaba en otro lugar, preocupado por Ana, ella tenía su numero pero el no tenía el de ella, así que no podría saber nada a menos que Ana lo llamara. No podía evitar revisar el teléfono cada mituto, pero no lo llamó, no dejó un mensaje.

Al día siguiente tampoco, pero Tomás decidió salir temprano del trabajo para buscar a Ana en los lugares que se la había conseguido antes, creía verla en todas partes pero no, no era ella, así que derrotado decidió irse a casa, no entendía porque se sentía así, porque estaba triste ni porque de forma desesperada quería encontrar a Ana, pero esta vez no se preocupo por entenderlo, simplemente se permitió sentir.

Cuando finalmente se estaba quedando dormido recibió un mensaje de texto de un numero desconocido que decía "Hey" ¿quién escribiría a esa hora? ¿Sería Ana?