(ESP/ENG) Hispaliterario 35 / La Niña Amanda y su Amigo Especial

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Era una tarde soleada y Amanda jugaba felizmente en la sala de su casa mientras su mamá, Laura, hacía los quehaceres del hogar. Amanda, una niña curiosa y siempre sonriente, aún no sabía hablar muy bien, pero eso no le impedía disfrutar de sus juegos y aventuras.

En el rincón de la sala, el gato de la familia, Alfiler, estaba mirando con gran atención su bebedero de agua. A veces, incluso introducía su patita para tocar algo. La pequeña niña, al notar el comportamiento de Alfiler, se acercó curiosa. Miró el bebedero y sonrió al ver una pequeña mosca luchando por salir del agua.

—¡Va! —dijo Amanda, intentando llamar a la mosca.

De repente, Laura llamó a su hija desde la cocina.

—¡Amanda, no molestes al gato mientras bebe agua! Ven aquí, cariño.

La niña, feliz, obedeció a su mamá y corrió hacia la cocina. Pasaron las horas y Laura se ocupaba de sus tareas mientras Amanda seguía jugando por la casa. Sin embargo, más tarde ese día, la madre escuchó a su hija reír a carcajadas. Le pareció extraño, ya que se suponía que estaban solas en la casa y Alfiler estaba acostado junto a ella en el sofá.

Intrigada, la madre se dirigió al cuarto de juegos. Allí vio a la niña sonriendo y corriendo de un lado a otro, como si jugara con alguien invisible.

—Amanda, ¿qué estás haciendo, cariño? —preguntó Laura, sorprendida.

Ella solo sonrió y señaló al aire, sin poder articular palabras claras. La mujer la tomó en sus brazos y la llevó de regreso a la sala. La dejó junto a ella en el sofá mientras miraba una película. Amanda se quedó quieta por unos minutos, pero pronto se escabulló nuevamente al cuarto de juegos.

Laura la observaba desde la sala, notando cómo buscaba algo con desesperación, diciendo "va" repetidamente y haciendo gestos de no encontrar lo que buscaba. la mujer comenzó a preocuparse. Pensó que quizás podría tener un amigo imaginario que parecía haber perdido.

Decidida a ayudar, Laura se acercó y le preguntó suavemente:

—Amanda, ¿qué estás buscando, amor?

Amanda solo señaló el aire nuevamente y dijo "va". Laura, aún intrigada, se agachó para estar a la altura de su hija y la observó detenidamente. En ese momento, notó una pequeña mosca volando cerca de la pequeña. De repente, la mosca se posó en la mano de la niña, quien la miró con cariño.

—¿Es este tu amigo mi vida? —preguntó Laura con una sonrisa, dándose cuenta de la tierna realidad.

La inocente niña asintió feliz y acarició suavemente la mosca con su dedito.

La madre comprendió que su hija era compasiva con otras criaturas, pero también sabía que las moscas no son muy limpias. Con ternura, le dijo:

—Cariño, las moscas no son muy limpias y no debemos tocarlas con las manos. Podrías enfermarte.

Amanda, con su ingenio y empatía, pensó en una solución. Al día siguiente, cuando vio otra mosca en el bebedero de Alfiler, corrió a la cocina y tomó un colador. Con mucho cuidado, sacó la mosca del agua y la liberó por la ventana.

Laura, al ver esto, no regañó a su pequeña. En lugar de eso, la abrazó con cariño y le dijo:

—Eres muy inteligente y una buena persona. Estoy muy orgullosa de ti.

Y así, en esa casa llena de risas y amor, Amanda continuó rescatando a las pequeñas moscas con su colador, siempre con una sonrisa en el rostro y el corazón lleno de compasión. Laura y Alfiler la observaban con ternura, sabiendo que la pequeña
Amanda crecía cada día más ingeniosa y amorosa.

It was a sunny afternoon and Amanda was happily playing in the living room while her mom, Laura, did household chores. Amanda, a curious and always smiling little girl, still couldn't speak very well, but that didn't stop her from enjoying her games and adventures.

In the corner of the living room, the family cat, Alfiler, was intently watching his water bowl. Sometimes, he even put his paw in to touch something. The little girl, noticing Alfiler's behavior, curiously approached. She looked at the water bowl and smiled when she saw a small fly struggling to get out of the water.

—Va! —Amanda said, trying to call the fly.

Suddenly, Laura called her daughter from the kitchen.

—Amanda, don't bother the cat while he's drinking water! Come here, sweetheart.

The little girl, happy, obeyed her mom and ran to the kitchen. Hours passed and Laura busied herself with her tasks while Amanda kept playing around the house. However, later that day, Laura heard her daughter laughing out loud. It seemed strange to her, as they were supposed to be alone in the house and Alfiler was lying next to her on the couch.

Intrigued, the mother went to the playroom. There she saw Amanda smiling and running from one side to the other, as if playing with someone invisible.

—Amanda, what are you doing, sweetheart? —Laura asked, surprised.

She just smiled and pointed at the air, unable to articulate clear words. Laura picked her up and took her back to the living room. She left her next to her on the couch while she watched a movie. Amanda stayed quiet for a few minutes, but soon slipped back to the playroom.

Laura watched her from the living room, noticing how she desperately searched for something, saying "va" repeatedly and gesturing as if she couldn't find what she was looking for. The woman began to worry. She thought Amanda might have an imaginary friend who seemed to be "lost."

Determined to help, Laura approached and gently asked,

—Amanda, what are you looking for, love?

Amanda just pointed at the air again and said "va." Laura, still intrigued, crouched down to be at her daughter's eye level and observed her closely. At that moment, she noticed a small fly flying near the little girl. Suddenly, the fly landed on Amanda's hand, and she looked at it lovingly.

—Is this your friend, my love? —Laura asked with a smile, realizing the tender reality.

The innocent little girl nodded happily and gently stroked the fly with her finger.

The mother understood that her daughter was compassionate towards other creatures, but she also knew that flies aren't very clean. Tenderly, she said,

—Sweetheart, flies aren't very clean and we shouldn't touch them with our hands. You could get sick.

Amanda, with her ingenuity and empathy, thought of a solution. The next day, when she saw another fly in Alfiler's water bowl, she ran to the kitchen and took a strainer. Carefully, she scooped the fly out of the water and set it free through the window.

Laura, seeing this, didn't scold her little girl. Instead, she hugged her lovingly and said,

—Amanda, you are very smart and a good person. I am very proud of you.

And so, in that house full of laughter and love, Amanda continued rescuing the little flies with her strainer, always with a smile on her face and a heart full of compassion. Laura and Alfiler watched her tenderly, knowing that little Amanda was growing more ingenious and loving every day.

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Aquí todo creado con creatividad (1).png
Banner, Separador e imagen de portada creados en Canva
Historia y personajes creados por mí, para Hispaliterario 35
Traducido al inglés con Deepl Translator



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Muy parecida a «Elvira». ¿Sabes a quién me refiero? … Elvira es un personaje bastante joven y está obsesionada con los animales y las cosas lindas (que es probablemente la razón por la que trabaja como enfermera en la Looniversidad ACME), incluso persiguiendo animales que sabe que son sus compañeros de clase, causando incomodidad o lesiones graves a posibles mascotas por su afecto… El mundo imaginario de los niños es muy interesante.

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(Edited)

Hola 👋

Esta historia está basada en mis propias vivencias de niña y en mi sobrina Amanda. Amanda, al igual que en el cuento, protege con cariño y sumo cuidado la vida animal. En contraste Elvira, parecía no tener consideración por ellos.

Odiaba el comportamiento de Elvira en mi niñez, ya que representa lo que no me gusta: maltrato animal disfrazado de afecto desmedido.

Mi historia es una celebración de la bondad y la empatía, y una reflexión sobre la importancia de enseñar estos valores desde una edad temprana.

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