Cómo la Desconfianza Paterna Perjudica a los Hijos [ESP/ING]

Saludos amigos de Holos&Lotus. Hoy deseo compartir con ustedes estas palabras que emergieron súbitamente en mi mente. Reflexionaba sobre ello y sentí la inspiración para llevar a cabo esta publicación.

El crecimiento personal es un proceso fundamental en la vida de cada individuo. Sin embargo, este proceso puede volverse especialmente complicado cuando los padres no confían en las capacidades de sus hijos y, en su lugar, emiten palabras hirientes que socavan la autoestima y el potencial de estos. Lamentablemente, mi experiencia personal me ha llevado a comprender lo desafiante que puede ser este camino.

Crecí en una familia en la que el apoyo y la confianza en las habilidades de los hijos eran prácticamente inexistentes. Desde que tengo memoria, mis padres solían pronunciar frases desalentadoras como "No sirves para nada", "Siempre te equivocas en todo" y "Eres un inútil". Estas palabras, lejos de motivarnos, generaban un profundo miedo y una sensación de inutilidad en mis hermanos y en mí. Durante años, creímos sinceramente que éramos incapaces de lograr algo significativo y aún hoy nos cuesta.

En contraste, observábamos a los padres de mis primos, que tenían un enfoque completamente diferente en la crianza. Valoraban las habilidades y potencialidades de sus hijos, brindándoles un entorno en el que podían crecer y desarrollarse. Fue a través de esta comparación que nos dimos cuenta de que la conducta de nuestros padres no era la norma, y que había un mundo de oportunidades esperándonos si podíamos liberarnos de las cadenas de la autoduda.

Cada uno de nosotros, mis hermanos y yo, tenía cualidades y pasiones que podrían haberse desarrollado de manera positiva. Mi hermano tiene un talento innato para la tecnología. Mi hermana, por su parte, tiene un amor profundo por los animales, es muy buena curando y poniendo inyecciones, habría sido una médico veterinaria excepcional. Yo misma tenía una pasión por la botánica y un deseo de explorar el mundo natural. Sin embargo, estas palabras de desprecio lograron su cometido y, en lugar de florecer en nuestras respectivas vocaciones, nos sentimos limitados por nuestras creencias autoimpuestas.

A medida que llegamos a la adultez, comenzamos a reflexionar sobre cómo estos eventos afectaron nuestras vidas. Experimentamos tristeza y, admito, cierto resentimiento hacia nuestros padres por la forma en que nos habían tratado. Las heridas causadas por la falta de apoyo y las palabras hirientes son profundas y, a menudo, dejan cicatrices emocionales que perduran a lo largo de la vida.

A pesar de todo, intentamos mantener una relación saludable con nuestros progenitores. Pero, lamentablemente, ellos siguen aferrados a una mentalidad arcaica que dificulta la comunicación y el entendimiento mutuo, especialmente en el caso de mi padre. Es un recordatorio constante de cómo las actitudes negativas pueden perpetuarse a lo largo de las generaciones y afectar la crianza de los hijos.

A pesar de las dificultades que enfrenté en mi camino hacia el crecimiento personal, he aprendido valiosas lecciones. Mi experiencia me ha impulsado a tomar un enfoque completamente diferente en la crianza de Amanda, no tengo hijos pero me gusta ayudar a mi sobrina, quien es una fuente constante de inspiración. Junto con mi hermana, nos esforzamos por aplicar técnicas que fomenten su desarrollo de manera lúdica y positiva, alentándola a explorar su curiosidad y descubrir sus propias pasiones desde una edad temprana. Es fundamental que ella crezca en un entorno donde se sienta valorada y empoderada para alcanzar su máximo potencial. En la actualidad con solo 4 años muestra inclinación por la pintura, dibujo y la creación de figuras con porcelana fría. Supongo que lo saco de su padre que es profesor de arte y de su madre saco el talento en el baile y el amor por los animales.

La relación con mis padres sigue siendo un desafío constante. A pesar de nuestros esfuerzos por mantener una comunicación abierta y constructiva, sus actitudes arcaicas a menudo dificultan la reconciliación completa. Mi padre, en particular, ha demostrado ser reacio a cambiar y a reconocer el impacto de sus palabras hirientes en nuestras vidas. Sin embargo, hemos aprendido a establecer límites saludables y a centrarnos en nuestro propio crecimiento personal, en lugar de esperar una transformación milagrosa por parte de nuestros padres.