Carnival Writing Challenge | Misunderstanding / Malentendido

^{Fuente: R Market}

This is my entry for the Carnival Writing Challenge

"You'll wish you were never born!" hoarsely threatened the girl bound hand and foot on the bed.

I wiped the sweat from my forehead. Suddenly the collar was getting narrower in my throat, I could barely swallow. Having a girl tied to the bed is a sexually arousing experience, but don't get me wrong, this was not the situation I expected to see tonight.

Her matted hair and haggard face, with perhaps a greenish tinge, were not to my taste. I took a fleeting glance at the small incense-scented room, dimly lit by candles; a Christ hung on a wooden cross in the center of the wall behind the bed, taking pity on this sinner. My eyes lowered in a reflex of guilt and rested on a pair of shoes under the bed, Air Jordan 1 Mid Reverse Chicago 2022, particularly muddy.

"Do something Father!" the mother exclaimed in anguish, clutching my hand so tightly that I could feel my bones about to break. I must admit that the girl's screams were hair-raising and she was uttering expletives that would make a sailor blush.

Here I was, wanting to run away and about to begin an exorcism. Now I was in big trouble.

"Come to our costume party," I was told, "it's going to be a lot of fun."

"Erika is going to be here and who knows how she will come in costume, a little birdie told me she will knock our socks off," Carla knew how to attract guests to her revelry.

Who could say no to that?

Erika, I thought. The most beautiful girl in the class. She has a body to die for and a sensuality that oozes from her skin. I couldn't miss this opportunity.

But it was already dark and by this time the only store that rented costumes would indeed be closed. I had no choice but to improvise. I took a short-sleeved shirt and dark pants from my older brother, a bible, and I was dressed as a priest in no time.

I confidently walked down the street, blessed the girls who crossed my path, and winked at them, many of them giggled as they were complicit in my deception, and others judged me with disapproving glances. But I didn't care, my mind was still scheming a particular phrase to seduce Erika.

I turned the corner and some ladies dragged me by the arm without being able to protest.

"Thank God you're here, Father."

Everything happened so fast, I stammered an excuse that went unnoticed among so many thanks. Some old women squeezed both my hands with theirs, their eyes moist with gratitude for my presence. They led me to a two-story house.

What was going on?

Without realizing it, I pushed my way to the second floor, where the possessed girl was.

But of one thing I was sure, one liar could recognize another.

"Please leave us alone," I ordered politely to the ladies who continued to harass me.

I opened the bible and began to say.

"In nomine Patris et Filii," as they left the room sobbing.

I was thankful that I remembered the horror movies.

The demoness kept on spitting curses.

I slammed the bible shut and the girl flinched for a second, corroborating what I already suspected. I stuck my ear to the door to make sure no one was listening.

"You're possessed as much as I'm a priest," I said.

"I can see you're faking it for some reason, which I don't care about," I continued.

The girl didn't expect that.

I lit a cigarette and offered her a puff.

She let go on her own and took the cigarette between her fingers.

"What gave me away?"

"Your shoes under the bed."

After a disappointed sigh, I hurried to invite her to the party. I convinced her to go as she was dressed, we would be the perfect attraction for the occasion; worthy representatives of "The Exorcist".

As I suspected, she knew how to sneak out of the house. I went downstairs and ordered the old crones to let her rest and for no reason to enter her room for the rest of the night.

What can I say? We had a great time all night, so much so that I even forgot Erika completely; it turns out that under all that demonic makeup, Yesica was a very beautiful girl. I know I will burn in hell, but I can assure you that the following exorcism sessions were very rewarding for both of us.

See you next time...

Esta es mi entrada para el Carnival Writing Challenge

“¡Desearás no haber nacido!”, amenazó con voz ronca la chica atada de pies y manos sobre la cama.

Limpié el sudor de mi frente. De pronto el alzacuello se hacía más angosto en mi garganta, apenas podía tragar saliva. Tener a una chica amarrada a la cama es una experiencia sexualmente excitante, pero no me mal entiendan, esta no era la situación que esperaba ver esta noche.

Su pelo enmarañado y su rostro demacrado, con un toque verdoso tal vez, no eran de mi gusto. Eché una mirada fugaz a la pequeña habitación con olor a incienso, apenas iluminada por unas velas; un cristo pendía de una cruz de madera en el centro de la pared tras la cama, compadeciéndose de este pecador. Mis ojos bajaron por reflejo de culpa y se posaron en un par de zapatos bajo la cama, Air Jordan 1 Mid Reverse Chicago 2022, particularmente llenos de barro.

“¡Haga algo Padre!”, exclamó angustiada la madre, aferrándose a mi mano tan fuerte que podía sentir como mis huesos estaban por quebrarse. Debo admitir que los alaridos de la chica eran escalofriantes y propinaba unos improperios que harían enrojecer a un marinero.

Heme aquí, con ganas de salir huyendo y a punto de comenzar un exorcismo. Ahora sí me había metido en grandes aprietos.

“Ven a nuestra fiesta de disfraces”, me dijeron, “será muy divertida.”

“Erika va a estar aquí y quién sabe cómo vendrá disfrazada, un pajarito me ha dicho que nos dejará sin aliento”, Carla sabía cómo atraer invitados a sus jolgorios

¿Quién podría negarse a eso?

Erika, pensé. La chica más hermosa del curso. Tiene un cuerpo para morirse y una sensualidad que brota de su piel. No podía perder esta oportunidad.

Pero ya era de noche y a esta hora de seguro la única tienda que alquilaba disfraces estaría ya cerrada. No me quedó otra que improvisar. Tomé una camisa manga corta y un pantalón oscuro de mi hermano mayor, una biblia y en un santiamén me había disfrazado de cura.

Confiado por la calle, bendecía las chicas que se atravesaban en mi camino y les guiñaba un ojo, muchas ellas soltaban risitas al ser cómplices de mi engaño, otras me juzgaban con miradas reprobatorias. Pero no me importaba, mi mente seguía maquinado una frase especial para seducir a Erika.

Doble la esquina y unas señoras me arrastraron del brazo sin poder protestar.

“Gracias a Dios llegó, Padre”

Todo sucedió muy rápido, tartamudee una excusa que pasó desapercibida entre tantos agradecimientos. Unas ancianas me apretaron ambas manos con las suyas, con sus ojos humedecidos en gratitud por mi presencia. Me condujeron a una casa de dos pisos.

¿Qué estaba sucediendo?

Sin darme cuenta, a empujones llegué al segundo piso, donde estaba la chica poseída.

Pero de algo estaba seguro, un mentiroso podía reconocer a otro.

“Por favor, déjenos solos”, ordené de forma educada a las señoras que seguían atosigándome.

Abrí la biblia y comencé a decir

“In nomine Patris et Filii”, mientras se marchaban de la habitación sollozando

Agradecí el haber recordado las películas de terror

La endemoniada seguía escupiendo maldiciones

Cerré la biblia de golpe y la chica se estremeció por un segundo, corroborando lo que ya sospechaba. Pegué mi oreja a la puerta para asegurarme que nadie nos escuchaba.

“Estás poseída tanto como yo soy un cura”, dije

“Puedo ver que estás fingiendo por alguna razón, la cual me tiene sin cuidado”, continué

La chica no se esperaba eso.

Encendí un cigarrillo y le ofrecí una calada

Se soltó por sí sola y tomó el cigarrillo entre sus dedos.

“¿Qué me delató?”

“Tus zapatos bajo la cama”

Tras un suspiro de desaliento, me apresuré a invitarla a la fiesta. La convencí de ir como estaba vestida, seríamos la atracción perfecta para la ocasión; dignos representantes de “El exorcista”.

Como sospeché, ella sabía cómo salir de la casa de manera furtiva. Bajé las escaleras y ordené a las viejas arpías que la dejaran descansar y que por ningún motivo entraran a su habitación por el resto de la noche.

¿Qué puede decir? La pasamos genial toda la noche, tanto que hasta olvidé a Erika por completo; resulta que bajo todo ese maquillaje demoníaco, Yesica era una chica muy hermosa. Sé que me quemaré en el infierno, pero puedo asegurarles que las siguientes sesiones de exorcismo fueron muy gratificantes para ambos.

Hasta la próxima.