(Esp)
Tenemos más de año y medio en confinamiento, asediados por un microscópico virus y por el miedo. Han sido tiempos de grandes y profundas transformaciones, en el orden de las cosas y en el mundo íntimo de cada ser humano de este planeta. No creo que exista nadie a quien la pandemia no haya trastocado y transformado todo o algún aspecto de su vida.

Personalmente creo que todo acontecimiento en la vida puede ser positivo o negativo de acuerdo a cómo lo afrontamos. Yo soy de las que, a veces con bastante esfuerzo, lo reconozco, trato de ver mis errores o un mal momento como oportunidades para aprender y crecer como ser humano.

No digo que no tenga momentos de oscuridad en los que todo me parece absurdo, digo que le doy espacio a mis sombras, las abrazo, pero no me quedo a vivir en ellas. Así que siempre trato de salir a flote. Pero no dejando atrás u ocultando el dolor, el sufrimiento o la rabia; sino aprendiendo de ellas.

Con el tiempo he aprendido a entender que la vida no es lineal, que nadie es perfecto, que las cosas no siempre pasan como las planeamos. Eso me ha servido para llegar a mis cuarenta y cinco años con cierto control sobre mis emociones, pero sobre todo con la capacidad de abrir mi mente, corazón y espíritu a la belleza de la vida. Y así poder apreciar un hermoso atardecer o un arco iris como un espectáculo único del que soy muy afortunada en presenciar.

Hay una premisa que considero cierta y que aprendí hace mucho, “La vida siempre demostrará que es superior”. Por eso aunque trato de ser precavida, también sé que debo esperar cualquier cosa de la vida, tanto lo malo como lo maravilloso, y es así como la vida siempre consigue sorprenderme.

Ayer leía el escrito “Vivir feliz sin pensar en la edad” de @angelica7 que habla sobre la forma más positiva de asumir la edad y el paso de los años y hubo una frase con la que me sentí plenamente identificada. Decía: “Entender, que no hace falta tener las respuestas para todo en la vida, sino que todo pasa y se transforma.”.

Efectivamente, ante la adversidad solemos tratar de conseguir una explicación y tal vez porque nos enfocamos en lo negativo no la conseguimos. Si tratáramos de entender que todo se transforma, hasta los dramas y las tragedias pasan, veríamos con claridad que siempre sale el sol después de la tormenta, y a veces hasta un hermoso arcoíris nos sonríe.

Pienso que en este momento pudiera estar quejándome de tantas cosas que me han sucedido a consecuencia de la pandemia, como por ejemplo que teníamos planes de mudarnos de ciudad. A esta altura del año 2021 ya deberíamos estar viviendo y trabajando en otra ciudad, sin embargo aquí estamos aún. Pero entonces pienso en todo este tiempo en que mis hijos han disfrutado, compartido y aprendido de sus abuelos. El tiempo compartido en familia. El hecho de que entre mis dos hijos haya crecido el vínculo y el amor de hermanos. Disfrutar en tranquilidad el paso de la infancia a la adolescencia de mi hijo mayor.

Todos estos son momentos y situaciones que considero positivas y que seguro mis hijos atesorarán en su edad adulta. Entonces ya no veo solo el encierro, la adversidad económica o el temor a la enfermedad y la muerte. Veo una oportunidad única de vivir algo que de otra forma difícilmente hubiéramos vivido como familia. Es así que la desgracia se transforma en crecimiento. En mi caso personal decido creer en la vida y crecer.

Te invito a mirar atrás y a reflexionar qué cosas o vivencias has tenido que pudieran haberte hecho crecer y que no hubieses tenido o vivido de no ser por la pandemia. Si gustas escribe tus reflexiones en los comentarios, o mejor, escribe un post y compártelo en la colmena.

Esta es mi participación en la iniciativa de @clixmoney , "DCC tag contest - Let's support #life”, que consiste en apoyar una etiqueta semanal curando y compartiendo contenido de otros Hivers.

Si te interesa saber en qué consiste esta propuesta o cuáles son las bases y lineamientos para participar lee aquí.

Las fotos aquí compartidas son de mi propiedad, tomadas por mí con mi teléfono celular y editadas con el Photoeditor de Google.

Espero que mi escrito haya sido de su agrado. Hasta una próxima publicación. Nos seguimos leyendo.