Más allá del obstáculo | Beyond the obstacle
Saludos. El amigo @emiliorios en su columna para la comunidad @hlos-lotus nos invita a revisar parte de los obstáculos epistemológicos que afectan nuestra percepción de la realidad. Les comento…
Siempre es bueno recordar que cada uno de nosotros tiene su propia percepción del mundo. Es así puesto que nuestro acercamiento a la realidad lo hacemos a través de los sentidos, los que tienen diferentes niveles de desarrollo en cada persona. Por eso para algunos es más fácil hacer música y para otros poder plasmar sus apreciaciones a través de la pintura o el dibujo.
Pero no solo los sentidos moldean nuestras percepciones, también intervienen aquí todas las normas y creencias que hemos aprendido en nuestra cultura desde el mismo momento en que vinimos al mundo.
Como vemos, puede ser bastante complejo el proceso por el que vamos construyendo nuestra idea de la realidad.
Siendo las cosas así es completamente normal que en nuestras percepciones y apreciaciones del mundo estén presentes muchas distorsiones, es lo que llamamos sesgos, especies de anteojos que no nos permiten ver las cosas claramente.
Esos sesgos pueden ser muy difíciles de detectar y se convierten en lo que nuestro amigo Emilio está llamando obstáculos epistemológicos.
Y son obstáculos porque precisamente nos impiden avanzar, desarrollarnos plenamente como personas y, muchas veces, nos impiden disfrutar de la vida.
Ahora bien, la superación de esos obstáculos pasa primero por reconocer que están actuando en nuestras percepciones y para llegar ahí debemos hacer un gran trabajo de autoconocimiento. Sin ello es muy difícil que podamos situar nuestra mira de tal modo que apunte más allá del obstáculo.
En mi caso una de las cosas que más me ha afectado es el miedo. Por diferentes motivos aprendí a ser miedoso.
Bastante tuvo que ver en esto el asma que sufrí durante mi niñez. Debido a esa terrible enfermedad mi madre trataba de mantenerme en una burbuja, no me dejaba casi salir al exterior, ni jugar con los otros niños, ni tocar ciertas cosas o consumir algunos alimentos. Quizá los médicos ayudaron a alimentar en ella la idea de que “todo me hacía daño”.
En mi mente están muy claros todos esos alertas sobre las cosas que no debía hacer porque me ponían en riesgo. Y quizá no eran exagerados tantos cuidados, porque ciertamente con cada crisis de asma yo sentía que me ponía al borde de la agonía. Sin las medicinas adecuadas se tomaba bastante tiempo la recuperación luego de cada ataque.
Afortunadamente cuando llegué a la adolescencia los ataques de asma se volvieron menos frecuentes, fue en ese entonces que comencé a hacer una vida parecida a la de un “muchacho normal”, que podía jugar con otros y darse el lujo de comerse un helado frío, sin el temor de que se me fuera a “trancar el pecho”.
Sin embargo, el miedo aprendido y reforzado durante tantos años siempre estaba latente, acechando entre sombras, esperando cualquier momento de debilidad para someterme a sus designios.
Fue ya de hombre, cuando había formado mi familia con mi esposa y mis hijos, en que empecé a tener una especie de revelación y fui cayendo en cuenta de que muchos de mis problemas eran consecuencias de ese miedo irracional.
En este proceso de “descubrimiento” de mis miedos tuve mucha ayuda de amigos valiosos que con sus observaciones sinceras me fueron iluminando el entendimiento de mi situación.
A estas alturas, ya con setenta años, los miedos siguen allí, no les voy a mentir diciéndole que soy un hombre que los ha vencido totalmente. Sin embargo, mi capacidad de control ha crecido lo suficiente para no dejar que los miedos me paralicen.
Ahora tengo mucho más claridad de su presencia, puedo reconocer a tiempo cuando algún pensamiento me está llegando desde mi personalidad miedosa. Y si lo veo venir lo puedo parar antes de que produzca mucho daño.
Quizá sea eso lo máximo que podamos hacer con todos nuestros sesgos: reconocerlos, mirarlos a la cara sin temor, enfrentarlos, lidiar con ellos, y no dejar que nos arrebaten la alegría de vivir…
Gracias por tu tiempo.
Greetings. The friend @emiliorios in his column for the @hlos-lotus community invites to review part of the epistemological obstacles that affect our perception of reality. Let me tell you...
It is always good to remember that each of us has our own perception of the world. This is so because we approach reality through our senses, which have different levels of development in each person. That is why for some it is easier to make music and for others to express their appreciation through painting or drawing.
But it is not only the senses that shape our perceptions; all the norms and beliefs that we have learned in our culture from the very moment we came into the world also play a role here.
As we can see, the process by which we build our idea of reality can be quite complex.
This being so, it is completely normal that in our perceptions and appreciations of the world there are many distortions present, what we call biases, a kind of blinders that do not allow us to see things clearly.
These biases can be very difficult to detect and become what our friend Emilio is calling epistemological obstacles.
And they are obstacles precisely because they prevent us from moving forward, from developing fully as people and, many times, they prevent us from enjoying life.
However, to overcome these obstacles we must first recognize that they are acting in our perceptions and to get there we must do a great job of self-knowledge. Without this, it is very difficult for us to place our sights in such a way that they point beyond the obstacle.
In my case, one of the things that has affected me the most is fear. For different reasons I learned to be fearful.
The asthma I suffered from during my childhood had a lot to do with it. Because of that terrible disease my mother tried to keep me in a bubble, she didn't let me go outside, play with the other children, touch certain things or eat certain foods. Perhaps the doctors helped to nurture in her the idea that "everything hurt me".
In my mind, all those warnings about things I should not do because they put me at risk are very clear. And perhaps so much care was not exaggerated, because certainly with each asthma attack I felt that I was on the verge of agony. Without the right medicines it took quite a long time to recover after each attack.
Fortunately when I reached adolescence the asthma attacks became less frequent, it was then that I began to live a life similar to that of a "normal boy", who could play with others and indulge in a cold ice cream, without the fear that I would "lock my chest".
However, the fear learned and reinforced during so many years was always latent, lurking in the shadows, waiting for any moment of weakness to submit me to its designs.
It was as a man, when I had formed my family with my wife and children, that I began to have a kind of revelation and I began to realize that many of my problems were the consequences of this irrational fear.
In this process of "discovery" of my fears I had a lot of help from valuable friends who with their sincere observations enlightened my understanding of my situation.
At this point, at seventy years old, my fears are still there, I will not lie to you by telling you that I am a man who has totally conquered them. However, my ability to control myself has grown enough to not let the fears paralyze me.
I now have much more clarity of their presence, I can recognize in time when some thought is coming to me from my fearful personality. And if I see it coming I can stop it before it does too much damage.
Maybe that is the most we can do with all our biases: recognize them, look them in the face without fear, face them, deal with them, and not let them take away the joy of living...
Thank you for your time.
Comunidad Be Entrepreneur
El asma es muy complicada y es normal que tu señora madre te cuidara de esa enferemedad que no mide la edad, lo mejor es haber desarrollado ese autocontrol en no dejarte paralizar por el miedo, me encanta tu contenido mi estimado @irvinc, gracias por compartirlo, saludos.
Me alegra que te haya gustado la publicación. No es fácil lidiar con el miedo, toma su tiempo pero si se aprende a controlarlo. Gracias por pasar y comentar estimada @cautiva-30. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Eso solo se logra con la edad y la experiencia. Si nuestro cerebro lograse separar los traumas vividos, y como hambrientos de conocimientos, lográramos diluir en la sabiduría lo ficticio para vivir la realidad, entonces, la creencia en Dios, en el Niño Jesús, en la Llorona, en el hada de los dientes y todo mito y leyenda que desde nacimiento se nos inculca; sencillamente, DESAPARECERÍA. El mundo se volvería vacío sin magia.
En lo personal, esos obstáculos epistemológicos que mencionan, son un colchón donde nuestro cerebro mitiga, nos alerta; es decir, no son obstáculos, son gafas multicolores.
Es un buen punto de vista, no lo había visto de ese modo. Gracias por pasar y comentar estimado @amigoponc. Un fuerte abrazo desde Maracay.
También, siento que reconocer el miedo es hacer un viaje a las profundidades del yo, en lo mas oscuro allí esta y llenarlo de luz para que pueda abrir los ojos y salir a la superficie...
Sí, querida @aguamiel. Tratar de conocer el origen de nuestros miedos es un gran viaje hacia dentro. Gracias por pasar y por el apoyo. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Tu mami tenia razón en cuidarte el asma es peligrosa y según la ciencia medica es emocional. Y muchos niños la usan como manera de manipular.
Un abrazo amigo @irvinc
Aquellos fueron tiempos muy difíciles tanto para ella como para mí. No había los recursos terapéuticos con los que se cuenta ahora. Gracias por pasar y comentar querida @mafalda2018. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Amigo, los miedos siguen y seguirán allí. ¿Quien los puede desterrar? Es parte de la esencia humana. Sin embargo, algo nos deja usted claro: es preciso trabajar para dominarlos.
Sí, estimado @jrobe. Es mucho lo que podemos hacer para mantenerlos bajo control. Gracias por pasar y comentar. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Ciertamente las personas mayores son más sabías, porque el miedo es parte de la vida, es incluso algo genético, es algo que pasa de generación en generación, incluso de esas que aún no habían descubierto el fuego, es algo instintivo (explicado por mi psicólogo), aunque los miedos ahora son diferentes sigue existiendo, no hay forma de que no lo hagan, asi que sentido y mirarlo a la cara como usted expresa es lo que se debe hacer.
No es fácil enfrentar los miedos pero es necesario, de otro modo nos pueden hacer la vida muy difícil. Gracias por pasar y comentar estimada @miranda4. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Un mal necesario como dice mi abuela. Un saludo desde cuba.
@tipu curate 8
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Gracias por el apoyo.