Es bastante gracioso hablar sobre este punto particular, porque muchas personas me ven y tienen opiniones sobre mí como persona que no incluyen un lado sexual detrás, es como que me ven demasiado hippie o romántico como para imaginarme en intimidad con alguna persona o lo imaginan así todo romántico con flores, velas y perfumes.

Realmente no siento que estén errados porque sí soy de tener ese tipo de intimidad o podría serlo en un momento particular, porque sí me gustan ese tipo de rituales íntimos, sin embargo, cuando se trata del sexo, hay una parte de mí que sale a flote que no suelo mostrar en ningún momento más que ahí.

En primer lugar, me gusta mucho dominar, incluso estando abajo me gusta llevar el sexo a mi ritmo, ser el que lleve la batuta al momento de moverse porque me prende muchísimo la idea de dominar, y el hecho de que me demuestren que estoy haciendo un buen trabajo, es como una competencia contra mí mismo que tengo siempre mentalmente y si la persona con la que estoy disfruta y lo deja entrever con claridad, me hace sentir increíble y me hace tener más ganas de causar placer.

Ahora, con respecto a mis creencias en este aspecto, siento que solo tengo una muy veráz que he aplicado toda mi vida: el sexo se tiene que tener sin pudor, como animales, donde se intercambien fluidos corporales y se disfruten con locura, por supuesto, todo esto dentro del márgen de lo salubre porque la coprofagia no es algo que me llame la atención.

Un ejemplo simple, es ese pudor de personas que no les gusta darle besos a sus parejas después de que estos les hayan hecho sexo oral, o sea, yo respeto las decisiones de cada quién, pero bajo mi punto de vista, siento que el tener sexo con ese tipo de pudor hace que uno no lo pueda disfrutar plenamente.

También otro ejemplo podría ser esos hombres que tienen masculinidad frágil porque no les gusta que los toquen más allá del abdómen y la pélvis; realmente no saben de lo que se pierden y de lo mucho que a las mujeres les gustan esas áreas como a uno nos gusta la de ellas, eso ha sido un descubrimiento interesante que he vivido en los últimos años de vida que llevo.

Otra creencia que tengo, es el hecho de que los juguetes sexuales no son compentencia para nosotros los hombres, sino todo lo contrario, estos pueden ser unos increíbles aliados para causar la mayor cantidad de placer a nuestra pareja, cambiando este punto de vista o esta perspectiva, pueden abrirse a un montón de posibilidades interesantes con respecto al hecho de tener sexo, se los aseguro.

En este punto sí tengo muchas cosas que decir, porque he tenido muchas relaciones sentimentales que me han enseñado demasiadas cosas para mi vida, cosas que me he dedicado a practicar y evolucionar en pro de ser feliz y hacer feliz la mayor cantidad de veces posible.

En primer lugar, pienso que las relaciones sentimentales o interpersonales de cualquier tipo deben hacerte feliz y sumarle algo a tu vida, si una relación solo te causa estrés, te hace sentir afligido, te hace sentir cansado, te aleja de tus objetivos o de tu familia, o menosprecia/minimiza las cosas que tú haces o sientes, ahí no debes estar.

En segundo lugar, siento que las relaciones sentimentales deben tener acuerdos mútuos y dichos acuerdos deben poderse modificar con el tiempo, ya que, a medida que vamos creciendo, vamos conociendo cosas nuevas y vamos proyectando nuestra vida hacia otras direcciones, pero siempre en pro de ser felices y hacer feliz a otros.

Un ejemplo claro de esto último, es mi relación actual, vivo una relación poliamorosa con @dimeshana y con @ladyunicorn y nosotros hemos estado en constante comunicación sobre cómo nos sentimos al respecto, porque el objetivo principal de esta relación es la felicidad de los 3 y así hemos estado procediendo.

Siempre he pensado que el amor debe ser libre, que mientras no le hagas mal a ninguna persona, deberías poder tener el tipo de relación que quieras (abierta, poliamorosa, swinger, etc), gracias al podcast que viví con @zullyscott, descubrí lo que era ese mundo y me parece fascinante y hermoso, hay cosas que no comparto por mis gustos, pero eso no quiere decir que otras personas no puedan hacerlo, si son felices, ¡háganlo! La vida es muy corta para detenernos a pensar tanto.

Y como última creencia, este es el punto más fuerte de todo mi punto de vista de relaciones sentimentales, yo creo en el matrimonio, pero no creo en eso de casarse, divorciarse y volverse a casar.

Del mismo modo como tengo tatuajes, y me los hice sin pensar si algún día me los iba a quitar, así quiero llegar a casarme, una sola vez, ni más, ni menos.

Seguro me leerán y se preguntarán «pero... ¿y si falla?» y la respuesta es simple, yo daré todo de mí para que esa relación no muera nunca, iré a terapia si es necesario, aprenderé cómo complacer a cabalidad a mi pareja o mis parejas en dado caso y así formar una familia sólida.

Yo quiero ser de esas relaciones de viejitos que duraron 40 años juntos y casi que murieron juntos, y en el dado caso de tener que pasar por un divorcio, no volveré a casarme más nunca, es una promesa que me hice a mí mismo.

Y si se preguntan el motivo de esto, es por lo que uno debe prometer al momento de casarse: «¿Aceptarás a... como tu legítima esposa, para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?», es decir, estamos prometiendo que amaremos y estaremos con alguien para siempre, mientras tengamos vida por compartir.

Es decir, del mismo modo como mis tatuajes durarán para siempre en mi piel, yo quiero que mi matrimonio dure para siempre en mi vida, hasta que me toque partir al próximo plano, y no es discutible.

En este punto, he vivido pocos mitos y tabúes porque mi sexualidad ha sido muy sana, ya que siempre me ha gustado investigar sobre muchas cosas, entonces, particularmente siempre leí demasiado sobre la fisiología femenina y sobre la fisiología masculina, esto con el fin de poder saber qué podría hacerme sentir bien a mí y también entender qué podría hacer yo para hacer sentir bien a la chica que intimara conmigo.

El más fuerte que viví fue el clásico de que las mujeres solo tienen orgasmos por penetración y que realmente no hace mucha falta utilizar los dedos en el juego previo para complacer; esto lo leí una vez pero supe de inmediato que era mentira, porque sabiendo la cantidad de zonas erógenas que tiene la mujer, me parecía impensable el hecho de que sólamente llegaran al orgasmo a través del coito.

Hubo un mito que viví que sí me afectó mucho emocionalmente con respecto al sexo, y es el hecho de que siempre debo ser yo el que de la iniciativa y el que haga venir a la mujer con la que esté como si fuera un deber, pero que ella no está en la obligación de hacer lo mismo por mí.

Sonará muy loco pero gracias a ese mito que me dijeron, enfoqué toda mi energía y placer siempre en el hecho de que la mujer fuera complacida, eso hacía que yo sintiera una satisfacción bastante grande cuando lograba generar un orgasmo en mi pareja.

Por otro lado, si hay momentos en los que me he sentido vacío cuando siento que mi pareja no tiene iniciativa, a veces quisiera que me agarraran desapercibido y simplemente comenzaran a hacer el trabajo sin tener que pedir permiso o que suceda algo sexual, así sea un oral sin que yo tenga que pedirlo, porque generalmente cuando yo doy la iniciativa, nunca pregunto, solo empieza a suceder y ya está.

Esto último es un tema, porque realmente nunca voy a pedir cosas sexuales por mucho que tenga ganas, porque ese es un pequeño chip que no he podido sacarme de la cabeza, que es el hecho de que si tengo que pedir algo a nivel sexual y no nace de forma natural, es porque no me quieren complacer como tal, sé que esto está mal, porque hay cosas que uno puede decir para mejorar la experiencia sexual, pero me gusta que las personas experimenten y luego yo guiar, es mucho más placentero.

Yo vivo todo el tiempo con ganas de ser deseado, siento que, cuando me siento deseado, soy capaz de hacer muchas cosas épicas a nivel sexual, porque de por sí, soy de tener una líbido muy fuerte, la cuestión es que, últimamente no me he sentido con mucha líbido como para ser siempre tan sexual como soy por mis problemas personales, siento que mis emociones influyen mucho en ella.

Sin embargo, poco a poco voy a ir lidiando contra esos problemas y solventando lo más que pueda para poder volver a lograr mi plenitud y así volver a mis momentos de intimidad con el nivel de concentración y capacidad necesarios para complacer al máximo.

Ahora, pasado este punto, siento que no he tenido más mitos y tabúes en mi vida, porque siempre fui ese amigo del grupo que no tenía nada de masculinidad frágil, que jamás tuvo prejuicios con respecto al tema de gemir siendo hombre o de recibir sexo oral, incluyendo besos negros; ya expliqué el hecho de que, para mí, el sexo no debería tener pudor, prejuicios ni vergüenza de ningún tipo sino ser algo como instintivo, algo animal.