Atreverse puede mirarse desde muchos contextos, algunas personas utilizan esta palabra para aludir a alguien grosero o a una chica que muestre una actitud insinuante. Sin embargo, atreverse va mucho más allá, es el valor para hacer algo que implica arriesgarse. Evitamos atrevernos porque nos gana el temor, nos cohíbe el qué dirán y hasta nos frena nuestra propia inseguridad. Atreverse significa perder el miedo, no más inhibiciones y es sobre todo una toma de decisiones, de hacer algo que no creímos ser capaces de hacerlo. Todas esas cosas que he mencionado no son más que obstáculos que están en nuestra mente, nosotros mismos nos ponemos límites hasta que nos armamos de valor y nos atrevemos. Esa primera vez nos abrirá las puertas e iremos por más.

A veces las cosas más sencillas parecen difíciles y no lo son, recuerdo que estando en la escuela, una de las niñas de mi salón era dominante, al punto que todos la obedecían. De verdad no sé como hacía para lograrlo, además, era una alumna de 20 puntos y para nada lucía como una nerd. Ella era siempre la que dominaba todo y a todos. Tanto así, que ella cuando quería jugar decidía quienes iban a participar y que juegos jugar. Todos la seguían, hasta yo, sin embargo, mi mente me decía que eso no estaba bien y me pregunté en muchas oportunidades, ¿Quién era ella para decidir quienes podían jugar y quienes no?, además de tomar la decisión del tipo de actividad. Era solo una niña, igual que yo, pero desde mi óptica lo veía injusto”.

Esos niños que no iban a jugar por decisión de ella quedaban marginados en un rincón, tristes y algunos hasta lloraban. Nadie se atrevía a confrontarla, sobre lo mal que estaba actuando, pero un buen día me harté y me atreví. Uno de esos días cuando quiso formar sus grupos de juegos yo me negué y le dije que no tenía ningún derecho a hacer ese tipo de acciones y la obligué a incluirlos a todos en la actividad. Teníamos como 9 o 10 años, sé que pueden parecer cosas típicas de niños, pero pienso que ese tipo de situaciones no hay que dejarlas pasar”.

Siempre me he caracterizado por ser algo tímida e insegura, me afectaba mucho la opinión de otras personas y era algo que realmente me limitaba en muchos aspectos. Con el tiempo fui cambiando este paradigma y comencé a atreverme, a romper con esos patrones, a hacer cosas que no pensé que era capaz de hacer, o mejor dicho, nunca me visualicé en ellas. Cuando comencé en el mundo de la Blockchain, me encontré con comunidades donde las iniciativas o concursos invitaban a crear historias. Cada vez que me topaba con esas dinámicas pasaba de largo porque siempre me dije a mi misma “yo no sé hacer eso”.

Sin embargo, un día decidí cambiar ese casette y me atreví, ya he redactado varias y me siento muy orgullosa de ello. Igual me pasó con la cocina, no solo sé preparar huevos fritos, pero ¿Yo preparar una receta y publicarla?, ¿Y si queda mal?. Yo decía que no, pero apareció el atrevimiento y rompí esa línea invisible que no me dejaba cruzar.