Los niños vieron la nave y corrieron a decirle a sus padres y por supuesto que no les creyeron porque nadie cree que existan extraterrestres, y si existieran no serían los niños los primeros en verlos, sino los radares de las principales potencias del mundo.

     Como no les creyeron, los seis regresaron al parque, siguieron mirando al cielo y como no volvieron a ver la nave se subieron a la rueda y empezaron a jugar nuevamente. Pero resulta que uno vio a un pollo o eso creyó y lo señaló y ahí volvieron a correr a sus casas a decirles a sus padres que habían visto a un pollo con forma de caracol.

     ─Vayan a jugar y déjennos concentrarnos.
     ─Sí, y dejen de inventar tantas mentiras.

     Volvieron al parque y en efecto, era un pollo con forma de espiral, pero lo más asombroso fue que del pollo empezaron a salir unos enanitos con un sólo pie, un sólo ojo; en realidad tenían una sola cosa de todo y al terminar de bajar, saludaron a los niños y no habían pasados cinco minutos y ya todos eran amigos.

     Jugando se conocieron. Los enanitos vivían en Gallolaxia, una galaxia ubicada en algún lugar de la Vía Láctea y como se aburrieron porque sus padres se la pasaban trabajando todo el día, uno de ellos tomó sin permiso la nave de su hermano y atravesó el tiempo hasta la Tierra.

     Ese día jugaron hasta entrada la noche y como suele pasar en estos casos, prometieron volver mañana para seguir compartiendo.

     Como no les iban a creer, los niños de la Tierra no dijeron nada e igual hicieron los niños de Gallolaxia, porque, además, ambos grupos se habían prometido guardar el secreto de este y los próximos encuentros.

     Al siguiente día fueron puntuales, la nave aterrizó en un árbol, bajó a tierra, la camuflaron detrás de un montecito y empezaron a jugar. Pero resulta que ese día, las mascotas de los niños de la Tierra andaban con sus amos; seis perros, y precisamente vieron al extraño pollo en espiral y empezaron a ladrarle y a perseguirlo.

     Nadie se asombró cuando los perros cruzaron las calles persiguiendo a un pollo porque los adultos estaban muy ocupados; los que sí preguntaron fueron los niños de la Tierra:

     ─¿Quién está dentro del pollo? ¿o es que se maneja solo?
     ─No se maneja solo ─contestaron los enanitos─ dentro están nuestras mascotas y todas saben manejar.

     Los enanitos silbaron a la nave y esta regresó al parque; detrás iban los perros, que se quedaron tranquilos porque los niños los aplacaron. Hasta los perros se asombraron cuando salieron de la nave las mascotas de los enanitos. Seis gatos que tenían cada uno dos patas, un ojo y una sola cosa de todo y al terminar de bajar, saludaron a los perros y no habían pasado dos minutos y ya gatos y perros eran amigos.

     El tercer día quien vio al pollo en espiral fue un ladrón, que como tenía hambre lo apresó y salió corriendo. Los niños no se dieron cuenta porque estaban jugando, tampoco las mascotas y cuando el ladrón intentó arrancarle las plumas al pollo la mano se le hundió como si la hubiese metido en un agujero porque en realidad la forma en espiral era el portal que le permitía a los enanitos viajar en el tiempo.

     El susto del ladrón fue tanto porque al meter la mano entre las plumas, el portal lo elevó como hacía cuando los enanitos entraban y como metió la segunda mano para intentar sacar a la primera, el portal se lo tragó y lo envió a Gallolaxia.

     Cuando en Gallolaxia vieron al ladrón salir de la nave, se armó la de King Kong porque la milicia gallolaxiana llamó a toda su gallería para someter al gigante; tal como lo hicieron y en menos de los esperado porque, además de ladrón, era idiota.

     Con una plumilla le hicieron cosquillas y confesó su robo; así supieron en Gallolaxia dónde estaban los pequeños con sus mascotas. Para rescatarlos programaron la nave, metieron al ladrón y la enviaron con el mejor soldado que tenían en Gallolaxia: la hermosa Gallinaxia, madre de la verdad y de la justicia, defensora del bien y en especial de los pequeños.

     Cuando aterrizó vio a los enanitos, que nunca se enteraron del robo de la nave. Supo que no estaban en peligro, no con los niños de la Tierra, pero les advirtió que pudieron estarlo si los adultos los hubiesen visto. Los niños de la Tierra la conocieron y como les pareció tan agradable la abrazaron y le dijeron que no castigara a los enanitos que sólo habían venido a la Tierra porque en Gallolaxia se aburrían ya que nadie jugaba con ellos.

     Gallinaxia volvió con los enanitos a Gallolaxia y todas las tardes, los niños de la Tierra esperan a la nave amiga porque la misma Gallinaxia organiza los encuentros para jugar; esconde bien a la nave y se entretiene con todos. Nadie los ve porque son tan pequeños; como tampoco nadie le cree al ladrón que repite en el manicomio que fue secuestrado por un pollo en espiral.

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Source

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A friendly ship

The children saw the spacecraft and ran to tell their parents and of course they did not believe them because nobody believes that extraterrestrials exist, and if they did, it would not be the children who would be the first to see them but the radars of the main powers of the world.

     As they did not believe them, the six went back to the park, kept looking at the sky and as they did not see the ship again they got on the wheel and started to play again. But it turns out that one of them saw a chicken or so he thought and pointed it out and there they ran back to their homes to tell their parents that they had seen a chicken in the shape of a snail.
     ─Go play and let us concentrate.
     ─Yes, and stop making up so many lies.

     They went back to the park and sure enough, it was a ship in the shape of a chicken in the shape of a spiral, but the most amazing thing was that out of the chicken began to emerge some little dwarfs with only one foot, only one eye; they actually had one thing out of everything and when they finished coming down, they greeted the children and not even five minutes had passed and they were all friends.

      Playing they met. The dwarfs lived in Gallolaxia, a galaxy located somewhere in the Milky Way and as they were bored because their parents were working all day, one of them took his brother's ship without permission and crossed time to Earth.

       That day they played until late at night and as it usually happens in these cases, they promised to come back tomorrow to continue sharing.

       The next day they were punctual, the ship landed in a tree, came down to earth, camouflaged it behind a small hill and began to play. But it turned out that on that day, the children's pets from Earth were with their masters; six dogs, and they saw the strange spiral chicken and started barking and chasing it.

     Nobody was surprised when the dogs crossed the streets chasing a chicken because the adults were too busy; those who did ask were the children of Earth:

      ─Who is inside the chicken, or does it drive itself?
      ─It doesn't drive itself ─the dwarfs answered─ inside are our pets and they all know how to drive.

     The dwarfs whistled at the chicken and it returned to the park; behind it were the dogs, who were calm because the children placated them. Even the dogs were amazed when the dwarfs' pets came out of the ship. Six cats that each had two legs, one eye and a thing of everything and when they finished coming down, they greeted the dogs and not even two minutes had passed and already cats and dogs were friends.

     On the third day the one who saw the spiral chicken-shaped ship was a thief, who was hungry, grabbed it and ran away. The children didn't notice because they were playing, neither did the pets, and when the thief tried to pluck the chicken's feathers, his hand went down as if he had stuck it in a hole, because in reality the spiral shape was the portal that allowed the dwarves to travel in time.

     The thief was so scared because when he put his hand between the feathers, the portal lifted him up as it did when the dwarfs entered and when he put his second hand in to try to get the first one out, the portal swallowed him and sent him to Gallolaxia.

     When Gallolaxia saw the thief get out of the ship, they made a King Kong movie because the Gallolaxian militia called all their gallants to subdue the giant; as they did and in less time than expected because, besides being a thief, he was an idiot.

     With a nib they tickled him and he confessed his theft; that's how they knew in Gallolaxia where the little ones were with their pets. To rescue them, they programmed the ship, put the thief on it and sent him with the best soldier they had in Gallolaxia: the beautiful Gallinaxia, mother of truth and justice, defender of good and especially of the little ones.

     When she disembarked she saw the dwarfs, who never knew about the theft. She knew they were in no danger, not with the Earth children, but she warned them that they might have been if the adults had seen them. The Earth children met her and because they found her so nice they hugged her and told her not to punish the dwarves who had only come to Earth because on Gallolaxia they were bored since no one played with them.

     Gallinaxia returned with the dwarfs to Gallolaxia and every afternoon, the children of Earth wait for the friendly ship because Gallinaxia herself organizes the meetings to play; she hides the ship well and entertains everyone. Nobody sees them because they are so small; just as nobody believes the thief who repeats in the asylum that he was kidnapped by a spiral chicken.