Invité a un amigo a casa, quien trajo a su amigo y este también trajo a otro y para resumir la cuenta, diré que llegaron más de cien personas, y como no había espacio, más de la mitad permaneció fuera. Y he aquí que se formaron dos ambientes, los de adentro hablaban de los misterios del universo y los de fuera, de los detalles que engrandecen los misterios.

Y he aquí que los de adentro se asustaron por un ruido que vino de fuera y los de fuera se inquietaron por un rumor que salió de adentro. Y como pasa siempre en estos casos, alguien estuvo a punto de entrar en pánico, así que los de fuera entraron y los otros, salieron. Pero los nervios siguieron de punta y como cayó la noche, todos empezaron a escuchar ruidos fantasmales y nadie quería irse porque no recordaban quién los había invitado y les daba terror salir con un extraño.

Y he aquí que corrí a mi amigo, que corrió al suyo y este al que trajo, hasta que la casa respiró tranquila y como pasa siempre en estas casas, los fantasmas pudieron salir tranquilamente a hablar de sus cosas.

FIN