Relato: A un ladrido de ser héroe [Esp-Eng]
Hoy les comparto un texto literario de mi autoría,
espero los deleite, inspire y fidelice a mi arte.
Today I share with you a literary text of my authorship,
I hope it will delight you, inspire you and make you loyal to my art.
-Español/Spanish-
-Español/Spanish-
A un ladrido de ser héroe
Había estado caminando por mucho tiempo, sediento y hambriento. A veces soñaba con eso y mis patitas se movían mientras dormía. Había sido rescatado por Jack y Sally, una pareja de humanos que al verme tan pequeño e indefenso a un lado de la carretera, me sostuvieron en sus brazos y desde entonces se convirtieron en mi familia.
Yo me había perdido, llamé a mi madre y a mis hermanos pero ninguno de ellos había aparecido. En medio del frio de las noches donde estaba solo en la intemperie, soñaba con un hogar. Hoy en día lo tenía. Jack y Sally me cuidaban tanto que su amor lo reflejaban cepillando mi pelaje o dándome bocadillos de obsequio. Eran una pareja de gustos perrunos y por las tardes, cuando ellos llegaban del trabajo, casi siempre salíamos a pasear al parque cercano.
Oh, el parque… Allí podía jugar con otros perros y conocer a hembras muy hermosas. Algunos humanos olían raro, tanto que cuando mi nariz entraba en contacto con el humo que inhalaban, no podía evitar estornudar. Algunos de nuestros sentidos eran muy sensibles, pero eso podía ser una ventaja. En el parque había escuchado de otros perros que algunos de nosotros tenían empleos. Sí, como los humanos. Me parecía extraño, pero al parecer algunos ayudábamos a combatir el crimen o algo así, era como le decían a las cosas que hacían los humanos que no estaban bien.
Decían los perros aventureros, cuyos dueños los sacaban a pasear todo el día, más allá de las cinco cuadras que normalmente habituábamos, que algunos humanos recibían castigos por hacer cosas malas, al igual que nosotros. Supongo que todos debemos obedecer a algo. Conocía a muchos humanos, pero ninguno olía como Jack o Sally, ellos olían a casa. Me preguntaba si les sucedía lo mismo a los demás perros.
Una noche, luego de nuestra caminata por el atardecer, Sally me había servido mis galletas favoritas de carne y luego ambos subieron a su habitación, mientras yo me quedaba en la sala. Esperaba que el gato de la vecina entrara por la ventana de la casa de al lado como hacia siempre, era como una rutina para mí y me sentía comodo con que se repitiera sin parar. No conocía muchos gatos, aunque sabía que otros perros no se llevaban bien con ellos, pero a mi agradaba Bigotes. Era tranquilo y parecía que no le molestaba mi presencia. Era una noche tranquila.
Hasta que escuché un sonido extraño proveniente del garaje. ¿Qué sucedía? Estaba seguro de que mis humanos estaban dormidos, y Bigotes ya había entrado a su casa. Decidí investigar, así que me acerqué al garaje. Sin problema llegué al sitio y entonces lo vi. Me llegó su olor antes de poder enojarme. Había visto a este humano días atrás cuando Jack y Sally tuvieron un picnic en el parque y por un tiempo, sin que ellos lo notaran, el mismo hombre había jugado conmigo usando un platillo volador de plástico rojo. Olía a comida, a bocadillos. No olía a maldad. Él se había quedado quieto en cuanto me vio entrar, pero no parecía agresivo. Un susto aparente es lo que se llevó al verme, así que decidí acercarme. Luego de olerlo bien, lo lamí y su cuerpo tenso se relajó. Comenzó a acariciarme.
― Oye, amigo. Yo solo venía a robar una bicicleta. ¿Me has dado un susto tremendo. Eres aquel perrito lindo del otro día, cierto? Sí, no puedo resistirme. Eres muy adorable, ojalá tuviera un amigo como tú.
No podía entender del todo lo que el humano decía, pero lo vi sonreír. Dejó lo que estaba haciendo y jugó conmigo un largo rato. Era la clase de humanos que me agradaban. Por un momento nuestra conexión fue muy especial. Me gustaría que jugara conmigo más seguido. Tras un rato de hacer trucos para él, como me había enseñado Jack, de su bolsillo tomó un par de bocadillos para mí. Eran parecidos a los que Sally solía darme cuando hacía algo bien, así que mi cola no dejaba de moverse.
― Solo tenía ese poco, amigo. Eres muy amable y confiado, me agradas mucho. Lamento llevarme la bicicleta de tu dueño, pero la necesito para conseguir empleo de repartidor, lo siento. Espero no meterte en problemas, no sabía que esta era tu casa. Gracias por no delatarme, amigo. Disfruta del último bocadillo que tengo para ti. Siempre cargo algunos porque me agradan los animales y tú eres especial. Adiós.
El hombre se fue sonriendo, así que ambos estábamos contentos. Aunque si noté que llevaba rodando la bicicleta de Jack, pero la verdad era que el bocadillo estaba delicioso. En poco tiempo me quedé dormido, satisfecho. El hombre había cerrado el garaje y no había nada de qué preocuparse.
Para cuando desperté ya era de día y subí corriendo las escaleras para despertar a mis humanos. Luego de unas horas, ambos bajaron con el rostro lleno de pereza. Los entendía, a veces yo tampoco quería hacer nada. Pero en cuanto vieron mi rostro se alarmaron. Se asustaron y eso me asustó a mí también.
― ¿Max, qué tienes en el hocico?
Tras un rato, terminé en el lavabo, con Sally limpiando cerca de mis dientes. Al parecer habían quedado rastros de mi bocadillo exquisito alrededor de mi hocico. Me habían descubierto. Pero todo estaba bien porque ellos no parecían molestos, solo asustados. Creo que pensaban que iba a enfermarme, pero yo no me sentía enfermo. Como no había comida a la vista, quisieron saber qué había comido y de dónde.
Jack revisó las pantallas de un pequeño robot que había comprado hacía tiempo y fue entonces cuando lo supieron. Jack salió corriendo al garaje después de ver las cámaras de seguridad y notó que su bicicleta no estaba. Sus manos fueron directo a su cabeza, estaba perplejo. Yo no entendía cuál era el problema, el humano de anoche era un amigo. ¿No le había prestado su bicicleta? Más atrás llegó Sally y sus ojos estaban muy abiertos, luego hizo una mueca con sus labios.
― Ay, no…
― ¿Max, qué hiciste?
―Más bien, qué no hizo…
― ¡Nos robaron, Sally!
― Estoy al tanto de eso.
― ¡Y él se dejó acariciar por el ladrón! ¡Hasta jugó con él y le dio de comer! ¡Ni siquiera ladró para que lo escucháramos y así alertarnos! ¡Esto es inaudito!
― Lo entiendo… Pero mira el lado bueno. Pudieron haber entrado a la casa y haberse llevado algo más, incluso haber subido a la habitación y hacernos daño. ¿O qué hubiera pasado si por enfrentar al ladrón, hubieran lastimado a Max? Sé que amas esa bicicleta, pero sigue siendo una bicicleta. En tal caso, podemos reportarlo a la policía, tranquilo.
― Tienes razón. Además, Max es familia, no un guardia de seguridad. Si le hubiera pasado algo la bicicleta seria en lo último en lo que pensaría.
Yo no entendía las palabras de los humanos, pero después de que hablaran y de que Jack se calmara, me miro y se acercó. Me acarició y rascó justo en la parte de la oreja que tanto me gustaba. Más tarde, fuimos a un lugar donde jamás me habían llevado. Allí conocí a varios perros y un Pastor Alemán bastante serio me dijo que estaba en la estación de policía. Así que ese era el lugar donde castigan a los humanos cuando hacían algo mal o algo así. Luego de un rato, Jack y Sally terminaron de hablar con un señor que tenía una estrella pequeña a un lado del pecho.
― ¿Así que tú eres “Max, el perrito amigable a prueba de ladrones”, eh?
Me acarició un rato y luego nos fuimos a casa.
― Admítelo, es gracioso.
―Han pasado varios días y no puedo creer que el video se haya hecho viral en redes sociales.
― Es gracioso, te lo dije. Ahora vivimos con una superestrella.
― Sí, es gracioso que Max se haya hecho viral por eso. No pudo evitar el robo, pero su acto de amistad y de confianza hacia el ladrón, enterneció a más de uno. Se ganó el corazón de varias personas.
No había vuelto a ver al humano del garaje, pero por alguna extraña razón ahora las personas jugaban conmigo en la calle y muchas se detenían a conversar con Jack y Sally, además de darme una pequeña caricia con una sonrisa. Era extraño, pero yo no entendía a los humanos, solo podía amarlos.
― Tienes admiradores, Max.
― Seré la capitana de tu club de fans. Soy tu dueña y tengo privilegios.
― Graciosa.
― Por cierto, compré un sistema de alarmas para la casa, ya que Max no avisa.
― Tranquilo, Max. Así te amamos y no te cambiaríamos por nada.
― ¿Sabes que no ha habido suerte, cierto? No han podido atrapar al ladrón…
―Bueno, al menos dentro de poco tendrás una nueva bicicleta. Tal vez la necesitaba más que tú. No lo estoy justificando, pero pudo ser peor y no lo fue.
― Cierto…
Jack y Sally seguían hablando, y yo seguía sin entender. Pero sentía como su humor era bueno y se veían relajados y felices, así que yo también lo estaba. Internamente hubiera querido volver a ver a mi amigo, el humano del garaje, pero Sally me había comprado más bocadillos, así que rápidamente se me fue olvidando. Pero más personas nos seguían saludando cuando íbamos al parque, eso me gustaba. Más personas que jugaran conmigo, me ponía feliz.
Yo me había perdido, llamé a mi madre y a mis hermanos pero ninguno de ellos había aparecido. En medio del frio de las noches donde estaba solo en la intemperie, soñaba con un hogar. Hoy en día lo tenía. Jack y Sally me cuidaban tanto que su amor lo reflejaban cepillando mi pelaje o dándome bocadillos de obsequio. Eran una pareja de gustos perrunos y por las tardes, cuando ellos llegaban del trabajo, casi siempre salíamos a pasear al parque cercano.
Oh, el parque… Allí podía jugar con otros perros y conocer a hembras muy hermosas. Algunos humanos olían raro, tanto que cuando mi nariz entraba en contacto con el humo que inhalaban, no podía evitar estornudar. Algunos de nuestros sentidos eran muy sensibles, pero eso podía ser una ventaja. En el parque había escuchado de otros perros que algunos de nosotros tenían empleos. Sí, como los humanos. Me parecía extraño, pero al parecer algunos ayudábamos a combatir el crimen o algo así, era como le decían a las cosas que hacían los humanos que no estaban bien.
Decían los perros aventureros, cuyos dueños los sacaban a pasear todo el día, más allá de las cinco cuadras que normalmente habituábamos, que algunos humanos recibían castigos por hacer cosas malas, al igual que nosotros. Supongo que todos debemos obedecer a algo. Conocía a muchos humanos, pero ninguno olía como Jack o Sally, ellos olían a casa. Me preguntaba si les sucedía lo mismo a los demás perros.
Una noche, luego de nuestra caminata por el atardecer, Sally me había servido mis galletas favoritas de carne y luego ambos subieron a su habitación, mientras yo me quedaba en la sala. Esperaba que el gato de la vecina entrara por la ventana de la casa de al lado como hacia siempre, era como una rutina para mí y me sentía comodo con que se repitiera sin parar. No conocía muchos gatos, aunque sabía que otros perros no se llevaban bien con ellos, pero a mi agradaba Bigotes. Era tranquilo y parecía que no le molestaba mi presencia. Era una noche tranquila.
Hasta que escuché un sonido extraño proveniente del garaje. ¿Qué sucedía? Estaba seguro de que mis humanos estaban dormidos, y Bigotes ya había entrado a su casa. Decidí investigar, así que me acerqué al garaje. Sin problema llegué al sitio y entonces lo vi. Me llegó su olor antes de poder enojarme. Había visto a este humano días atrás cuando Jack y Sally tuvieron un picnic en el parque y por un tiempo, sin que ellos lo notaran, el mismo hombre había jugado conmigo usando un platillo volador de plástico rojo. Olía a comida, a bocadillos. No olía a maldad. Él se había quedado quieto en cuanto me vio entrar, pero no parecía agresivo. Un susto aparente es lo que se llevó al verme, así que decidí acercarme. Luego de olerlo bien, lo lamí y su cuerpo tenso se relajó. Comenzó a acariciarme.
― Oye, amigo. Yo solo venía a robar una bicicleta. ¿Me has dado un susto tremendo. Eres aquel perrito lindo del otro día, cierto? Sí, no puedo resistirme. Eres muy adorable, ojalá tuviera un amigo como tú.
No podía entender del todo lo que el humano decía, pero lo vi sonreír. Dejó lo que estaba haciendo y jugó conmigo un largo rato. Era la clase de humanos que me agradaban. Por un momento nuestra conexión fue muy especial. Me gustaría que jugara conmigo más seguido. Tras un rato de hacer trucos para él, como me había enseñado Jack, de su bolsillo tomó un par de bocadillos para mí. Eran parecidos a los que Sally solía darme cuando hacía algo bien, así que mi cola no dejaba de moverse.
― Solo tenía ese poco, amigo. Eres muy amable y confiado, me agradas mucho. Lamento llevarme la bicicleta de tu dueño, pero la necesito para conseguir empleo de repartidor, lo siento. Espero no meterte en problemas, no sabía que esta era tu casa. Gracias por no delatarme, amigo. Disfruta del último bocadillo que tengo para ti. Siempre cargo algunos porque me agradan los animales y tú eres especial. Adiós.
El hombre se fue sonriendo, así que ambos estábamos contentos. Aunque si noté que llevaba rodando la bicicleta de Jack, pero la verdad era que el bocadillo estaba delicioso. En poco tiempo me quedé dormido, satisfecho. El hombre había cerrado el garaje y no había nada de qué preocuparse.
Para cuando desperté ya era de día y subí corriendo las escaleras para despertar a mis humanos. Luego de unas horas, ambos bajaron con el rostro lleno de pereza. Los entendía, a veces yo tampoco quería hacer nada. Pero en cuanto vieron mi rostro se alarmaron. Se asustaron y eso me asustó a mí también.
― ¿Max, qué tienes en el hocico?
Tras un rato, terminé en el lavabo, con Sally limpiando cerca de mis dientes. Al parecer habían quedado rastros de mi bocadillo exquisito alrededor de mi hocico. Me habían descubierto. Pero todo estaba bien porque ellos no parecían molestos, solo asustados. Creo que pensaban que iba a enfermarme, pero yo no me sentía enfermo. Como no había comida a la vista, quisieron saber qué había comido y de dónde.
Jack revisó las pantallas de un pequeño robot que había comprado hacía tiempo y fue entonces cuando lo supieron. Jack salió corriendo al garaje después de ver las cámaras de seguridad y notó que su bicicleta no estaba. Sus manos fueron directo a su cabeza, estaba perplejo. Yo no entendía cuál era el problema, el humano de anoche era un amigo. ¿No le había prestado su bicicleta? Más atrás llegó Sally y sus ojos estaban muy abiertos, luego hizo una mueca con sus labios.
― Ay, no…
― ¿Max, qué hiciste?
―Más bien, qué no hizo…
― ¡Nos robaron, Sally!
― Estoy al tanto de eso.
― ¡Y él se dejó acariciar por el ladrón! ¡Hasta jugó con él y le dio de comer! ¡Ni siquiera ladró para que lo escucháramos y así alertarnos! ¡Esto es inaudito!
― Lo entiendo… Pero mira el lado bueno. Pudieron haber entrado a la casa y haberse llevado algo más, incluso haber subido a la habitación y hacernos daño. ¿O qué hubiera pasado si por enfrentar al ladrón, hubieran lastimado a Max? Sé que amas esa bicicleta, pero sigue siendo una bicicleta. En tal caso, podemos reportarlo a la policía, tranquilo.
― Tienes razón. Además, Max es familia, no un guardia de seguridad. Si le hubiera pasado algo la bicicleta seria en lo último en lo que pensaría.
Yo no entendía las palabras de los humanos, pero después de que hablaran y de que Jack se calmara, me miro y se acercó. Me acarició y rascó justo en la parte de la oreja que tanto me gustaba. Más tarde, fuimos a un lugar donde jamás me habían llevado. Allí conocí a varios perros y un Pastor Alemán bastante serio me dijo que estaba en la estación de policía. Así que ese era el lugar donde castigan a los humanos cuando hacían algo mal o algo así. Luego de un rato, Jack y Sally terminaron de hablar con un señor que tenía una estrella pequeña a un lado del pecho.
― ¿Así que tú eres “Max, el perrito amigable a prueba de ladrones”, eh?
Me acarició un rato y luego nos fuimos a casa.
― Admítelo, es gracioso.
―Han pasado varios días y no puedo creer que el video se haya hecho viral en redes sociales.
― Es gracioso, te lo dije. Ahora vivimos con una superestrella.
― Sí, es gracioso que Max se haya hecho viral por eso. No pudo evitar el robo, pero su acto de amistad y de confianza hacia el ladrón, enterneció a más de uno. Se ganó el corazón de varias personas.
No había vuelto a ver al humano del garaje, pero por alguna extraña razón ahora las personas jugaban conmigo en la calle y muchas se detenían a conversar con Jack y Sally, además de darme una pequeña caricia con una sonrisa. Era extraño, pero yo no entendía a los humanos, solo podía amarlos.
― Tienes admiradores, Max.
― Seré la capitana de tu club de fans. Soy tu dueña y tengo privilegios.
― Graciosa.
― Por cierto, compré un sistema de alarmas para la casa, ya que Max no avisa.
― Tranquilo, Max. Así te amamos y no te cambiaríamos por nada.
― ¿Sabes que no ha habido suerte, cierto? No han podido atrapar al ladrón…
―Bueno, al menos dentro de poco tendrás una nueva bicicleta. Tal vez la necesitaba más que tú. No lo estoy justificando, pero pudo ser peor y no lo fue.
― Cierto…
Jack y Sally seguían hablando, y yo seguía sin entender. Pero sentía como su humor era bueno y se veían relajados y felices, así que yo también lo estaba. Internamente hubiera querido volver a ver a mi amigo, el humano del garaje, pero Sally me había comprado más bocadillos, así que rápidamente se me fue olvidando. Pero más personas nos seguían saludando cuando íbamos al parque, eso me gustaba. Más personas que jugaran conmigo, me ponía feliz.
-Inglés/English-
-Inglés/English-
One bark away from being a hero
I had been walking for a long time, thirsty and hungry. Sometimes I dreamed about it and my little paws twitched in my sleep. I had been rescued by Jack and Sally, a human couple who, seeing me so small and helpless on the side of the road, held me in their arms and have since become my family.
I was lost, I called my mother and my siblings but none of them had shown up. In the middle of the cold nights where I was alone in the open, I dreamed of a home. Today I had one. Jack and Sally cared for me so much that their love was reflected by brushing my fur or giving me treats. They were a couple with doggy tastes and in the evenings, when they came home from work, we almost always went for a walk in the nearby park.
Oh, the park... There I could play with other dogs and meet beautiful females. Some humans smelled funny, so much so that when my nose came in contact with the smoke they inhaled, I couldn't help but sneeze. Some of our senses were very sensitive, but that could be an advantage. At the park I had heard from other dogs that some of us had jobs. Yes, just like humans. It seemed strange to me, but apparently some of us helped fight crime or something, it was how they called the things humans did that were not right.
They said the adventurous dogs, whose owners took them out for walks all day, beyond the five blocks we were normally used to, that some humans got punished for doing bad things, just like us. I guess we all have to obey something. I knew a lot of humans, but none smelled like Jack or Sally, they smelled like home. I wondered if it was the same for other dogs.
One evening, after our sunset walk, Sally had served me my favorite meat cookies and then they both went up to their room, while I stayed in the living room. I waited for the neighbor's cat to come in through the window of the house next door as it always did, it was like a routine for me and I was comfortable with it repeating itself endlessly. I didn't know many cats, although I knew that other dogs didn't get along with them, but I liked Whiskers. He was quiet and didn't seem to mind my presence. It was a quiet night.
Until I heard a strange sound coming from the garage. What was going on? I was sure my humans were asleep, and Whiskers had already gone inside his house. I decided to investigate, so I approached the garage. With no problem I reached the site and then I saw him. I got a whiff of him before I could get angry. I had seen this human days before when Jack and Sally had a picnic in the park and for a while, unbeknownst to them, the same man had played with me using a red plastic flying saucer. It smelled like food, like snacks. It didn't smell of evil. He had stood still as soon as he saw me enter, but he didn't seem aggressive. An apparent scare is what he got when he saw me, so I decided to approach. After getting a good sniff, I licked him and his tense body relaxed. He started petting me.
― Hey, buddy. I was just coming to steal a bike. You scared the hell out of me. You're that cute doggy from the other day, aren't you? Yeah, I can't resist. You're so adorable, I wish I had a friend like you.
I couldn't quite understand what the human was saying, but I saw him smile. He stopped what he was doing and played with me for a long time. He was the kind of human I liked. For a moment our connection was very special. I wish he would play with me more often. After a while of doing tricks for him, as Jack had taught me, he took a couple of snacks for me from his pocket. They were similar to the ones Sally used to give me when I did something right, so my tail wouldn't stop wagging.
― I just had that little bit, buddy. You are very kind and trusting, I like you a lot. Sorry to take your owner's bike, but I need it to get a job as a delivery man, sorry. I hope I didn't get you in trouble, I didn't know this was your house. Thanks for not ratting me out, buddy. Enjoy the last snack I have for you. I always carry some because I like animals and you are special. Goodbye.
The man left smiling, so we were both happy. Although I did notice that he had Jack's bike rolling, but the truth was that the snack was delicious. Before long I fell asleep, satisfied. The man had closed the garage and there was nothing to worry about.
By the time I awoke it was morning and I ran upstairs to wake my humans. After a few hours, they both came downstairs with faces full of laziness. I understood them, sometimes I didn't want to do anything either. But as soon as they saw my face they were alarmed. They got scared and that scared me too.
― Max, what's that on your snout?
After a while, I ended up at the sink, with Sally cleaning near my teeth. Apparently there were traces of my luscious snack left around my snout. I had been discovered. But it was all right because they didn't seem upset, just scared. I think they thought I was going to get sick, but I didn't feel sick. Since there was no food in sight, they wanted to know what I had eaten and from where.
Jack checked the screens on a little robot he had bought some time ago and that's when they knew. Jack ran out to the garage after looking at the security cameras and noticed his bike was gone. His hands went straight to his head, he was perplexed. I didn't understand what the problem was, the human from last night was a friend, hadn't I lent him his bike? Further back Sally arrived and her eyes were wide, then she made a grimace with her lips.
― Oh, no...
― Max, what did you do?
― More like, what didn't you do?
― We were robbed, Sally!
― I'm aware of that.
― And he let himself be petted by the thief! He even played with him and fed him! He didn't even bark for us to hear so we'd be alerted! This is unheard of!
― I get it... But look on the bright side. They could have broken into the house and taken something else, even gone up to the bedroom and hurt us. Or what if by confronting the thief, they had hurt Max? I know you love that bike, but it's still a bike. In that case, we can report it to the police, don't worry.
― You're right. Besides, Max is family, not a security guard. If something had happened to him, the bike would be the last thing on my mind.
I didn't understand the human's words, but after they talked and Jack calmed down, he looked at me and came over. He petted and scratched me right on the part of my ear that I loved so much. Later, we went to a place where I had never been taken before. There I met several dogs and a rather serious German Shepherd told me he was at the police station. So that was the place where they punish humans when they did something wrong or something. After a while, Jack and Sally finished talking to a gentleman who had a little star on the side of his chest.
― So you're "Max, the friendly, thief-proof doggie," huh?
He petted me for a while and then we went home.
― Admit it, it's funny.
― It's been a few days and I can't believe the video has gone viral on social media.
― It's funny, I told you. We live with a superstar now.
― Yeah, it's funny that Max went viral for that. He couldn't prevent the robbery, but his act of friendship and trust towards the thief, touched more than one person's heart. He won the hearts of several people.
I hadn't seen the human from the garage again, but for some strange reason people were now playing with me on the street and many stopped to chat with Jack and Sally, as well as giving me a little caress with a smile. It was strange, but I didn't understand humans, I could only love them.
― You have fans, Max.
― I will be the captain of your fan club. I own you and I have privileges.
― Funny.
― By the way, I bought an alarm system for the house, since Max doesn't give any warning.
― Relax, Max. That's how we love you and wouldn't trade you for anything.
― You know we haven't had any luck, right? They haven't been able to catch the burglar?
― Well, at least you'll soon have a new bike. Maybe I needed it more than you did. I'm not justifying it, but it could have been worse and it wasn't.
― Right...
Jack and Sally were still talking, and I still didn't understand. But I felt like their mood was good and they looked relaxed and happy, so I was too. Internally I would have liked to see my friend, the human from the garage, again, but Sally had bought me more snacks, so I quickly forgot about it. But more people kept waving at us when we went to the park, I liked that. More people playing with me, that made me happy.
I was lost, I called my mother and my siblings but none of them had shown up. In the middle of the cold nights where I was alone in the open, I dreamed of a home. Today I had one. Jack and Sally cared for me so much that their love was reflected by brushing my fur or giving me treats. They were a couple with doggy tastes and in the evenings, when they came home from work, we almost always went for a walk in the nearby park.
Oh, the park... There I could play with other dogs and meet beautiful females. Some humans smelled funny, so much so that when my nose came in contact with the smoke they inhaled, I couldn't help but sneeze. Some of our senses were very sensitive, but that could be an advantage. At the park I had heard from other dogs that some of us had jobs. Yes, just like humans. It seemed strange to me, but apparently some of us helped fight crime or something, it was how they called the things humans did that were not right.
They said the adventurous dogs, whose owners took them out for walks all day, beyond the five blocks we were normally used to, that some humans got punished for doing bad things, just like us. I guess we all have to obey something. I knew a lot of humans, but none smelled like Jack or Sally, they smelled like home. I wondered if it was the same for other dogs.
One evening, after our sunset walk, Sally had served me my favorite meat cookies and then they both went up to their room, while I stayed in the living room. I waited for the neighbor's cat to come in through the window of the house next door as it always did, it was like a routine for me and I was comfortable with it repeating itself endlessly. I didn't know many cats, although I knew that other dogs didn't get along with them, but I liked Whiskers. He was quiet and didn't seem to mind my presence. It was a quiet night.
Until I heard a strange sound coming from the garage. What was going on? I was sure my humans were asleep, and Whiskers had already gone inside his house. I decided to investigate, so I approached the garage. With no problem I reached the site and then I saw him. I got a whiff of him before I could get angry. I had seen this human days before when Jack and Sally had a picnic in the park and for a while, unbeknownst to them, the same man had played with me using a red plastic flying saucer. It smelled like food, like snacks. It didn't smell of evil. He had stood still as soon as he saw me enter, but he didn't seem aggressive. An apparent scare is what he got when he saw me, so I decided to approach. After getting a good sniff, I licked him and his tense body relaxed. He started petting me.
― Hey, buddy. I was just coming to steal a bike. You scared the hell out of me. You're that cute doggy from the other day, aren't you? Yeah, I can't resist. You're so adorable, I wish I had a friend like you.
I couldn't quite understand what the human was saying, but I saw him smile. He stopped what he was doing and played with me for a long time. He was the kind of human I liked. For a moment our connection was very special. I wish he would play with me more often. After a while of doing tricks for him, as Jack had taught me, he took a couple of snacks for me from his pocket. They were similar to the ones Sally used to give me when I did something right, so my tail wouldn't stop wagging.
― I just had that little bit, buddy. You are very kind and trusting, I like you a lot. Sorry to take your owner's bike, but I need it to get a job as a delivery man, sorry. I hope I didn't get you in trouble, I didn't know this was your house. Thanks for not ratting me out, buddy. Enjoy the last snack I have for you. I always carry some because I like animals and you are special. Goodbye.
The man left smiling, so we were both happy. Although I did notice that he had Jack's bike rolling, but the truth was that the snack was delicious. Before long I fell asleep, satisfied. The man had closed the garage and there was nothing to worry about.
By the time I awoke it was morning and I ran upstairs to wake my humans. After a few hours, they both came downstairs with faces full of laziness. I understood them, sometimes I didn't want to do anything either. But as soon as they saw my face they were alarmed. They got scared and that scared me too.
― Max, what's that on your snout?
After a while, I ended up at the sink, with Sally cleaning near my teeth. Apparently there were traces of my luscious snack left around my snout. I had been discovered. But it was all right because they didn't seem upset, just scared. I think they thought I was going to get sick, but I didn't feel sick. Since there was no food in sight, they wanted to know what I had eaten and from where.
Jack checked the screens on a little robot he had bought some time ago and that's when they knew. Jack ran out to the garage after looking at the security cameras and noticed his bike was gone. His hands went straight to his head, he was perplexed. I didn't understand what the problem was, the human from last night was a friend, hadn't I lent him his bike? Further back Sally arrived and her eyes were wide, then she made a grimace with her lips.
― Oh, no...
― Max, what did you do?
― More like, what didn't you do?
― We were robbed, Sally!
― I'm aware of that.
― And he let himself be petted by the thief! He even played with him and fed him! He didn't even bark for us to hear so we'd be alerted! This is unheard of!
― I get it... But look on the bright side. They could have broken into the house and taken something else, even gone up to the bedroom and hurt us. Or what if by confronting the thief, they had hurt Max? I know you love that bike, but it's still a bike. In that case, we can report it to the police, don't worry.
― You're right. Besides, Max is family, not a security guard. If something had happened to him, the bike would be the last thing on my mind.
I didn't understand the human's words, but after they talked and Jack calmed down, he looked at me and came over. He petted and scratched me right on the part of my ear that I loved so much. Later, we went to a place where I had never been taken before. There I met several dogs and a rather serious German Shepherd told me he was at the police station. So that was the place where they punish humans when they did something wrong or something. After a while, Jack and Sally finished talking to a gentleman who had a little star on the side of his chest.
― So you're "Max, the friendly, thief-proof doggie," huh?
He petted me for a while and then we went home.
― Admit it, it's funny.
― It's been a few days and I can't believe the video has gone viral on social media.
― It's funny, I told you. We live with a superstar now.
― Yeah, it's funny that Max went viral for that. He couldn't prevent the robbery, but his act of friendship and trust towards the thief, touched more than one person's heart. He won the hearts of several people.
I hadn't seen the human from the garage again, but for some strange reason people were now playing with me on the street and many stopped to chat with Jack and Sally, as well as giving me a little caress with a smile. It was strange, but I didn't understand humans, I could only love them.
― You have fans, Max.
― I will be the captain of your fan club. I own you and I have privileges.
― Funny.
― By the way, I bought an alarm system for the house, since Max doesn't give any warning.
― Relax, Max. That's how we love you and wouldn't trade you for anything.
― You know we haven't had any luck, right? They haven't been able to catch the burglar?
― Well, at least you'll soon have a new bike. Maybe I needed it more than you did. I'm not justifying it, but it could have been worse and it wasn't.
― Right...
Jack and Sally were still talking, and I still didn't understand. But I felt like their mood was good and they looked relaxed and happy, so I was too. Internally I would have liked to see my friend, the human from the garage, again, but Sally had bought me more snacks, so I quickly forgot about it. But more people kept waving at us when we went to the park, I liked that. More people playing with me, that made me happy.
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Awwwww ¡que linda historia amigaaa! Amé imaginarme a mi perrita pensando de ese modo, es que a fin de cuentas yo tampoco le he enseñado a ladrarle a ladrones, así que estoy segura de que, tal vez, haría lo mismo por una golosina 🥹🥹🥹
Que linda. Lo único es que hay que cuidarlos porque también hay gente mala que a veces quieren hacerles daño, a pesar de que tenga casita. Mis gatitos son muy confianzudos y me da miedo que no huyan de la gente mala.
Es verdad amiga, yo me la paso detrás de mi perrita porque ella aun es pequeña y no conoce la maldad, es cierto lo que dices 🫂💞
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Que perrito tan lindooooo, es difil para mi ver uno y por lo menos no saludarle jajaj tipo (Hola perro) jajaja genial tu historia amiga y benditas sean las personas tipo Jack y Sally un amor. Hasta famoso y todo el perritus. @gislandpoetic