Prosa poética: Neófito milagro [Esp-Eng]

Las gotas al caer. Ese simple ruido de un colapso sobre el suelo. Allí estaba nuestra historia de amor condensada. No era la lluvia de memorias perdidas en la inmensidad de horas muertas, era la calidez con la que tus besos encendían en mí todas las alertas, puertas a jardines decorados con tus versos oníricos de paz que me embriagaban con cada acercamiento. Inundado en un éxtasis de sinceridad y de genuina mortandad.

¿Pueden los dioses extremecerse con tan ordinaria magnificencia? Nunca me importó. Si para ellos solo somos granos de arena, para mí tú eres el centro del universo. Una aurora boreal que pudo envolverme sin un atisbo de calamidad. Fluido y tenaz, por nuestras venas bombeó el elixir de la fórmula magistral, en un baile llameante de precisas decisiones sentenciales.

La voz neófita del milagro y la verdad, aquella gritando por un suspiro de presencia en esta decadente humanidad, hizo eco en el edificio vacío en el que nuestra unión se formalizaba de manera cabal. Almas y esencias que se apagan al llegar al mar, ahogadas a mitad de una frase y decepcionadas de buscar la felicidad. Algunas mueren para que otras puedan prosperar, es un bizarro azar del que nadie posee certeza de a quien amará hasta el final.

Derretidos en una profunda verdad, el resultado de nuestro esfuerzo carnal va más allá de una científica aval. Unidos no solo por la sensación y el ciclo impenetrable, la voluntad y devoción pueden hacernos llegar lejos en nuestra creencia inalterable. Sangre purpura que nos identifica en impares, sobreviviendo en rojos mares de traición y besos banales.

La felicidad no siempre cae del cielo como estrella perdida pidiendo ser adoptada, para nosotros hay que suplicarla o trabajarla. Así fue como nuestra vitalidad ahora viene de una simple sonrisa casi inaudible, es el sonido de la reafirmación de nuestro propósito indiscutible. Sus ojos son como galaxias colapsando en su propia nebulosa hipnótica, su latido impaciente, si lo notas, me recuerda a la batería de una canción de indie rock que tanto amas y su piel delgada son como pétalos de rosas, tan delicada.

Y aunque tú amor por mi termine algún día, este lazo jamás ha de romperse por la bendición de haber concebido juntos a esta futura bohemia y reina de la mayoría de mis rimas. En el corazón de ambas reside el código que desbloquea mis puertas más tercas, liberando un animal hambriento de amor, capaz de sacrificarlo todo salvando sus vidas.

Si el humano es ambicioso por las razones incorrectas, mi alma pondré en juego para resguardarlas por las correctas. Un roce es suficiente para llenar mi corazón de hojas de primavera y sonatas sublimes interpretadas por orquestas. Justo cuando estoy cerca de definirlo, se evapora dicha definición y es que concretar un concepto de mi amor es limitarlo cruelmente y sin pudor.

Estas palabras pueden llevárselas el viento y ser arrastradas por la marea, pero en la inmensidad de las confesiones que se le susurran a la Luna, ella sabe indudablemente que no miento, ni podría nunca. Amante y padre soy, y la vida entregaría sin duda alguna.

The falling drops. That simple noise of a collapse on the ground. There was our love story condensed. It wasn't the rain of memories lost in the immensity of dead hours, it was the warmth with which your kisses ignited in me all the alerts, doors to gardens decorated with your dreamlike verses of peace that intoxicated me with every approach. Flooded in an ecstasy of sincerity and genuine deadliness.

Can the gods be so extreme with such ordinary magnificence? I never cared. If to them we are only grains of sand, to me you are the center of the universe. An aurora borealis that could envelop me without a hint of calamity. Fluid and tenacious, through our veins pumped the elixir of the master formula, in a flaming dance of precise sentential decisions.

The neophyte voice of miracle and truth, the one crying out for a sigh of presence in this decadent humanity, echoed in the empty building in which our union was formalized in a complete way. Souls and essences that are extinguished upon reaching the sea, drowned in mid-sentence and disappointed in the pursuit of happiness. Some die so that others may thrive, it is a bizarre chance of which no one is certain of whom they will love to the end.

Melted in a deep truth, the result of our carnal effort goes beyond a scientific endorsement. United not only by sensation and impenetrable cycle, will and devotion can make us go far in our unalterable belief. Purple blood that identifies us in odd, surviving in red seas of betrayal and banal kisses.

Happiness does not always fall from the sky like a lost star begging to be adopted, for us we have to beg for it or work for it. So it was that our vitality now comes from a simple, almost inaudible smile, it is the sound of the reaffirmation of our indisputable purpose. Her eyes are like galaxies collapsing into their own hypnotic haze, her impatient heartbeat, if you notice, reminds me of the drums of an indie rock song you love so much and her thin skin are like rose petals, so delicate.

And though your love for me may one day end, this bond shall never be broken by the blessing of having conceived together this future bohemian and queen of most of my rhymes. In the heart of both lies the code that unlocks my most stubborn doors, releasing an animal hungry for love, capable of sacrificing everything to save their lives.

If the human is ambitious for the wrong reasons, I will put my soul at stake to guard them for the right ones. A touch is enough to fill my heart with spring leaves and sublime sonatas played by orchestras. Just when I am close to defining it, the definition evaporates, because to define a concept of my love is to limit it cruelly and shamelessly.

These words can be carried away by the wind and swept away by the tide, but in the immensity of the confessions that are whispered to the moon, she undoubtedly knows that I do not lie, nor could I ever. Lover and father I am, and life I would deliver without question.