En mis manos la arena se retuerce,
en mis pies la sonata polvorienta aclama
a los deseosos de una musa alzada,
en mis rincones de sombras calientes.

En el suspiro de una noche fría,
de una tormenta etérea y salvaje,
los aullidos de una pasión me invaden;
es el llamado de las letras queriendo ser escritas.

En la escena de una ventana,
de una madre llorando por su hijo
O de un amor condenado al olvido,
su extracto susurra en mi alma.

Es la energía de lo invisible,
de la conexión que habita en el mundo,
de los hilos que nos unen como a uno,
de una historia queriendo escribirse.

De aquel silencio que para otros es incómodo,
para mí es una brecha de una voz en mute.
La simplicidad de un momento banal que me nutre.
Es la interpretación de la belleza en sólido.

De la lágrima que cae con terca lentitud,
yo logro alquemizar su dolor, sorpresa o rencor
Y un soneto deforme tal vez produzca yo.
Un respeto que deseo plasmar con similitud.

Cabalgando por la tarde en un sueño condensado,
la brisa con aires de tormenta sacude mis ansias,
será un buen momento para usar mi pluma delgada,
mientras la sangre se coagula en los muertos recordados.

Es un sentir y una canción especial.
La atención en los detalles y del azar trabajando,
en ensimismarme viendo el agua caer mientras me baño.
Todos oímos, pero no todos son capaces de escuchar.

Cual barco zarpa a una isla de ensueño,
mi libertad habita en una efímera rosa,
aquella que esconde secretos de la vida hermosa,
mirada a través de una sensibilidad en aumento.

Que mis pies me guíen siempre a un buen soneto,
oculto bajo un acto magistralmente trágico o célebre.
Donde pueda ver una vez más la escurridiza liebre,
de la belleza de la vida dejándome en desconcierto.

Para inspirarse solo hace falta estar vivos.
Abriendo el corazón genuinamente sin maldad,
todo fluirá si queremos expresarnos con libertad,
haciendo falta unos ojos bien abiertos y un fuerte latido.

In my hands the sand writhes,
in my feet the dusty sonata acclaims
to those desirous of a rising muse,
In my corners of warm shadows.

In the sigh of a cold night,
of an ethereal and wild storm,
the howls of a passion invade me;
it is the call of letters wanting to be written.

In the scene of a window,
Of a mother crying for her son
Or of a love condemned to oblivion,
its extract whispers in my soul.

It is the energy of the invisible,
of the connection that dwells in the world,
of the threads that bind us as one,
of a story wanting to be written.

Of that silence that for others is uncomfortable,
for me it is a gap of a voice in mute.
The simplicity of a banal moment that nourishes me.
It is the interpretation of beauty in solid.

Of the tear that falls with stubborn slowness,
I manage to alchemize its pain, surprise or rancor.
And a deformed sonnet perhaps I produce.
A respect that I wish to capture with similarity.

Riding through the afternoon in a condensed dream,
the breeze with stormy airs shakes my anxieties,
it will be a good time to use my thin pen,
as the blood coagulates in the remembered dead.

It is a special feeling and a special song.
Attention to detail and chance at work,
in self-absorbed watching the water fall as I bathe.
We all hear, but not everyone is able to listen.

Like a ship sets sail to a dream island,
my freedom dwells in an ephemeral rose,
the one that hides secrets of the beautiful life,
seen through a growing sensibility.

May my feet guide me always to a good sonnet,
hidden beneath a masterfully tragic or celebrated act.
Where I can once again see the elusive hare,
of life's beauty leaving me in bewilderment.

To be inspired you only need to be alive.
Opening the heart genuinely without malice,
everything will flow if we want to express ourselves freely,
it is necessary to have eyes wide open and a strong heartbeat.