Sintiendo la brisa empujarme, contemplando el clima inestable. A veces lloviendo y otros soleado incasable. De momentos somos esclavas, las horas pasan condenándonos a marchitarnos. Nacemos para vivir en la intemperie, rogando porque nuestra existencia sea plena, a pesar de ser breve. Conociendo solo de nubes y tierra, ser bellas es nuestra meta.

Suaves al tacto y rubores exquisitos, en nuestro aspecto se refugian los más hermosos significados, letales y profundos. Millones de poemas parten de nuestra creación, representación o maldición. Comparadas con piernas largas o con alguna estación. A los días surtimos color y en las noches entramos en la casa de algún ladrón.

Inspiramos más allá que amor o admiración, en nuestro trabajo de exhibición solemos deslumbrar sin aparente razón. Nuestro hogar siempre será donde obtengamos más atención, así el viento y el rocío sean los únicos que nos brinden protección. Las palabras jamás serán suficientes para describir por nosotras el amor.

De miles de canciones poseemos los derechos de autor y en cada clima podemos asomarnos o no. De miel a veces es nuestro sabor o rancio de pavor. En un libro, la cocina o en tu habitación vigilamos los suspiros de un secreto amor, con dedicatoria o sin valor. De nuestra delicada estima muchos se alimentan de nuestra gloriosa cima. Merodeando ante nosotras con sus espadas jugando al esgrima.

El frio soportamos y entre nosotras hablamos. Conociendo tantas historias como para escribir cientos de libros en menos de un año. De sepulturas, romances y engaños, nacemos conociendo su voluble significado. En campos, praderas y balcones adornamos, pero la belleza se extingue tarde o temprano.

De las lágrimas nos alimentamos y la luz anhelamos. Arrogadas al olvido a veces morimos, pero en otra vida conseguimos cobijo. A los granjeros coqueteamos y de los tornados huimos. Nuestro dulce seduce a más de uno directo desde su nido y nosotras los recibimos sin quejas ni compromiso.

Tocadas por todos sin poder resistirnos. Al contrario de sentirnos ofendidas, nos abrimos para recibirlos. Extendidas sin vergüenza ni pecado prohibido, sostenemos la vida alrededor del globo tejido. Las alas nos ayudan a difundirlo y muy lejos llega nuestro cumplido. Encomendado el pedido, los viajes de nuestros pequeños amigos amplían nuestra especie para evitar el peligro.

Brillantes como tinta de acuarela en cuadros parisinos, nuestras raíces son delicadas y merecen mimos. Nuestras hojas danzan con el cantar de las aves en vuelos mantenidos, mientras nuestro tallo verde enternece a los forajidos. Capaces de hipnotizar hasta al más distraído, brillantes somos a pesar de nuestros pocos días permitidos.

Pero cuenta la leyenda, que aun fría, opaca y añeja, podemos vivir para siempre encapsulada en el cuadro sobre una mesa, dentro de un libro o en una botella. Tal vez tú seas el siguiente en congelar nuestra belleza, teniendo contigo siempre el alma de una flor que ha deseado vivir muchas eras. Rosas, lirios o tal vez hortensias, somos lo más hermoso que puede producir la tierra. Somos muchas sin importar que pierdas la cuenta. Somos almas y promesas en forma de frágiles trozos de naturaleza.

Feeling the breeze pushing me, contemplating the unstable weather. Sometimes raining, sometimes unrelentingly sunny. Of moments we are slaves, the hours pass condemning us to wither. We are born to live in the open, praying for our existence to be full, even though it is brief. Knowing only of clouds and earth, to be beautiful is our goal.

Soft to the touch and exquisite blushes, in our appearance are sheltered the most beautiful meanings, lethal and profound. Millions of poems start from our creation, representation or curse. Compared with long legs or with some season. To the days we supply color and in the nights we enter the house of some thief.

We inspire more than love or admiration, in our exhibition work we usually dazzle without apparent reason. Our home will always be where we get the most attention, even if the wind and the dew are the only ones that give us protection. Words will never be enough to describe love for us.

Of thousands of songs we own the copyright and in every weather we can peep or not. Of honey sometimes is our taste or stale of dread. In a book, the kitchen or in your room we watch the sighs of a secret love, with dedication or without value. From our delicate esteem many feed on our glorious summit. Prowling before us with their swords playing fencing.

The cold we endure and among us we talk. Knowing enough stories to write hundreds of books in less than a year. Of burials, romances and deceptions, we are born knowing their fickle meaning. In fields, meadows and balconies we adorn, but beauty dies out sooner or later.

From tears we feed and light we long for. Thrown into oblivion we sometimes die, but in another life we get shelter. To farmers we flirt and from tornadoes we flee. Our sweet seduces more than one directly from its nest and we receive them without complaint or compromise.

Touched by all without being able to resist. Contrary to feeling offended, we open ourselves to receive them. Spread without shame or forbidden sin, we sustain life around the woven globe. The wings help us to spread it and far reaches our compliment. Commended the order, our little friends' travels extend our kind to avoid danger.

Bright as watercolor ink in Parisian paintings, our roots are delicate and deserve pampering. Our leaves dance with the song of birds in sustained flights, while our green stems tenderize the outlaws. Capable of hypnotizing even the most distracted, we are brilliant despite our few days allowed.

But legend has it that even cold, dull and stale, we can live forever encapsulated in a painting on a table, inside a book or in a bottle. Maybe you will be the next to freeze our beauty, having with you always the soul of a flower that has wished to live many eras. Roses, lilies or perhaps hydrangeas, we are the most beautiful thing the earth can produce. We are many no matter how many you lose count. We are souls and promises in the form of fragile pieces of nature.