El Lado Maravilloso de la Vida [Also in English]

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This post is both in English and Spanish, you can go directly to English by clicking HERE

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Muchos de los que me conocen saben que siempre que tengo que dar un discurso o presentar un tema a un grupo de personas, una de mis herramientas para romper el hielo, es decir, algo fuera de lo común. Esa extravagancia consigue robar sonrisas a mi público y me aporta calma y confianza. Si se ríen de algo que digo, significa que están en mis manos. Pero tengo que ser inteligente, no puedo quedarme en eso, a medida que profundizo en el tema tengo que volver con algo que les haga moverse de sus asientos, que me haya pasado a mí y que no me aleje del tema. Es mi manera de mantener cautivo a mi público. No siempre me funciona.

En mi vida he vivido circunstancias que las he contado en mis historias de terror y suspenso. Pero hoy en día más que una horrible vivencia son motivos de alegría.

El segundo grado

El segundo grado lo estudié en el colegio San José en la ciudad de Maracay, Venezuela. Gratos recuerdos quedaron de ese colegio marista. Bueno, todos los momentos fueron gratos, menos uno.

Una mañana, estaba sentado en mi pupitre que se ubicaba en todo el frente del escritorio de la maestra Judith, una joven bella de grandes ojos bellos y de piernas adorables. Era un escritorio con un gran orificio en el frente. Desde que descubrí ese pupitre luché a capa y espada para que ningún mortal me lo expropiara hasta que la maestra descubrió que yo prestaba más atención a sus picones que a la clase. De estar en la zona VIP pasé a las gradas, pegado a la pared junto a los mala conducta.

A los minutos de haberme mudado y por alguna razón que no recuerdo sentí que el barro se estaba aflojando. Levanté con mucho disimulo mi nalguita derecha para dejar ir algún viento huracanado, pero el muy desgraciado se vino con escombros.

Antes de eso, la maestra, que estaba algo disgustada por mi admiración a sus picones, había prohibido a todos salir de clase y nos estaba haciendo un examen. Mi derecho a hablar estaba cercenado, así que busqué ayuda en mi compañero Andrés. Un negrito al que hoy en día le sigo recordando la mamá.

—Andrés, por favor, ve y dile de forma disimulada a la maestra que he tenido un accidente.

El tipo con los ojos como chivo chupando tamarindo se ha levantado y ha gritado con su mejor voz que yo me había cagado. Dios, en ese momento, quería ser un avestruz, quería que la tierra me chupara, pero eso no pasó.

La maestra me indicó que me dirigiera al sanitario y yo me moví de inmediato. Atrás quedaron todos riendo por mi desgracia. Al llegar al baño no sabía qué optar, limpiarme o suicidarme. Si en segundo grado me pasaban cosas así, ¿qué me podía esperar en la vida?

Después de esos acontecimientos creo que mi mente optó por una especie de defensa y lejos de sumergirme en depresión tomé todo con alegría. Me la pasaba riendo, era feliz y también disfrutaba de hacerle muecas a los niños hasta que un día vi la película JOKER, esa la de Joaquín Phoenix. En ese momento dejé de hacer muecas y de reírme a carcajadas, pero sin dejar de ver el lado maravilloso de la vida, de que al encontrarme frente a frente con la adversidad mi mejor arma era, es pensar en algo divertido, pero ojo, nada de payasadas, sino una actitud sonriente, positiva.

La catarata

Cuando mi vista comenzó a degradarse por la edad, hubo la necesidad de los lentes correctivos. En una oportunidad llevando a mi hijo menor, Luis Daniel a su colegio, que estaba cerca de casa y todavía inexperto con los anteojos, medí mal un desnivel en la acera y fui a parar al suelo. El degenerado de mi heredero hizo como que no andaba conmigo y yo con la pena me tocó realizar mi mejor escena digna de un Oscar.

Cuando caí una señora gritó asustada y todos en la calle fueron a parar donde yo estaba para ver lo que me había pasado. Yo me hice el inconsciente por unos minutos. No podía permitir que me vieran como un torpe y menos a pocos metros del colegio de Luis Daniel.

Cosas como las que les he contado me han pasado, me pasan y seguro seguirán pasando. Pues lo bueno de ello es que me sirven para contar historias divertidas, aunque en su momento fueron situaciones horribles. Lejos de amargarme, mi vida ha sido una serie de acontecimientos para reír y hacer reír a otros.

Un amigo me dijo algo que hoy en día no sé si lo dijo a manera de burla o en serio: —Germán Leonardo, eres tan inteligente que te ríes de ti mismo.

¿Ustedes, qué opinan?

Ah, se me olvidaba, jamás se me ha ocurrido decir esa frase que muchos expresan, esa en la que dicen que sienten un niño en el interior. No, eso no va conmigo, me suena a chinazo.

Todos los Derechos Reservados. © Copyright 2024 Germán Andrade G.

Contenido original, escrito y motivado por:
Ríete de ti mismo, aumenta la posibilidad de ser feliz y haz que todo sea posible -Reflexiones- por @emiliorios.

Imágenes editadas usando CANVA.

Es mi responsabilidad compartir con ustedes que, como hispanohablante, he tenido que recurrir al traductor Deepl para poder llevar mi contenido original en español al idioma inglés. También, hago constar que he utilizado la herramienta de revisión gramatical Grammarly.

English

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Many of you who know me know that whenever I have to give a speech or present a topic to a group of people, one of my icebreaker tools is to say something out of the ordinary. That outrageousness manages to steal smiles from my audience and bring me calm and confidence. If they laugh at something I say, it means they're in my hands. But I have to be clever, I can't just stop at that, as I get deeper into the subject I have to come back with something that makes them move out of their seats, that has happened to me and that doesn't take me away from the subject. It's my way of keeping my audience captive. It doesn't always work for me.

I have experienced circumstances in my life that I have told in my horror and suspense stories. But nowadays more than a horrible experience they are reasons to rejoice.

The second degree

I studied second grade at the San José School in the city of Maracay, Venezuela. I have fond memories of that Marist school. Well, all the moments were pleasant, except one.

One morning, I was sitting at my desk that was located in front of the desk of teacher Judith, a beautiful young woman with big beautiful eyes and lovely legs. It was a desk with a large hole in the front. Ever since I discovered that desk I fought tooth and nail for no mortal to expropriate it from me until the teacher discovered that I paid more attention to her picks than to the class. From being in the VIP area I moved to the bleachers, stuck to the wall next to the misbehaviors.

Within minutes of moving and for some reason I can't remember I felt the mud loosening up. I very slyly lifted my right buttock to let go of some hurricane wind, but the wretched thing came with debris.

Before that, the teacher, who was somewhat displeased by my admiration for her picones, had forbidden everyone to leave the classroom and was giving us a test. My right to speak was curtailed, so I sought help from my classmate Andres. A little black guy whose mother I still remember to this day.

-Andres, please go and tell the teacher in a disguised way that I had an accident.

The guy with eyes like a goat-sucking tamarind got up and shouted in his best voice that I had shit myself. God, at that moment, I wanted to be an ostrich, I wanted the earth to suck me, but that didn't happen.

The teacher directed me to the restroom and I moved immediately. Behind me, everyone was laughing at my misfortune. When I got to the bathroom I didn't know what to choose, clean myself or kill myself. If things like that happened to me in second grade, what could I expect in life?

After those events, I think my mind opted for a kind of defense and far from sinking into depression I took everything with joy. I laughed, I was happy and I also enjoyed making faces at the children until one day I saw the movie JOKER, the one with Joaquin Phoenix. At that moment I stopped making faces and laughing out loud, while still seeing the wonderful side of life, when I was face to face with adversity my best weapon was to think of something funny, but be careful, no clowning around, but a smiling and positive attitude.

The waterfall

When my eyesight began to degrade with age, there was a need for corrective lenses. On one occasion, taking my youngest son, Luis Daniel, to his school, which was close to home and still inexperienced with glasses, I misjudged a difference in the sidewalk and ended up on the ground. The degenerate of my heir pretended not to walk with me and I with the grief had to perform my best scene worthy of an Oscar.

When I fell a lady screamed in fright and everyone in the street went to where I was to see what had happened to me. I pretended to be unconscious for a few minutes. I could not allow them to see me as clumsy and less than a few meters from the school of Luis Daniel.

Things like what I have told you have happened to me, have happened to me, and will surely continue to happen. The good thing about it is that they serve me to tell funny stories, although at the time they were horrible situations. Far from being bitter, my life has been a series of events to laugh and make others laugh.

A friend of mine told me something that today I don't know if he meant it as a joke or seriously: -Germán Leonardo, you are so intelligent that you laugh at yourself.

What do you think?

Oh, I forgot, it has never occurred to me to say that phrase that many express, the one in which they say they feel a child inside. No, that doesn't suit me, it sounds like a joke to me.

All rights reserved. © Copyright 2024 Germán Andrade G.

The original content was written for:
Laugh at yourself, increase the possibility of happiness, and make everything possible -Reflections by @emiliorios.

Images edited using CANVA.

It is my responsibility to share with you that, as a Spanish speaker, I have had to resort to the translator Deepl to translate my original Spanish content into English. I also state that I have used the grammar-checking tool Grammarly.

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No siempre me funciona... (Me reí de como dices esto, pues, es difícil que el humor no funcione)
¡Qué chasco German, de verdad que creo que todos tenemos uno grande del colegio!
Pero bueno, no puedo más que halabar tu manera de redactar.
Y sí, es de inteligentes reiorse de uno mismo.
Muy beuno @germanandradeg, de veras, muy bueno.
Gracias.

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Como siempre con esa jocosidad y originalidad que hace inconfundible cada uno de tus post amigo. Desde chiquito eras avispado vale jajajajaja! que divertido leerte, siempre me sacas una sonrisa y eso es bueno amigo,gracias por eso, un abrazo!!!

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Tu siempre tan bonita mi querida amiga, mil gracias por pasarte por aquí.
Bendiciones para tu hogar.

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JA JA JA JA
Que cómico @germanandradeg, no es habitual ni tan fácil reirse cuando uno lee una publicación, porque en general van en tono muy serio, quizás muy serio como para incluso medio ver una mueca de sonrisa, pero me has hecho reír.

Reírse de uno mismo no es un hábito que muchos tengan, pero veo que usted si, y sin dudas, funciona bastante bien, muy alegre su manera de narrar sus historias. Gracias por ello.

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Amigo Manuel (@apineda), me contenta mucho que hayas disfrutado esta locura que he escrito y que he querido compartir con mucho cariño y picardía. Mil gracias por tu visita y amable comentario.
Mis mejores deseos para ti y los tuyos.
Saludos desde este lado de la pantalla.

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Hola @germanandradeg , me he reido mucho con tu historia, jajaja definitivamente tienes esa chispa para los cuentos y contagiarnos de esa alegría que refljas en ellos. Gracias por compartir esos momentos que tomas como pretexto para hacernos sonreir.

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Dios nos mandó a disfrutar de su creación, a ser felices. No hay razón para amargarnos o sumergirnos en tristezas. Por ello yo me esmero en sonreír, en ser feliz y ver en cada circunstancia algo bonito, divertido, maravilloso, así como este momento en que estoy respondiendo tu bello comentario, mi querida Mariela (@cautiva-30).
Bendiciones para tu hogar.

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