Recientemente, publiqué para esta comunidad y para una iniciativa que era lo que me gustaba de mí. La mayoría de las personas no les gusta decir las cosas buenas que hay en ellos, prefieren que otros sean loe exponente del tema o magnifican sus defectos. Qué feo, hacen notar lo malo y lo bueno, se lo dejan a los demás. Nosotros somos los indicados para decir quiénes somos, que hay de bueno y malo, más nadie tiene ese conocimiento.

Recuerdo hace muchos años, que un gerente de una empresa al entrevistarme me preguntó que era lo mejor de mí. Yo, inexperto, muy muchacho, respondí que yo no podía responder esa pregunta, que quien la podía responder eran los que me conocían. Pensaba que era una forma de demostrar humildad, pero cuan equivocado estaba. Este señor que me entrevistaba, cuyo nombre era Santos Gracianni, al escuchar mi respuesta, me dijo: "muchacho tonto, tú eres el que te conoces, nadie mejor que tú sabe quién eres, que es lo malo y lo bueno en ti, así que eso que respondiste jamás en tu vida lo vuelvas hacer." Con todo y eso me contrató y fue el mejor jefe que tuve en mi vida laborar. Ese señor se transformó en un amigo, en un maestro. En ese momento él fue un influencer que me ayudó a cambiar para bien. De allí aprendí que debía poner atención a quién era y gritarlo al mundo si era necesario.

Cuando estudiaba el ciclo diversificado en el colegio San Vicente de Paul, en Caracas, el profesor Esculpí, encargado de dar la materia de química, en una clase, expresó: "todo en el universo es energía y la energía está en constante cambio." ¡WOW!, esa frase se me grabó en el coco y hoy en día la tengo muy presente. En la medida que vamos consumiendo la vida vamos aprendiendo, acumulando experiencia y todo eso conlleva un cambio. Así mismo como lo decía el profe.

En mí consumir de vida he tenido diferentes conceptos de mí, o sea, cambia mi ser y por supuesto cambia mi forma de verme. Por mi juventud, era todo un irreverente, un dueño del saber, un degenerado que se creía dueño del mundo. Creo que la mayoría pasamos por allí siendo jóvenes. Más tarde, ya graduado, era desbocado, todo lo quería para ya, no me detenía por nada, era muy ambicioso. Gané mucha plata y esto me llevó a comprar mis carros, mi primer apartamento y viajar, algo que me apasionaba y me apasiona. En el fondo era un ser que trabajaba duro, pero convencido que debía divertirme lo máximo.

Un día, la que era mi esposa ahora fallecida, me dio la noticia que sería papá. En ese momento noté que un cambio se avecinaba y era un cambio drástico. Las rumbas se acabarían, los viajes disminuirían y hasta llegué a pensar que mi vida se había jodido. Pero no fue así, si llegó una mayor responsabilidad, había una vida que dependía de mí, pero mi muchacho me acompaño a todos lados, sobre todo a la playa.

Los cambios no hicieron pausas, llegaron más hijos, divorcio, matrimonios, nuevos proyectos y lo que yo digo un antes y después en mi vida: la revelación de mi condición. A partir de allí tomé la vida consciente de quién era en realidad y seguí las instrucciones del terapeuta. Me sentía feliz y en paz.

Ahora, siendo pensionado en Venezuela, es imposible hacer lo que otros similares hacen un sus días de retiro. Tengo amigos en Italia que no se bajan de un crucero. Toda una vida trabajando duro tiene que ser recompensada con diversión. Mis hermanos y yo tenemos una compañía que en la medida que pasa el tiempo es más difícil mantener. Poco a poco hemos tenido que prescindir de buenos empleados y de espacio. No es fácil emprender en Venezuela debido a una política económica comunista. Todo esto me llevó a considerar que debía hacer un cambio porque lo que se venía no era bueno. Había que dar un golpe al timón.

Convencido de que se podía vivir usando el internet como herramienta, me sumergí en la búsqueda de como hacerlo con los conocimientos que tenía. Esta vez, cambiaba mi forma pasiva de trabajar y se iniciaba una búsqueda frenética de opciones.

En mayo de este año fui becado por una compañía europea. Eso sí fue una sorpresa porque entiendo que ser becado ya pasado los cincuenta no es algo muy común. Hoy en día tengo nuevos conocimientos, nuevas habilidades y mucha más hambre de conocimiento. Es como si me hubiese enamorado otra vez.

Pero el cambio no se quedó quieto. En la búsqueda de más conocimientos y con la base obtenida por mis estudios en la beca, di con unas personas que me han cedido aprender sobre SEO (Search Engine Optimization) sin pagar un centavo e incluso, me he ganado una laptop. Este cambio se ha dado porque me he mantenido en movimiento, decidí estar activo y buscar otros universos, nuevos conocimientos, nuevas experiencias y esto traerá beneficios formidables. Por supuesto, esto me llena de felicidad porque de alguna forma son metas logradas y razones inmensas para amar a la vida.

Entonces tenía razón, Esculpí, nada en el universo se está quieto, todo cambia o se transforma. Yo le agregaría que todo cambia, pero será para nuestro provecho si colaboramos con intención, con ganas, con amor y por supuesto con fe.