Las normas sociales y la grupalidad: reflexiones | Social norms and groupness: reflections [ES/EN]

Cuando nacemos, inicia el complejo proceso de socialización que, contrario a lo que muchas personas tienen concebido, no es simplemente relacionarse con otras personas, sino hacer interno lo externo mediante la actividad y la comunicación, a medida que vamos aprehendiendo lo culturalmente heredado. Esto no es mera especulación, sino que se trata de uno de los principios de la escuela del Enfoque Histórico Cultural; escuela soviética de psicología que nos enseña, también, que es la enseñanza la que guía y conduce al desarrollo y no al revés.

En ese sentido, podemos hablar de la interiorización (otro principio) de normas y valores culturales como parte del proceso de adueñarnos de la cultura en la que nacemos. Así, durante las primeras edades, sobre todo las escolares, gracias a la importancia que se le confiere a las personas adultas significativas y la actividad de estudio cuyo principal objetivo es que los niños y las niñas se apropien de un sistema de conocimientos, habilidades y cualidades psicológico-morales, estos se van preparando para la vida en sociedad. Pero ello no queda solo ahí, sino que además, se puede observar su correlato en la actividad del juego de roles tan importante para los infantes, porque es ahí donde se manifiesta todas estar normas sociales adquiridas. Es en estas edades cuando las normas son consideradas inmutables o inviolables, pero es algo que a medida que va avanzando el desarrollo se va haciendo más flexible, y sin embargo, esas mismas normas pasarán de lo externo a lo interno, como proceso autorregulado, en la etapa de la juventud.

Esto permanece así hasta alrededor de los 9 o 10 años de edad, a partir de donde empieza a tener más relevancia el grupo de iguales o coetáneos, lo cual es bien conocido que ocurre en la etapa de la adolescencia. Por tanto, las normas empiezan a tener un matiz más grupal, con el objetivo de encajar en el grupo. A donde quiero llegar con todo este recuento del desarrollo, es que las normas sociales tienen primeramente un carácter externo en el desarrollo humano, para pasar luego a ser asumidas con más o menos crítica atendiendo a la etapa del desarrollo.

Es imposible estudiar a las personas fuera de su contexto social, y por ende, es necesario destacar que las normas no son adoptadas rígidamente por estas, sino que en cada uno de nosotros y nosotras existe un trasfondo sociohistórico que nos condiciona. Pero además, ¿qué son las normas? Las normas desde la Psicología de los grupos

...son un producto del grupo como un todo, emergen de la conducta real y, a su vez, reaccionan sobre ella. Una norma es una idea que ocupa las mentes de los miembros del grupo, idea que puede expresarse en forma de un juicio en el cual se especifique lo que los miembros (...) en determinadas circunstancias deben hacer, debieran hacer o se espera que hagan. Un juicio del tipo descrito solo constituye una norma, si cualquier desviación de la conducta real con respecto a ella es seguida por algún castigo.

En ese sentido, es necesario destacar que, aunque las normas sean consideradas como producto de un grupo, el mismo grupo al ser parte de una sociedad específica y ser reflejo de ella, pues las normas igualmente lo serán. Sin embargo, dichas normas adquirirán un significado y un sentido diferente atendiendo a las circunstancias específicas de cada grupo, lo que haría posible hablar de normas sociales y comportamiento grupal como dos caras de una misma moneda. O sea, me refiero a que el comportamiento grupal será resultante de la introyección de las normas sociales, pero no de manera pasiva, sino mediatizadas por la intersubjetividad grupal atendiendo al contexto.

Sin embargo, es posible hablar de comportamientos que se consideran contra las normas porque van contra lo socialmente aceptado o esperado ya sea de manera explícita o tácita. ¿Pero por qué alguien transgrediría las normas y se arriesgaría a sufrir un castigo, si ellas existen para regular el comportamiento colectivo? Pues precisamente porque se trata de un colectivo conformado por personas, por diferentes maneras de vivenciar la realidad. Esto quiere decir que cuando las normas no se corresponden con la realidad o cuando el castigo consiguiente es poco severo, pues se produce una brecha, un desajuste.

En ese sentido hay dos cuestiones que creo necesario destacar. Una es que no se puede decir que exista relación entre la asunción de la norma y la interiorización de la misma, o sea, que no se puede hablar de que cuando las personas cumplan las normas a cabalidad sea porque realmente las entiendan o se vean implicadas con ellas, sino que, cuando el castigo que sigue por quebrantar una norma es severo, pues cumplir la norma puede significar que las personas huyen al castigo, pero no necesariamente que estén de acuerdo con la norma o que la asuman.

La otra cuestión es que, como ya decía, las normas grupales son un reflejo de la sociedad, pero esto también quiere decir que serán producto de ella. Así, en grupos sociales en los que se privilegia y celebran los comportamientos desviados de la norma, digamos, formal o establecida, como en aquellas comunidades altamente delictivas, existirán normas propias que tendrán una prioridad mayor porque serán las que responden realmente a necesidades insatisfechas. Es por eso que no se puede hablar de crisis de valores en estas personas, sino de una escala de valores distorsionada porque ya sea robando o trabajando, sostener a la familia seguirá siendo una tarea digna.

Para terminar, es necesario tener en cuenta que el grupo representa un marco referencial para nuestras actitudes y comportamientos, pues nos condiciona e influye en nuestra percepción de la realidad. No se niega el papel activo del propio sujeto, pero se tiene en cuenta que, al ser seres sociales, los otros jugarán un papel importante en nuestra construcción de la realidad.

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