Saludos a todos los miembros de la comunidad, ¿cómo están? Existen prácticas que nos hemos encargado de implementar en nuestra vida para llenarnos de paz, es por ello que decidí participar en esta iniciativa que nos incentiva a hablar sobre esos rituales que nos ayudan a tener equilibrio dentro del caos llamado vida. Siempre me ha gustado resaltar la importancia de las pequeñas cosas, hay una frase de mi abuelo que es muy recordada en la familia porque la dice cada dos por tres, es un ‘poco a poco’ que se transforma en un ‘poca a poca’ debido a esa forma tan particular que tiene de hablar por haber aprendido español en el camino después de haberse venido de Italia hace muchos años. Es una forma de ver la vida que se quedó conmigo, un recordatorio constante de que la vida es un ratico, como dicen por allí, y hay que tratar de llevarla suave, aunque debo admitir que ponerla en práctica sufriendo ansiedad no es tan sencillo como parece, pero casi nada es imposible cuando le pones ganas.

¡Activemos ese cuerpo!

No me cansaré de hablar sobre la actividad física porque es en serio cuando digo que me salvó la vida, hoy me miro en fotos viejas y puedo notar la diferencia del cielo a la tierra sin importar que hayan momentos en donde dudo, sé que es mi mente tratando de jugar a las dudas internas y no lo permito. Hace unos días subí por primera vez a El Ávila, fue la experiencia más maravillosa en contacto con la naturaleza que pude haber tenido hasta ese momento en mi vida, disfruté cada segundo, incluso aquellos momentos donde sentía que no podía continuar porque las piernas no me daban, les decía a mis amigos que era el mejor día de mi vida. El levantamiento de pesas no solamente debe estar haciendo efecto en la pérdida de grasa, sino en mi rendimiento físico a nivel general, pues pensaba que no iba a poder con el reto y llegamos más lejos de lo que muchos de mis amigos pensaban que yo podría llegar, me llena de orgullo haber sido capaz, venir del sedentarismo a ser capaz de algo así es impresionante.

¿Quién se anima a una taza de café?

Oh, el café, mi eterno amor de las mañanas, las tardes y las noches. Puede que no tome lo mismo que hace algunos años por cuestión de estar intentando cuidar de mi salud y sé que tomar más de cinco tazas al día no es aconsejable, pero de cualquier manera nadie me quita la costumbre de tomarme un par de tazas de café al menos en la tarde, a veces en la compañía de mis padres con quienes hablo un rato sobre temas varios en el porche de la casa. Para nadie es un secreto que las buenas conversaciones en Venezuela vienen en compañía del café, es una tradición que hasta los que no toman café saben porque hemos visto desde pequeños a nuestros familiares reunirse y tomar café juntos. La verdad es que siento que el calor del café reconforta, hay momentos en donde me estoy sintiendo mal, pero después de prepararme una taza de café recién hecho me comienzo a sentir mejor como si por arte de magia mis pensamientos se estuviesen acomodando, es una experiencia sinigual.

Abrirme a nuevas experiencias…

Estoy atravesando una etapa en mi vida donde me siento estancada, como si hasta ahora no he vivido absolutamente nada y en parte podría ser verdad, me he encerrado entre las cuatro paredes de mi habitación dejando que los días pasen más de lo que me gustaría admitir. Es por ello que decidí hacerme una promesa, me dije a mí misma que iba a salir a experimentar la vida y abrirme a nuevas experiencias, esto usando esa frase que usan muchos por allí a modo de broma diciéndole ‘sí a todo’ y honestamente me ha servido. He estado disfrutando muchísimo en los últimos meses, he salido con mis amigos a comer, a tomar, a compartir un rato juntos y todavía faltan muchas salidas que hemos planificado, por lo menos el próximo mes si todo sale bien saldremos a la playa juntos. Hay una sensación de culpa, por haber desperdiciado tanto tiempo, pero ¿a quién le importa que haya empezado tarde? ¡Todavía hay tiempo! Lo más importante es que entendí que cada día es una oportunidad de hacer algo nuevo.

Un poco de tiempo con los peludos de la casa

Los que tenemos mascota sabemos que se convierten no solamente en integrantes más de la familia sino en una parte fundamental de nuestra vida, los míos me acompañan en los momentos malos y buenos, no me puedo quejar porque su compañía alivia mucho mi corazón cuando me encuentro afligida por algo. Por lo general cuando salgo de mi cuarto me reciben para dejarse caer a mis pies pidiéndome que les de cariño, si no, es porque tienen hambre y quieren comida, pero siempre quieren algo de mí, podría decirles interesados si no fuesen tan lindos. Compartir un momento con las mascotas es necesario para mí, hace que te olvides de lo que te preocupa, me ayuda mucho a reconectarme con la realidad, centrarme en el ahora cuando estoy teniendo ansiedad por cosas futuras que todavía no sé si pasarán.

Muchas gracias por haber llegado hasta acá, espero que estén bien.

Las fotos son mías tomadas de mi teléfono Redmi Note 5, la foto de portada fue editada usando la página de Canva y los GIF fueron creados usando la aplicación de GIFShop.