Saludos a todos los miembros de la comunidad, ¿cómo están? En esta oportunidad para la iniciativa de ‘Esa vida nuestra’ debemos hablar sobre aquellos momentos en donde tuvimos que defender nuestros derechos a capa y espada, de allí la razón del título. Este tema me toca de manera personal porque he librado algunas luchas, sobre todo con mis padres, pues la verdad es que es común que estos tengan expectativas respecto a nosotros que no van compaginados con lo que queremos y esto genera irremediablemente situaciones donde ceder es igual a ir sacrificando poco a poco ese derecho que deberíamos tener todos de ser nosotros mismos. Sí, existen límites, pero la línea divisoria entre un adolescente que se está yendo por el mal camino y uno que simplemente está encontrándose a sí mismo, descubriendo qué es lo que quiere hacer con su vida, a veces llega a ser muy tenue, pues ante la visión de ciertos padres, aunque sus hijos sean excelentes, si no caminan por esa ruta que ellos han trazado los consideran como unos rebeldes sin causa…

Tu sexualidad es tuya

La imágen dice: Sexualidad.

Cuando hablé por primera vez con mis padres sobre mi sexualidad, cursaba todavía la educación media y fue difícil porque apenas estaba emprendiendo el proceso hermoso de autodescubrimiento, recuerdo bien que en su momento utilicé un ‘creo’ con duda que fue aprovechado para dejar el asunto de lado porque según sus palabras se trataba de una fase que pasaría con el tiempo. La religión en mi familia es importante, me criaron como católica, hubo un momento donde mi papá comparó lo que yo estaba sintiendo con una infidelidad dentro del matrimonio, solamente que en mi caso le estaría siendo infiel a Dios, y quizás para muchos sea así pero para mí no. Me reprimí por mucho, dejé de experimentar durante la mayor parte de mi adolescencia porque no quise decepcionar a mis padres, tanto que al final me terminé decepcionando a mí al pretender ocultar una parte de mi esencia por complacer a los demás, algo que terminó por colaborar en que me sintiera incompleta por tanto tiempo.

Las preferencias sexuales son uno de esos temas delicados, si nos descuidamos es fácil que personas ajenas tomen la decisión por nosotros y a veces hasta nos impidan paso al inmenso abanico de opciones que tenemos antes de siquiera plantearle la posibilidad de intentar entender nuestro punto de vista. Para mí ha sido muy importante luchar por mi derecho a ser quien soy, ser honesta sobre mis sentimientos se convirtió en una muestra de amor propio que todos deberían poder probar en sus propios términos y respetando a los demás. Siguen presentándose situaciones incómodas cuando surge el tema alrededor de mis padres porque sé que ellos en el fondo todavía no están de acuerdo, pero no dejo que eso me impida seguir teniendo la voluntad de luchar por aquello en lo que creo, me enfoco en crecer como persona cada día, trabajando desde mi frontera para que todos en un futuro podamos sentirnos lo suficientemente seguros para no tener que cambiar por nada ni nadie.

El acoso escolar me lastimó el alma

La imágen dice: No al acoso escolar.

Mientras crecía sufrí de bastante acoso escolar por mi sobrepeso, el usar lentes, tener los dientes incisivos separados y demás, aprovechándose de que era una persona tranquila, además de que no me sentía cómoda enfrascándome en discusiones, por lo que trataba de ignorarlos la mayor parte del tiempo. Cuando se me hacía imposible hacerlo, les respondía de la mejor forma que encontraba usando el sarcasmo como un recurso que llegué a perfeccionar muy bien, pero cuando la situación se tornaba física terminaba en desventaja porque las personas contra quienes me enfrentaba estaban acostumbradas a pelear en la calle. En una oportunidad, por un desacuerdo una de mis compañeras me tomó por el cabello para estrellarme la cabeza contra una pared, quedé tan aturdida que ni había entendido qué había pasado, afortunadamente otra compañera se metió… pese a que podría decirse que no llegó a mayores, el daño ya estaba hecho.

Nunca me gustó entrar en conflicto, he comentado que esta fue una de las cosas en las que tuve que trabajar en terapia porque estaba dejando que eso me condicionara a aceptar situaciones donde salía perjudicada, sacar ese espíritu de lucha para defenderme se convirtió en una tarea diaria y puedo decir ahora que me mejorado. No se trata de que nos dediquemos a buscar peleas donde no las hay, sino de que cuando alguien trate de pasarnos por encima nosotros seamos capaces de sacar las garras, defendernos del abuso intentando no sacar las cosas de proporciones. Ha valido la pena enfrentarme contra esa incomodidad que me genera discutir con tal de que los demás comiencen a respetar mis límites, lo que pienso y cuáles son mis metas, nadie debería tener una voz sobre nuestra esencia como personas, ni siquiera nuestros progenitores por mucho que ellos nos han dado la vida, porque no siempre tienen la razón.

Muchas gracias por leer mi publicación, espero encontrarlos acá en una siguiente oportunidad.

Me gustaría invitar a mis amigos @josehany y @wesp05 a participar.

Las fotos usadas en la portada son mías y esta fue editada usando la página de Canva.