Estoy en telegram en una reunión que estamos haciendo mientras escribo, hablando de la necesidad de invertir en tecnología para los que hacemos trabajo digital. Todos tenemos necesidades tecnológicas que van de la mano de nuestras carreras. Hoy pasé del dolor a la rabia, luego a la nostalgia y ahora después de conversar con esta gente genial, lo que me queda es ganas de irme a comprar un celular nuevo porque efectivamente se debe dejar de ser miserable con uno mismo.

Me ví a mi misma llorar sentada en el piso porque mi celular quedó sin pantalla. Se cayó de un lugar donde siempre lo coloco, se cayó de la nada, nadie lo tocó, nadie se acercó. Pero luego del sonido sorpresivo, giré a enfrentarme con lo inevitable, mi teléfono de frente contra el suelo. Por mi cabeza pasaron tantas cosas que no se ni qué decir al respecto. Tanto cuidarlo, como me costó comprarlo, tanto que me costó decidirme invertir en él! Yo, tan fatalista, tan ansiosa, pensé hasta que si estuviera en Lima me lo arreglaban en un minuto, sin cobrarme, y que por aquello de "quien me regalo esto no me lo va a volver regalar" ya no tengo a nadie que me haga eso. Pensé también que todo lo malo me pasa, pensé que tenía que gastar en la pantalla del celular lo que he ahorrado para una laptop que necesito demasiado. Pensé que jamás lo venderé, que jamás tendré un iPhone de último año, que no merezco mejores cosas. Pensé entre lágrimas también que jamás me hubiera imaginado llorar por un celular y me daba pena conmigo misma. Mejor dicho, fui despiadada conmigo misma en ese momento.

Estoy consciente de que he tenido problemas con la tecnología siempre. No me gusta, me da miedo, me estresa, me siento invadida. Me cargo de ansiedad. Siempre he dicho que trato de adquirir artículos de acuerdo a mis requerimientos, y de verdad lo he hecho congruentemente con ese pensamiento. Porque he adquirido las cosas porque de verdad las necesito.

Compré el iPhone para mejorar mi calidad de transmisión en BIGOLive, y los vídeos cantando para subir a la blockchaine. He perdido más teléfonos de los que quisiera contar, me han robado muchas veces y de distintas maneras. Pero esta pantalla me dolió mucho.

Un rato después de llorar llegó algo a mí que en otras circunstancias no me hubiera ni imaginado pensar: "Gracias a Dios tengo como resolver" ¿Saben cuánto he pasado para que ese pensamiento se genere en mí de forma espontánea? No lo puedo creer. O sea, la rabia no se va de inmediato. La molestia existe. Pero esa calma? Eso es nuevo. Y debo decir que me encanta! Me encanta en serio y eso significa que lo estoy logrando, sea lo que sea que haya que lograr!

Quería compartirlo con ustedes. Y de verdad agradezco el refuerzo de la charla con los chicos en la actividad hoy. Mejoraron mi ánimo y me permito ver las cosas desde otro cristal. Me felicito públicamente por tener la cabeza para escribir estás líneas. Para quienes me conocen, esto también es algo extraño. Suelo deprimirme y dejar todo cuando hay complicaciones que me sobrepasan, esto pudo ser algo importante. Pero no me sobrepasó, aquí estoy integra. Sin pantalla, pero en una pieza.

Tengan feliz noche queridos HIVERS. Dijera una amiga muy querida: para salir de un problema lo que hay es que meterse en él. Y que bueno se siente tener las herramientas para hacerlo. Me disculpo si esta catarsis puede leerse un poco frívola pero les juro con el corazón en la mano que es muy sincera. Y me llena de amor compartirla con ustedes.

Gracias por leerme siempre.

Gaby.