Hispaliterario | Chanel [ESP/ENG]
Escribir es una experiencia religiosa para mi. Por eso he vuelto a este mi espacio para eso, para expresarme a través de estas lineas. Después de un par de meses dificiles, he decidido comenzar por escribir algo para el Hispaliterario. Espero sea del agrado de todos.
Writing is a religious experience for me. That is why I have returned to this my space for that, to express myself through these lines. After a couple of difficult months, I have decided to start writing something for the Hispaliterario. I hope it will be to everyone's liking.
Cada año, cuando el verano llegaba, las vacaciones también comenzaban en el pueblo. Era un lapso en el cual solo tenía que preocuparme por encontrar algo que nos distrajera. Apenas había unos cuantos árboles y una extensa llanura; vivir en el campo hacía que viviéramos bastante alejados de nuestros vecinos, por lo que Bob y yo, teníamos que ingeniar cada día un nuevo pasatiempo. En compañía de nuestro fiel y aventurero amigo Charles, siempre parecía que el verano no era suficientemente largo para disfrutarlo, en definitiva, esta era mi época favorita del año.
Lo fue hasta aquel año sombrío. Nuestro padre nos había advertido que nuestra tía, Ruth, venía de visita por un periodo de tiempo indeterminado. Aquello me irritaba bastante, mi papá era un hombre adentrado en años, bastante dócil y cariñoso. Mi tía, en cambio, cuyos hijos ya estaban en la universidad, me parecía, se dedicaba a hacernos la vida más dura de lo que ya era en aquel entonces. Yo ya pasaba de los 11 años y unos pequeños senos comenzaban a brotar de mi pecho, aquello era desconocido para mí, pero hermano se burlaba siempre diciéndome “regordeta” y aquello me molestaba en gran manera.
Mi padre siempre decía que me estaba convirtiendo en una señorita y que mi tía iba a venir a explicarme cosas que solo una mujer podía explicar. Aquello me desconcertaba, antes creía que mi padre era conocedor de cuanto misterio pasara por mi cabeza. Siempre me liberaba del estrés de la curiosidad, nunca me dejaba ir sin una respuesta lógica y ahora sucumbía ante el tema de mis cambios corporales. Mi tía, en cambio, llegó aquel verano expectante, ella era una mujer muy dura y con un carácter muy fuerte, pero por alguna razón siempre me prefería a mí en lugar de mi hermano.
Mi padre decía que aquello era porque mi tía solo había concebido varones en su matrimonio y me veía a mí, como la hija que nunca había podido tener. Sin embargo, yo me sentía profundamente incómoda, me gustaba llevar ropa que me permitiera correr por a través de los maizales con mi hermano. Siempre usaba mi cabello suelto, pero mi tía reemplazó aquello con elaborados peinados y vestidos de seda que me hacían sentir el infierno en la tierra. Sin embargo, descubrí poco a poco que aquellos atuendos dibujaban una linda silueta en mi cuerpo. Aquello, aunque en un principio me parecía un poco extraño con los días, llegué a disfrutarlo.
No así con las interminables reuniones con las señoritas del pueblo, donde solo se hablaba de telas, chicos, solteros y peinados. Me sentía ausente en aquellas tardes, aunque las demás chicas de mi edad me miraban con recelo, después descubrí que la razón era que me veían como una fuerte rival, que se quedaría con el mejor partido entre los solteros. Pero, yo ni siquiera pensaba en eso, era una niña con un vestido, aunque mi cuerpo me hiciera parecer de más edad. Aprendí a tejer en aquel verano, también a hacerme trenzas en el cabello y hacer café, todo esto sucedía mientras veía a mi hermano correr con Charles. Poco a poco me fui descubriendo, ya no quería correr nunca más entre los maizales, sino diseñar mis propios vestidos.
Mi hermano me miraba con asco, pero algo había cambiado y sin darme cuenta de aquellos cambios, comencé a creerme una señorita. Una que no disfrutaba de aquellas tardes de té, pero que al parecer había encontrado su pasión. Yo no pensaba en los chicos del pueblo, sino en las chicas. Para ser más específica, pensaba en sus armarios. Había descubierto mi pasión, quería diseñar vestidos para las chicas. Entre trazos y la mirada impresionada de mi tía, aquel verano forjé las bases de mi destino. Aunque ella siempre mencionaba que las chicas no debían trabajar, sino dedicarse al hogar, yo siempre descubría un atisbo de admiración y un poco de aprobación de su parte.
La vida parecía más aburrida, encerrada en una casa esperando a que un hombre llegase, yo no quería eso. Tampoco quería pasar mis días rodeada de hombres como el caso de Ruth, mi papá me había enseñado que era igual de capaz que un hombre. Los años siguientes pasaron; Bob y yo crecimos, yo ante la mirada horrorizada de las señoritas del pueblo por abrir mi propia boutique y mi hermano estudiando para ser un abogado como mi padre. No teníamos las mismas oportunidades, sin embargo, aquel verano mi tía Ruth me ayudo a descubrir lo que quería para mi futuro. Aquel verano cambio mi vida para siempre. Aquel verano se fue la niña y nació Chanel.
FIN
Every year, when summer came, the vacations also began in the village. It was a time when I only had to worry about finding something to distract us. There were only a few trees and a vast plain; living in the countryside meant that we lived far away from our neighbors, so Bob and I had to come up with a new pastime every day. In the company of our faithful and adventurous friend Charles, it always seemed that summer wasn't long enough to enjoy it; in short, this was my favorite time of the year.
It was until that dismal year. Our father had warned us that our aunt, Ruth, was coming to visit for an indeterminate period of time. That irritated me quite a bit; my dad was a man of advanced years, quite docile and affectionate. My aunt, on the other hand, whose children were already in college, it seemed to me, was dedicated to making life harder for us than it already was back then. I was already past 11 years old and small breasts were beginning to sprout from my chest, that was unknown to me, but brother always teased me by calling me "chubby" and that bothered me greatly.
My father always said that I was becoming a young lady and that my aunt was going to come and explain things to me that only a woman could explain. That puzzled me, I used to believe that my father knew all the mysteries that went through my head. He always freed me from the stress of curiosity, he never let me go without a logical answer and now he succumbed to the subject of my body changes. My aunt, on the other hand, arrived that summer expectant, she was a very tough woman with a very strong character, but for some reason she always preferred me instead of my brother.
My father said it was because my aunt had only conceived boys in her marriage and saw me as the daughter she had never been able to have. However, I was deeply uncomfortable, I liked to wear clothes that allowed me to run through the cornfields with my brother. I always wore my hair down, but my aunt replaced that with elaborate hairstyles and silk dresses that made me feel like hell on earth. However, I discovered little by little that those outfits drew a nice silhouette on my body. That, although at first it seemed a little strange to me as the days went by, I came to enjoy it.
Not so with the endless meetings with the ladies of the town, where they only talked about fabrics, boys, bachelors and hairstyles. I felt absent in those afternoons, although the other girls of my age looked at me with suspicion, later I discovered that the reason was that they saw me as a strong rival, who would get the best match among the bachelors. But, I didn't even think about that, I was a girl in a dress, even though my body made me look older. I learned to knit that summer, also to braid my hair and make coffee, all this happened while I watched my brother run with Charles. Little by little I discovered that I didn't want to run through the cornfields anymore, but to design my own dresses.
My brother looked at me with disgust, but something had changed and without realizing those changes, I began to believe I was a lady. One who did not enjoy those afternoons of tea, but who apparently had found her passion. I wasn't thinking about the boys in town, I was thinking about the girls. To be more specific, I was thinking about their closets. I had discovered my passion, I wanted to design dresses for the girls. Between sketches and my aunt's impressed gaze, that summer I forged the foundations of my destiny. Although she always mentioned that girls should not work, but devote themselves to the home, I always discovered a hint of admiration and a little approval on her part.
Life seemed more boring, cooped up in a house waiting for a man to come along, I didn't want that. Nor did I want to spend my days surrounded by men like Ruth's case, my dad had taught me that I was just as capable as a man. The next few years passed; Bob and I grew up, me under the horrified gaze of the ladies in town for opening my own boutique and my brother studying to be a lawyer like my father. We didn't have the same opportunities, however, that summer my Aunt Ruth helped me discover what I wanted for my future. That summer changed my life forever. That summer the little girl left and Chanel was born.
@tipu curate 2
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