Cuando tuve a mi hijo varón, llego el momento de que este fuera al colegio. Sus primeros años en preescolar transcurrieron sin problemas, al igual que en su primer grado. Pero en segundo grado, se presentó la situación con un niño abusador, del que generalmente conocemos como malcriado. Afortunadamente, hablamos mucho con el niño y él nos contaba de la situación. Yo simplemente le dije a mi hijo que debía defenderse en caso de que lo atacaran. Trate de inculcarle la necesidad de no prestarle atención a aquellos que tratasen de burlarse de él, buscando de ignorarlos y mantenerse alejado de ellos. Resulto que mi hijo se mantenía siempre muy aparte de sus compañeros y esto fue notado por las maestras. Hasta que en cierta ocasión fui convocado a la dirección del colegio, ya que mi hijo le había enterrado la punta de un lápiz, precisamente al niño abusador del salón. Cuando la directora del colegio me informo de la situación, me dijo:

— Su hijo me ha dicho que actuó de esa manera, porque usted le dijo que debía defenderse — después de una larga perorata sobre la educación, la responsabilidad y otros temas relacionados.

Yo solo le respondí a la maestra:

— Si ustedes en su trabajo no van o no pueden estar pendiente de que estos casos de abuso sucedan y como yo no puedo estar vigilando esa situación aquí en el colegio, le toca defenderse de la mejor manera.

Debo decirles que se sintieron muy ofendidos y algo molestos por esta situación y mi respuesta. Hasta amenazas por parte de los padres del niño abusador y la respectiva recomendación de que mi hijo "fuera a terapia" por lo sucedido. Llegue al acuerdo de que si se repetía la situación, lo haría de esa manera. Mi hijo terminó su escuela sin problemas y nunca más se presentó una situación de que fuera abusado por otro niño.

When I had my son, it was time for him to go to school. His first few years in preschool went smoothly, as did his first grade. But in second grade, a situation arose with a bully, the kind of child we generally refer to as a brat. Fortunately, we talked a lot with the child and he would tell us about the situation. I simply told my son that he should defend himself in case he was attacked. I tried to instill in him the need to pay no attention to those who tried to tease him, seeking to ignore them and stay away from them. As it turned out, my son always kept very much apart from his classmates and this was noticed by the teachers. On one occasion, I was summoned to the school administration because my son had buried the tip of a pencil, precisely to the bully boy in the classroom. When the school principal informed me of the situation, she said to me, "Your son told me that he acted out:

— Your son has told me that he acted that way because you told him that he should defend himself — after a long peroration about education, responsibility, and other related topics.

I just replied to the teacher:

— If you in your job are not going to or cannot be vigilant that these cases of abuse happen and since I cannot be monitoring that situation here at school, it is up to you to defend yourself in the best way.

I must tell you that they were very offended and somewhat upset by this situation and my response. I even received threats from the parents of the abuser and the respective recommendation that my son "go to therapy" for what happened. I came to the agreement that if the situation was repeated, I would do it that way. My son finished school without any problems and there was never again a situation of him being abused by another child.