Recuerdo de navidades extremas en Sudáfrica | Memories of extreme Christmases in South Africa

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Familia.pngFotografía de archivo | Sudáfrica, diciembre 2020

Estamos en el alba de la navidad para despedir este 2021, año que nos ha permitido vivir momentos y situaciones en la que hemos superado las expectativas; no creo necesario introducir el recurrente tema de la pandemia mundial por la liberación del dañino virus, es casi imposible que no hayamos perdido familiares, amigos, amistades, conocidos, compañeros de estudio y trabajo o ese afamado personaje que tanto habíamos admirado. Por duro que parezca, la vida continúa y nosotros estamos presente porque nuestra evolución humana, consciencial y espiritual prosigue.

Ayer fue un grandioso día, no suelo ser llorona; sin embargo, algunas lágrimas salieron involuntariamente de mis ojos y humedecieron mi rostro, tres motivos bastaron para que esto sucediera:

  1. Mi hermoso sobrino Marco estaba de cumpleaños y tengo cinco años que no lo abrazo y le doy un tierno beso.
  2. Mi hermana @suyen-salud, mamá de mi sobrino cumpleañero, por tercera vez se ha infectado con COVID-19, debido a su riesgoso empleo como trabajadora de la salud pública.
  3. Mi esposo se despidió de madrugada para tomar el taxi que lo llevó hasta el Aeropuerto Internacional Adolfo Suárez Madrid-Barajas, para viajar hasta Sudáfrica donde pasará la navidad con mi suegra. Su señora madre se encuentra delicada de salud.

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Imagen de archivo, Dublín, 2014

Este cóctel de causalidades se mezcló en mi corazón y sentí un poco de nostalgia; por supuesto, me alegró llamar y felicitar a mi sobrino que estaba cumpliendo nueve años, le dediqué una publicación que recibió entre otros, el amoroso apoyo de @bluemist ¡Gracias por el detalle @appreciator! Además, saber que mi hermana evoluciona bien al tratamiento contra el coronavirus me agradó conocerlo de ella misma; que mi esposo viaje a estar con su mamá durante la navidad y tenga la oportunidad de compartir con ella, me llena de alegría.

Aprecio mucho a mi suegra; de no haber tenido que cumplir compromisos laborales impostergables, estaría hoy en Ciudad del Cabo con ellos, puesto que allá he tenido la oportunidad de experimentar lo que he decidido denominar navidades extremas. Hace precisamente un año que viajé por segunda vez a Sudáfrica y disfruté las navidades más alocadas que he podido tener alguna vez, en parte mi suegra se prestó para que eso ocurriera.

Apenas teníamos un par de días en la ciudad cuando le sugirió a mi esposo que me llevara a Table Mountain, lo que no mencionó en mi presencia es que se confabuló con él para que me lanzara en un biplaza desde lo alto de la montaña. ¡Fue una experiencia sensacionalmente extrema! ¡Me encantó! Por este motivo, guardo este lindo momento que recuerdo y quiero compartir contigo.

Aunque al saber que iba a saltar desde la cima de la montaña sentí un poco de temor, después que lo hice y estaba suspendida completamente en el aire, empecé a drenar la emoción y tomé confianza. Para quien tiene cierta cantidad de saltos en parapente o paracaídas esto es pan comido; sin embargo, para el que lo hace por vez primera, la cosa es diferente.

Gracias a las suspicaces ocurrencias de mi suegra, ascendía a esta monumental montaña y me atreví a saltar en un biplaza que piloteó efectivamente un talentoso instructor. No pude viajar este año a Sudáfrica, espero poder hacerlo en el transcurso del año entrante. A través de este medio, envío amor, abrazos y afecto a todo el maravilloso pueblo de Sudáfrica, los extraño. ¡Feliz navidad a todos!

English Version

Familia.pngStock photo | South Africa, December 2020

We are at the dawn of Christmas to say goodbye to this 2021, a year that has allowed us to live moments and situations in which we have exceeded expectations; I do not think it is necessary to introduce the recurring theme of the global pandemic due to the release of the harmful virus, it is almost impossible that we have not lost family, friends, acquaintances, colleagues, co-workers or that famous character that we had admired so much. As hard as it may seem, life goes on and we are present because our human, conscious and spiritual evolution continues.

Yesterday was a great day, I am not usually a crybaby; however, some tears involuntarily came out of my eyes and moistened my face, three reasons were enough for this to happen:

  1. My beautiful nephew Marco was having a birthday and I haven't hugged him for five years and gave him a tender kiss.
  2. My sister @suyen-salud, mother of my birthday nephew, for the third time has been infected with COVID-19, due to her risky job as a public health worker.
    My husband left early in the morning to take the cab to Adolfo Suarez Madrid-Barajas International Airport to travel to South Africa where he will spend Christmas with my mother-in-law. His mother is in poor health.

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Archive image, Dublin, 2014

This cocktail of causalities mixed in my heart and I felt a little nostalgic; of course, I was happy to call and congratulate my nephew who was turning nine years old, I dedicated him a post that received among others, the loving support of @bluemist Thanks for the detail @appreciator! Also, knowing that my sister is evolving well to the treatment against the coronavirus pleased me to know it from herself; that my husband travels to be with his mom during Christmas and has the opportunity to share with her, fills me with joy.

I am very fond of my mother-in-law; if I had not had to fulfill urgent work commitments, I would be in Cape Town with them today, since there I have had the opportunity to experience what I have decided to call extreme Christmas. It was precisely a year ago that I traveled to South Africa for the second time and enjoyed the craziest Christmas I have ever had, partly because my mother-in-law made it happen.

We were only a couple of days in town when she suggested to my husband that he take me to Table Mountain, what she didn't mention in my presence was that she conspired with him to take me on a tandem ride from the top of the mountain. It was a sensationally extreme experience, I loved it! For this reason, I keep this nice moment that I remember and want to share with you.

Although when I knew I was going to jump from the top of the mountain I felt a little scared, after I did it and was completely suspended in the air, I began to drain the emotion and gained confidence. For those who have a certain number of paragliding or parachute jumps this is a piece of cake; however, for those who are doing it for the first time, things are different.

Thanks to my mother-in-law's suspicious witticisms, I ascended this monumental mountain and dared to jump in a tandem that was effectively piloted by a talented instructor. I was unable to travel to South Africa this year, I hope to be able to do so in the course of next year. Through this medium, I send love, hugs and affection to all the wonderful people of South Africa, I miss them.

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Sobre las fotos y el video | About the photos and video

El piloto del biplaza usó una cámara ultra gran angular especial (último modelo de Go Pros) que instaló en un palo para selfies para grabar el video. El resto de las imágenes se tomaron con un dispositivo Smartphone, marca Apple, modelo iPhone 6.

The tandem pilot used a special ultra wide-angle camera (latest Go Pros model) that he installed on a selfie stick to record the video. The rest of the images were taken with a Smartphone device, Apple brand, model iPhone 6.

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