En tu mente, las ideas flotan como nubes en un cielo tormentoso. Tus pensamientos son las gotas de lluvia, esperando caer en el océano de la incertidumbre. Es una facultad de sentir con los pulsos del corazón una sensación desagradable que se condensa en tu mente, circula en tus arterias y sientes cómo la pesadez de tu propia mente se convierte en una tormenta en tu pecho. Es el corazón sintiendo los efectos de la ansiedad.

Una noche más de desvelo, sientes cómo tu cuerpo no responde a los designios de tu mente, todo esfuerzo en tratar de mantener la calma se vuelve mas arduo. Sabes que, al despertar, tu cuerpo sentirá el agotamiento y te sientes obligado a seguir las pautas cotidianas de tu vida. Al salir a la calle, sabes que hay cosas por hacer: fingir que estás bien, mientras aceptas que, en tu interior, muy en el fondo, hay una lucha que se manifiesta en las noches al desvelarte y hacer lo posible para que tu mente se mantenga en calma.

La energía se consume en esta lucha interior, despertando por las mañanas con el cuerpo completamente exhausto. Hay días en los que sientes como si creciera un oscuro abismo dentro de tu propio cuerpo que se expande sin límites, como si algo dentro de ti fuera un vacío insaciable; cualquier instante de tranquilidad, de felicidad o de gozo se esfuman rápidamente.

No queda más que solo esperar que el tiempo pase y anhelas que el sueño se apodere de tu cuerpo por completo, como un velo de olvido que cubre momentáneamente el oscuro abismo en expansión dentro de ti.

Es la ansiedad nocturna, siempre voraz, incolora y dolorosa en busca de más; más de ti mismo, más de tu propia mente y de tu propio cuerpo.

! [English version]
In your mind, ideas float like clouds in a stormy sky. Your thoughts are raindrops, waiting to fall into the ocean of uncertainty. It is a faculty of feeling with the pulses of the heart an unpleasant sensation that condenses in your mind, circulates in your arteries and you feel how the heaviness of your own mind becomes a storm in your chest. It is the heart feeling the effects of anxiety.

Another sleepless night, you feel how your body does not respond to the designs of your mind, every effort to try to remain calm becomes more arduous. You know that, when you wake up, your body will feel the exhaustion and you feel obliged to follow the daily patterns of your life. When you go outside, you know there are things to do: pretending you are fine, while accepting that, deep inside, deep down, there is a struggle that manifests itself at night as you stay awake and do your best to keep your mind calm.

Energy is consumed in this inner struggle, waking up in the morning with a completely exhausted body. There are days when you feel as if a dark abyss is growing inside your own body that expands without limits, as if something inside you were an insatiable emptiness; any moment of tranquility, happiness or joy vanishes quickly.

There is nothing left but to wait for time to pass and you long for sleep to take over your body completely, like a veil of oblivion that momentarily covers the dark abyss.

It is the night anxiety, always voracious, colorless and painful in search of more; more of yourself, more of your own mind and your own body.