Saludos apreciados lectores hoy doy vida y amor a mi blog integrandome al Concurso de @topfivefamily, al que invito con total agrado a mis amigas: @yadiramelgar @rosahidalgo y @marielac7 ¡Chicas solo observen piensen, escriban y no olviden compartir sobre la siguiente imagen:

Al mirar la imagen lo primero que pensé fue en la primera comunión. Si pensé en esa etapa de la infancia donde las familias católicas expresan antes sus niños sus creencias y valores cristianos para glorificar a Dios.

Siendo niña fui creciendo y viendo dos formas de adoración religiosa por el lado de mamá eran católicos y por el de papá espiritistas y santeros, yo no comprendía porque tanto afán de parte de los adultos en querer que la generación de relevo también llevará esos cultos.

Todos los niños de mi generación crecimos entre esa anbiguedad al punto de no poder decidir y ser cruzados, ensalzados y entregados al bautismo eclesiástico, primera comunión y confirmación.

Según mamá y abuela con estos últimos rituales estaríamos libre de todo mal, absueltos y benditos ante la iglesia católica para cuando quisiéramos casarnos y tener hijos, teniendo asi ese sacramento cumplido. ¡Eso era lo que ellas decían!

Desde mi visión de niña a los 10 años ir al catecismo todos los sábados en la iglesia que quedaba cerca de la casa, era como ir a un plan vacacional, realmente me divertía porque los catequistas eran jóvenes que nos planteaban la palabra de Dios con cantos y juegos, allí nos mandaban a hacer algunas tareas en cuadernillos con dibujos multigrafiados.

Rezar me aburría y los rezos que aprendí fue por repetición y porque mi mamá me lo planteo como si fuera un examen para la escuela. Así fue como los últimos días antes de la primera comunión logre memorizar El Ave Maria, Padre nuestro, el gloria y el Credo,cumpliendo de este modo el sacramento de la primera comunión.

Durante mi crecimiento ví muchas cosas sobre las religiones que me hicieron respetar las visiones posiciones y creencias de otros sin ánimos de pertenecer a ninguna. Hoy día no profeso cultos más que vivir y tratar de ser feliz a mi mejor estilo, sin daños a terceros y sin permitir que otros busquen de exhortarme y cambiar mi estilo de vida y creencia.