Mamá, ¿cuándo darán vacaciones? Es la pregunta constante de mi hijo todas estas mañanas. Para él, este ritmo de tareas constantes es nuevo. En años anteriores sus maestras no le asignaban tantas tareas; sin embargo, ahora es distinto, que su actual maestra le asigna muchas tareas y estas semanas para él han estado muy ocupadas. Entonces se queja porque quiere jugar con sus amigos y al no tener tiempo suficiente para los juegos, se pone molesto hasta llorar, pidiendo vacaciones.
En el caso de mi hijo, al ser un niño con una atención especial, este ritmo lo lleva a estresarse mucho. En esos momentos es cuando mi paciencia está al límite y también quiero salir corriendo o dejar todo así. Luego me calmo y trato de llevar todo poco a poco.
Él es un niño muy inteligente. La batalla con la distracción y la falta de concentración es una locura, son momentos donde debes estar muy calmada para enseñarle lo que tiene que hacer, explicarle y llevar su ritmo.
Mi hijo ha avanzado mucho este año, a pesar de estar en estas semanas de apuros escolares. Me siento feliz de ver sus avances y todo el conocimiento que adquirió este año escolar.
Las manualidades, la música y la pintura son sus materias favoritas, en ellas encuentra concentración.
El día de ayer presentó su proyecto de vida y compartió con sus compañeros que quiere ser arquitecto cuando sea adulto.