La chica del parque | Relato

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(Edited)

Yo la conocí.

Bueno, creí conocerla.

Era una chica normal, si es que alguien realmente lo es, aunque tenía un toque especial. Era alegre, sonriente, pícara y audaz; pero cuando se enojaba, era mejor no estar cerca porque parecía que en cualquier momento arrojaría algún maleficio, propio de una bruja malvada.

Quizá por eso se llevaba mejor con los animales que con los humanos, aunque en público nunca pasaba desapercibida, pues tenía un aura atrayente e imponente.

Solía verla en un parque que divide la ciudad en dos, al cual frecuentábamos ambos, pues mi trabajo quedaba al sur y ella estudiaba al norte. Algunas veces conversábamos, pero la mayoría del tiempo ella estaba divirtiéndose con algún animal salvaje, ya fuese ardillas, aves e incluso reptiles, mientras yo la observaba silenciosamente desde la distancia, al tiempo que sentía que éramos observados por otros ojos.

Se había vuelto una obsesión para mí, por ese encanto que manaba de su ser, al punto de sentir su presencia por las noches cuando me acostaba, en esos momentos en que uno no está ni dormido ni despierto; y cuando mi boca balbuceaba su nombre, una suave brisa como de un batir de alas me devolvía a mi aburrida realidad.

No sabía lo que me estaba ocurriendo, pero cada día era mayor el impulso de ir a verla al parque, a orillas del lago, donde indudablemente la encontraría al final de la tarde, correteando por el pasto verde.

En varias oportunidades intenté abordarla para saber más sobre ella, su familia, su procedencia y el lugar dónde vivía, pero su respuesta siempre fue evasiva.

Sabes lo que tienes que saber, nada más hace falta. Disfruta de la naturaleza, y por qué no, también de mi presencia, pero te aconsejo que no te enamores porque estarás perdido al no poder obtener lo inalcanzable.

Con esas palabras solo lograba que me obsesionara más y más con cada encuentro. Ya no quería volver a casa, pensando solo en seguirla para descubrir su lugar de residencia y un poco más sobre su vida; pero ella parecía una niña incansable que correteaba, cantaba, silbaba, reía y jugueteaba, mientras que yo me agotaba de tan solo ver la energía que poseía, y así terminaba yéndome a casa lleno de frustraciones.

🧚‍♀️ 🧚‍♀️ 🧚‍♀️

Una noche, de esas insomnes, pude verme a mí mismo caminar por el verde prado, mientras cientos de ojos me observaban desde los árboles, el viento se arremolinaba rozando suavemente mi cuerpo y risas reverberantes corrían de un lado a otro sin poder ver de dónde provenían.

A la orilla del lago estaba la chica, mi chica soñada, quien comenzó a despojarse de su ropa y al instante una colmena de luces descendió del cielo envolviéndola e iluminando todo el parque como si fuese de día. Luego ascendieron y desaparecieron entre los árboles, con la misma velocidad con que se habían aparecido.

Absorto en la escena, volví a la calidez de mi cuarto, y en ese instante desperté lleno de angustia, pues sabía que se había marchado.

Al amanecer, sin pensarlo un instante me dirigí al parque y a orillas del lago encontré su ropa, tal como la había visto en el sueño, pero nunca más volvía ver a la chica.

¿Acaso ella era humana o me habré enamorado de una sílfide?

¿Habrán sido reales nuestros encuentros o solo fueron producto de mi frágil mente?

--Texto de mi autoría E.Rivera--

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Este relato está basado en el aura mágica existente en el parque "Musiú Carmelo" de la ciudad donde resido y la espectacular energía de la chica de las imágenes, quien es mi amiga Abriannys Carrasco (Abri), la cual fungió como modelo y fuente de inspiración.

Las fotografías son de su propiedad y fueron cedidas y autorizadas para su uso en esta publicación.

Fuentes: todas las fotografías son propiedad de Abri.



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13 comments
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@eliezerfloyd , saludos hermano , muy bonito el relato , muy emotivo

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Saludos hermano.

Cuando hay una buena fuente de inspiración es imposible no hacer algo emotivo.

Gracias por la visita.

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Muy bonito de verdad, gracias por compartirlo amigo... Saludos.

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este relato me hace pensar en esos insomnios, creo que la palabra "sueño" cobra enteramente su doble sentido. Es más, me atrevería a decir que existe otro soñar de esa inspiración que dio pie a una cuento genial.

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Quién no se atreve a soñar cuando en su camino se cruza una pequeña y hermosa ada de los vientos.

Saludos maestro Miguel.

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Seguro que los encuentros fueron reales, así lo creo. Estos úlitmos días, algunos sueños me traen mensajes, evidenciando la sútil identidad entre el afuera y el adentro. De nuevo muy buen relato mi hermano.

Un abrazo muy grande @eliezerfloyd

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El afuera es un reflejo del adentro, por lo que los sueños podemos convertirlos en realidades.

Mantente atento a esos mensajes devenidos de tus sueños.

Un abrazo grande, hermano.

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