La tierra provee, solo hay que ponerle un poco de amor || The land provides, you just have to put a little love into it
El otro día pasaba cerca de un carretillero. Cuando venía en mi bicicleta de regreso proveniente de la ciudad, había ido a visitar a mi hermana para llevarle un poco de café que ella me había encargado. Con mucho gusto generalmente la visito, porque así, aparte de verla, me ejercito un poco en la bicicleta, además de que no me viene nada mal, pues, aprovecho para comprar unas buenas libras de pan en la panadería.
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Y de casualidad, como les contaba, hice una parada prácticamente a cercanías de mi casa, pues me topé de frente con el puesto de ventas del carretillero de mi zona. Dicho puesto de viandas, el cual se encuentra como casi todos estratégicamente a las orillas de ambos lados de las carreteras, por donde transitan los posibles compradores. Pues se encontraba bien surtido, manos de plátanos, ristras de ajo, también de cebolla, tomates, etcétera.
Para los amigos que visiten el blog por primera vez, que no sean oriundos de este archipiélago en forma de caimán que habitamos los cubanos, es válido aclarar primeramente que es un carretillero. El carretillero es un compañero que se dedica a comprarle al productor, en este caso el campesino que trabaja en la tierra parte de sus insumos para vender en su puesto de ventas. Aunque incluso puede darse el caso de que el mismo carretillero sea el productor de sus verduras, hortalizas o lo que tenga a la venta en su puesto, aunque es la minoría.
Del por qué le dicen carretilleros, pues ahí habría que jugar con la acción de que muchos salían con sus carretillas, la mayoría movibles, por todos los barrios buscando compradores para sus productos. Sin embargo, la mayoría, como tienen su punto estratégico ya creado, por la posibilidad de una población que frecuentemente les hace compras, pues no se mueven mucho del lugar, a no ser que les moleste el sol, que ya ahí si cualquiera sale andando.
Mientras miraba la pizarra de productos en venta, que, como les comentaba anteriormente, tenía bastante surtida el compañero, podía escuchar las exclamaciones faciales o de lamentos que a muchos consumidores les proporcionaba el ver lo tan elevado del precio de los productos allí citados. Lo vulnerables que esos precios convertían el fruto de su trabajo, de sus pensiones de jubilación, bolsillos a los que no les llega la tan deseada ayuda del exterior con el dinero que manda en el mercado actual, en lo que se ha convertido nuestra economía.
Lejos de lamentarme por esta elocuente pizarra informativa, que solo eran números para mí, muy aparte de que soy un jubilado de este país, que un día fui un ser que le aportó a la sociedad siempre con mi trabajo dedicado. Salí de allí con la frente en alto, con mis cuatro o seis tomates para la cena, los que pude comprar en dicho momento. Al menos mientras se va dando poco a poco, el tiempo de dar frutos esta pequeña cosecha personal, la que ando llevando en el huerto que tengo frente a la casa.
Para que quejarnos con algo que tiene solución, la tierra provee todo el alimento que necesitamos, solo hay que ponerle un poco de amor, el extra a las cosas. Este pedacito de tierra fue preparado previamente, nada se nos dio, así por así, lleva una preparación de suelo para que ofrezca la mejor fertilidad posible a lo que vamos a plantar. Con la ayuda de mi hijo, fuimos a donde un basurero cercano, en el que habían vertido estiércol de equino. Con una carretilla recogimos varios sacos de dicho abono natural, para fortalecer en nutrientes dicho huerto, pues ya llevaba su trabajito.
Quizás muchos en aquel momento, cuando nos encontrábamos a orillas de la carretera recogiendo estiércol en aquel basurero, pensaron que estábamos locos, principalmente los más jóvenes. Aunque no faltaron los que pasaban diciendo: "buen abono... señores", algo de lo que me animaba a recoger más y más. Acá está el resultado de lo que hasta el momento va siendo esta pequeña plantación de tomates, habichuelas, lechugas, y todo lo que se me permita plantar en este pedazo de tierra fertilizada.
Generalmente, casi todos podemos hacer tareas como estas, pues tierras productivas hay para escoger; sin embargo, o no queremos esforzarnos, o no lo hacemos por temor al oportunista que está esperando que se te dé la cosechita, para llevarnos algunas. Pero si todos pensamos así, habrá cada día más carretilleros con pizarras llenas de números, que solo son números. Recuerda que sí se puede cosechar alimentos, ya sea por necesidad, o por simple entretenimiento. Hasta un próximo encuentro, amigos de la colmena.
Las imágenes utilizadas en la publicación fueron tomadas con mi móvil Xiaomi Redmi 8. Textos llevados al Inglés por Deepl Traslate.
ENGLISH VERSION (click here!)
The other day I was passing by a wheelbarrow driver. When I was riding my bike back from the city, I had gone to visit my sister to bring her some coffee that she had ordered for me. I usually visit her with great pleasure, because that way, besides seeing her, I get a little exercise on the bicycle, besides, it's not bad for me, because I take the opportunity to buy a few pounds of bread at the bakery.
And by chance, as I was telling you, I made a stop practically near my house, because I ran head-on into the sales stand of my local cart driver. This food stand, which like almost all of them, is strategically located on both sides of the roads, where potential buyers pass by. Well, it was well stocked, bananas, garlic strings, onions, tomatoes, and so on.
For friends visiting the blog for the first time, who are not natives of this alligator-shaped archipelago that we Cubans inhabit, it is valid to clarify first of all what a wheelbarrow operator is. The carretillero is a companion who is dedicated to buying from the producer, in this case the farmer who works on the land, part of his inputs to sell at his sales stand. Although it may even be the case that the same wheelbarrow operator is the producer of his vegetables or whatever he has for sale in his stand, although it is the minority.
As to why they call him "carretilleros", it would be necessary to play with the fact that many of them go out with their carts, most of them movable, all over the neighborhoods looking for buyers for their products. However, most of them, as they have their strategic point already created, due to the possibility of a population that frequently buys from them, they do not move much from the place, unless the sun bothers them, and then anyone can go out walking.
While I was looking at the board of products for sale, which, as I mentioned before, was quite well stocked, I could hear the facial exclamations or laments that many consumers made when they saw how high the prices of the products mentioned there were. How vulnerable those prices made the fruit of their labor, their retirement pensions, pockets that do not get the much desired help from abroad with the money that rules in the current market, what our economy has become.
Far from lamenting about this eloquent information board, which were only numbers for me, quite apart from the fact that I am a retiree of this country, that one day I was a being who contributed to society always with my dedicated work. I left there with my head held high, with my four or six tomatoes for dinner, the ones I could buy at that moment. At least while it is giving little by little, the time to bear fruit this small personal harvest, which I am carrying in the garden that I have in front of the house.
Why complain about something that has a solution, the earth provides all the food we need, we just have to put a little love, the extra to things. This little piece of land was previously prepared, nothing was given to us, just like that, it takes a soil preparation to offer the best possible fertility to what we are going to plant. With the help of my son, we went to a nearby garbage dump, where they had dumped horse manure. With a wheelbarrow we collected several sacks of this natural fertilizer, to strengthen the garden in nutrients, as it was already taking its little work.
Perhaps many at that time, when we were on the side of the road collecting manure in that dump, thought we were crazy, especially the younger ones. Although there was no lack of those who passed by saying: "good manure... gentlemen", something that encouraged me to collect more and more. Here is the result of what so far is being this small plantation of tomatoes, beans, lettuce, and whatever I am allowed to plant in this piece of fertilized land.
Generally, almost all of us can do tasks like these, since there are productive lands to choose from; however, either we don't want to make the effort, or we don't do it for fear of the opportunist who is waiting for the harvest to come, to take some of them. But if we all think like this, every day there will be more wheelers with blackboards full of numbers, which are only numbers. Remember that it is possible to harvest food, either out of necessity or for simple entertainment. Until we meet again, friends of the hive.
The images used in the publication were taken with my Xiaomi Redmi 8 cell phone. Texts translated into English by Deepl Translate.
Así mismo es amigo no hay necesidad de pagar precios tan exagerados si es posible cosechar en cualquier pedazo de tierra que se nos permita, muy buen post un fuerte abrazo 🫂
Agradecido por su lectura 😊 espero ayude para que otras personas cooperen con su autoconsumo de alimentos. Saludos 👋.
Así mismo amigo un saludo 🫂
Este post ojalá le sirva a muchos para animarse y sembrar su pedacito, mucha suerte y salud a todos los colmeneros.
Todos podemos plantar nuestros alimentos, si muchos hicieran algunas de estas tareas el mundo fuera un poquito mejor, más tolerable, sostenible.
Tienes mucha razón ☺️
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STOP
Así es, siempre se puede dedicar un poco de tiempo a la cosecha y más si es para nuestro propio consumo. Ojala tuviera un pedacito de tierra en mi balcón. Jiji feliz día para ti. Saluditos
Si que sería interesante eso de cosechar algo en el balcón 😂, gracias por llegarte por el blog.
Jajajaja