Subjetiva e irreal
Fuente
Caída vertical interminable sintiendo el vacío en el plexo, nauseas, mareos y mil pensamientos bombardean mis neuronas, mi cabeza.
No soy ni la milésima parte de un grano de arena en la vasta existencia que me rodea, me observa, así, natural, sin misterios ni agonías.
Me deja fluir en su natural discurrir sin importar si aguas tranquilas o rápidos furiosos, sonrisa, lágrima, cielo azul brillando siempre sobre mi cabeza, como puede bañarme la lluvia un día cualquiera.
Hilos invisibles mueven mi cordura o tal vez me están llevando al borde de la locura, árbol, ave, grabaste en cada uno de mis sentidos para no olvidar de dónde vengo y que morir no puedo.
Árbol de vida que vincula a mi clan, mis antepasados, honor, sabiduría, éxito, también lágrimas, caídas, escucho sus voces y me gritan, “ánclate en el aquí y el ahora”, recordándome que soy tronco de mi propia familia.
Ave fénix que siempre se alza de sus cenizas, resurge victorioso a pesar de sus desplomes, obsérvate, levántate, me dice, sécate los rocíos, alza la mirada, que guerrera te hice, para enfrentar a la noche.
Heme aquí, vagando en una nube, escuchándote, escuchándolos, muchas voces trastornan mis oídos, se enloquecen, al final, la verdad se manifiesta, solo creatura tuya soy.
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