¿Hasta qué punto podemos intentar controlar todo?
Si bien es cierto que existen muchos aspectos de nuestras vidas en los que debemos poseer un control, también es cierto que es recomendables no excederse para no terminar siendo una persona controladora, lo malo de ser una persona controladora, es que sin darnos cuenta terminamos en un círculo vicioso en el que siempre sin importar razones vamos a querer mantener el control o autoridad de todo al precio que sea.
La adicción a tener el control de todo, radica en el hecho de que una vez que se nos permite tomar el control de todo, vemos que podemos tomar decisiones trascendentales, incluso en donde dichas decisiones son tomadas arbitrariamente sin importar las decisiones de los demás. Lo importante del caso es identificar estos focos de deseo de control a tiempo, ya que una fácil y temprana identificación hara que no terminemos adoptando esa personalidad que resulta hostil para el ambiente social entre nuestros familiares y seres queridos.
Son muchos los casos que he tenido la mala dicha de lidiar, a la final una vez que alcanzan el nivel de creerse con el poder de controlar todo, surge un nivel superior en donde se afianza en ellos el complejo de superioridad absoluta, es decir debido a su ego de controlar todo, se terminan creyendo superior a todas las personas de su entorno.
Todo esto me hace reflexionar sobre el hecho,de que es importante tener autoridad y control sobre muchos aspectos de nuestra vida, pero todo con prudencia y límites considerables, ya que sin darnos cuenta podemos caer en el complejo de superioridad en el que incluso podemos terminar creyendo que somos super poderosos, con una influencia marcada por el egocentrismo, pero todo esto está anormal, ya que erróneamente nadie en esta vida debe creer que todo el tiempo tenemos la razón.
Debemos tener claro que dicho comportamiento o visión de personalidad no nos hace ser una mala persona, pero si terminamos teniendo una visión errada de la vida, ya que sobre todas las cosas hay que mantener la humildad y valor por tratar bien a nuestros semejantes sobre todas las cosas.