Tonight's reflection... 🌙✨ Between insomnia

It's funny how the night, with its apparent calm, becomes the perfect setting for internal battles. In the middle of this dawn, in my room illuminated by the dim light of the full moon and my lamp, thoughts flow like an untamable river that prevents me from resting. Here I am, between meditation and introspection, trying to understand my being, deciphering the complexities of my mind and the circumstances that I sometimes find hard to accept. Life is a puzzle of experiences, and each piece that fits together teaches us something new. Today, I stopped for a moment and took a selfie. In that image I smile, but behind the smile there is gratitude for life and the lessons it gives me. At the same time, there is a redefinition of the internal battles that sometimes seem endless. That selfie is a reflection of who looks towards the light, even when darkness seems to envelop everything. On this night full of thoughts, I review the good and the bad, the moments that have made me grow and the difficulties that have challenged me. I reflect on the people around me, those I usually listen to and support as best I can. Sometimes, I would like to solve everyone's problems, but I am also learning that it is not always in my hands. And, among these reflections, another topic arises: my relationship with myself. My insecurities, my perception of my body, my duality between the positive and the negative... all of this mixes in a back and forth of emotions. But tonight, as the clock continues to tick, I repeat something essential to myself: I must not be so hard on myself. I have learned that, above all, I must trust myself, take care of myself and value myself as the unique being that I am. The full moon is still there, witnessing my thoughts. Perhaps, after writing these words, I will be able to find enough calm to rest. For now, I am grateful for this moment of connection with myself, because even in sleeplessness, there is an opportunity to grow.

Es curioso cómo la noche, con su calma aparente, se convierte en el escenario perfecto para las batallas internas. En medio de esta madrugada, en mi habitación iluminada por la tenue luz de la luna llena y de mi lámpara, los pensamientos fluyen como un río indomable que me impide descansar. Aquí estoy, entre la meditación y la introspección, intentando comprender mi ser, descifrando las complejidades de mi mente y las circunstancias que a veces me cuesta aceptar. La vida es un rompecabezas de experiencias, y cada pieza que encaja nos enseña algo nuevo. Hoy, me detuve un momento, me tomé una selfie. En esa imagen sonrío, pero detrás de la sonrisa hay gratitud por la vida y las lecciones que me regala. A la vez, hay una resignificación de las batallas internas que a veces parecen interminables. Esa selfie es un reflejo de quien observa hacia la luz, incluso cuando la oscuridad parece envolverlo todo. En esta noche llena de pensamientos, repaso lo bueno y lo malo, los momentos que me han hecho crecer y las dificultades que me han retado. Reflexiono sobre las personas que me rodean, esas a las que suelo escuchar y apoyar como puedo. A veces, quisiera solucionar los problemas de todos, pero también estoy aprendiendo que no siempre está en mis manos. Y, entre estas reflexiones, surge otro tema que es mi relación conmigo misma. Mis inseguridades, mi percepción de mi cuerpo, mi dualidad entre lo positivo y lo negativo… todo esto se mezcla en un vaivén de emociones. Pero esta noche, mientras el reloj sigue avanzando, me repito algo esencial: no debo ser tan dura conmigo misma. He aprendido que, antes que nada, debo confiar en mí, cuidarme y valorarme como el ser único que soy. La luna llena sigue ahí, siendo testigo de mis pensamientos. Quizás, después de escribir estas palabras, logre encontrar la calma suficiente para descansar. Por ahora, agradezco este momento de conexión conmigo misma, porque incluso en el desvelo, hay una oportunidad para crecer.

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