Gratitude | Ladies of Hive Community Contest #64

iento que comenzar el año sintiendo agradecimiento es un movimiento espiritual muy poderoso. Abre un mundo infinito de posibilidades el mirar desde el agradecimiento a todo lo que tenemos a nuestro alrededor.

Mi amiga @maryed me invitó a participar ésta semana en la iniciativa de Ladies of Hive y, como añadidura para éste tema, estoy muy agradecida por su invitación.

Así que hoy les hablaré sobre 3 cosas por las cuáles estoy muy agradecida y, de primera mano me gustaría invitar a mi hermana @joss236 a ser parte de la iniciativa de igual manera.

Cuando era adolescente recuerdo que era bastante común tener en casa nuestras típicas crisis familiares, en las que siempre me repetía que quería estar lejos de todos ellos y ganar mi espacio a nivel individual. Siento que todos hemos pasado por esa etapa.

Pero conforme vas creciendo y vas adquiriendo experiencia y madurez, las cosas van cambiando de forma notoria. Terminaron por convertirse en una fuerte guía para poder seguir adelante en cualquier camino que emprendiese, aprendí a perdonarlos no sólo a ellos sino a mí misma.

Cuando me independicé verdaderamente de ellos pude entender muchísimas cosas que sucedieron en el pasado. La distancia también jugó un papel importante para poder sanar la relación con cada uno de los miembros de mi familia y, eso me hizo comprender lo agradecida que estaba de tenerlos. No se trataba de tener a la la familia perfecta y soñar con ella; se trataba de comprender la humanidad de cada uno de ellos y apoyarlos en sus momentos difíciles.

Un mensaje, un abrazo y una visita de ellos significaba para mí un mundo completo de emociones positivas y llenas de amor. Y aunque actualmente muchos estamos lejos por motivos de la migración, cada día que pasa estoy más agradecida por tenerlos en mi vida.

Creo que ambos van tomados de la mano en éste tema. Estoy agradecida por mi salud física, porque logré superar el Covid de la mejor manera en su momento y, aunque actualmente sigo teniendo parosmia, mi cuerpo me indica que todo se encuentra bien tanto dentro como fuera de el.

Pero de lo que más estoy agradecida en éste tema es con respecto a mi salud física. Sí, no te voy a negar que muchas veces hay situaciones que me sobrepasan en sobremanera y, la ansiedad y yo aún no hemos hecho las pases de la mejor manera. Pero desde hace un año hasta la actualidad he conseguido mejorar significativamente en cuanto a salud mental se trata.

Puedo decirte con certeza que ya no es difícil subir al ático de mi cabeza a dar una pequeña vuelta. Hay procesos que indudablemente fueron fuertes y dolorosos, pero siento en lo más profundo que todos y cada uno de ellos han construido en mí una fuerza y resiliencia de la cuál ciertamente estoy muy orgullosa.

El que yo esté bien me permite estar bien con los demás.

Pensar en el futuro era lo único que podía mantenerme motivada en un punto de mi vida, aprendí a vivir en automático sin darme cuenta de absolutamente nada a mi alrededor. Podía pasar un año entero sin darme cuenta y realmente no me importaba porque estaba enfocada en el futuro.

A raíz de la situación sanitaria a nivel mundial me tocó aprender a estar en el presente, principalmente porque había muchas cosas que sanar dentro de mí que no podía dejar o planificar para después, debían ser en ese momento. Jamás en mi vida había meditado, sin embargo lo hice y aprendí muchas cosas durante ese trayecto.

La vida aparte de ser efímera es incierta, no sabemos que va a suceder dentro de los próximos 30 minutos ni siquiera, porque no lo controlamos todo. Así que tuve que aprender con el paso del tiempo que no todo está bajo mi control y que debo aprender a esperar y respirar.

Eso se añade al alma de forma inherente y comienzas a disfrutar de cada momento de la vida, así ese momento implique el ser una situación no tan agradable para nosotros. Nada es infinito, ningún dolor es eterno y, el aprender a que todos los escenarios de nuestro día a día nos acompañan, nos enseñan y nos permiten crecer. Es parte de vivir el presente con plenitud.

Agradezco porque dejé de resistirme a vivir el presente y aprendí a vivirlo. Fluyo con cada una de las emociones y no pretendo juzgarme por ninguna de ellas, simplemente aprendo de ello. Cada espacio que está en el hoy fue trabajo de todo lo que hice ayer y, eso me da muchísimas más paz en cuanto a mi futuro, así que ya no me preocupo de vivir en el.