Thirty years seems like a long time, but for those of us who have doubled that time, you will probably agree with me that it is not so long, or rather that it passes quickly, thus confirming the famous theory of the relativity of time.

If we look at it from the historical conceptualization of humanity, the notion of time is further reduced, because collective-social changes require more time to transform their structures, the paradigms from which we think what we think and consequently, we act, as humanity, from common points.

For a while I was passionate about non-fantasy “Futurist” literature, where the authors are informed people, specialists in an area of knowledge and who bring their knowledge to a literary narrative that captures within a well-told story, which tells us about a credible future of humanity.

Books such as the Lugano Report by Susan George, philosopher and economist, warn us of the dangers facing capitalism in the 21st century, real threats such as drug trafficking or Chinese commercial expansion, which could shake the known world.

For his part, Malcolm Gladwell, sociologist and journalist, in his book “out of the box”, tells us the case of those people who have a special gift to capture the signs of change that are occurring in society and that in the near future will be the trends of social behavior.

Like them, we find ideas of a near future in Jorge Volpi's novel, Mentiras contagiosas and, in a less literary and more philosophical context, but equally of great value to project, we find Edgar Morin's Los siete saberes necesarios para la educación del futuro (The Seven Necessary Knowledge for the Education of the Future). For all my respect and admiration.

One of the aspects that lead me to admire these authors is their ability to read the signs of our times and to be able to project a future of real possibilities. This week's Memoir Monday, Memoir Monday #26 (9/2-9/8) - How do you think the world will be different in 30 years?, invites us to do a futuristic exercise, at the risk of falling into utopia, I share my vision.

I think that mankind is walking by leaps and bounds towards greater and better mental health, the development of the knowledge of the brain and its relevance in the integral wellbeing is evident, possibly it is not a “voluntary” path but as a consequence of an experience so full of uncertainty that we require strategies from which we can grab to “survive”.

Stress, anxiety, depression are part of human existence, however, the dimensions that it has today have made man, more frequently, seek alternatives to manage it. We know that many diseases are of psychosomatic origin, and neuroscience tells us about the possibilities of transforming behavior by working with our brain.

In addition, we have more freedom to express our emotions and manage them. The children of today, who will be the men and women of tomorrow, have real knowledge and possibilities to be healthier mentally, physically and spiritually. I hope that many will get on this boat.

One of the changes, which seems to me to be inevitable and also more out of collective necessity than individual conscience, is the environmental aspect. Cleaning up the planet is imperative, hence the incessant search for new forms of energy, minimizing ecological impacts, the implementation of concepts such as circulating production and self-sustainable economy are gaining space, not only in the business-governmental world, but from there they are creating individual awareness.

In principle “it should be” the other way around, the individual conscience (the base of the pyramid) generates the changes towards the top, however, it seems to me that, in this specific case, the formula has not given the positive results that could be expected through education, the family and other forces, so that the change in consumption patterns, forms of production and environmental awareness have emerged from other sources, and we are moving towards it.

Old problems such as hunger, poverty, access to health, drinking water and finally, all those that we put in the bag of social inequalities, I do not see changes, perhaps I am pessimistic in this sense, but I remember with great enthusiasm I received the United Nations document of 2015 and that presented some concrete objectives for global sustainable development in the next 15 years, more than half of the stipulated time has passed and the achievements, I will not say that they are minimal, but insufficient.

For example, in the health sector, technological advances have been immense so far this century, however, this technology is not for the majority because of the costs it represents; gender equality has had great achievements, but I can not help but think of the UN report that points out the increase in femicide worldwide; poverty, far from being eradicated, has become entrenched, possibly as a result of the fact that the goal of decent work for all was diluted, with the limitations and opportunities that technological innovations have brought.

What is certain is that in the midst of this panorama, what I continue to visualize is the strengthening of individual power, with each person creating his or her own opportunities from his or her own possibilities and circumstances.

En Español

Treinta años parece que fuese mucho tiempo, pero para quienes hemos duplicado ese tiempo, posiblemente coincidirá conmigo, que no es tanto o más bien que pasa rápido, confirmando con ello la famosa teoría de la relatividad del tiempo.

Si lo miramos desde la conceptualización histórica de la humanidad, la noción del tiempo se reduce más, pues los cambios colectivos-sociales requieren de un mayor tiempo para transformar sus estructuras, los paradigmas desde los cuales pensamos lo que pensamos y en consecuencia, accionamos, como humanidad, desde puntos comunes.

Por un tiempo me apasioné con la literatura “Futurista” no fantástica, aquella en que sus autores son personas informadas, especialistas en un área de conocimiento y que llevan su saber a una narrativa literaria que atrapa dentro de una historia bien contada, que nos habla de un futuro de la humanidad creíble.

Libros como Informe Lugano de Susan George, filósofa y economista que nos alerta del peligro que corre el capitalismo en el siglo XXI, son amenazas reales como el tráfico de drogas o la expansión comercial china, que pueden hacer tambalear el mundo conocido.

Por su parte, Malcolm Gladwell, sociólogo, periodista en su libro “fuera de serie”, nos expone el caso de esas personas que tienen un don especial para captar las señales de cambio que se van dando en la sociedad y que en un futuro cercano serán las tendencias del comportamiento social.

Así como ellos, encontramos ideas de un futuro cercano en la novela de Jorge Volpi, Mentiras contagiosas y, en un contexto menos literario y más filosófico, pero igualmente de gran valor para proyectar, se encuentra, Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, de Edgar Morin. Para todos mis respetos y admiración.

Uno de los aspectos que me llevan a la admiración de estos autores es su capacidad para leer las señales de nuestros tiempos y poder proyectar un futuro de posibilidades reales. El Memoir Monday de esta semana Memoir Monday #26 (9/2-9/8) - How do you think the world will be different in 30 years?, nos invita a hacer un ejercicio futurista, a riesgo de caer en la utopía, les comparto mi visión.

Pienso que el hombre camina a pasos agigantados hacia una mayor y mejor salud mental, el desarrollo del conocimiento del cerebro y su relevancia en el bienestar integral se hace patente, posiblemente no sea un camino “voluntario” sino como consecuencia de una vivencia tan llena de incertidumbre que requerimos de estrategias de las cuales podamos agarrarnos para “sobrevivir”.

El estrés, la ansiedad, la depresión son parte de la existencia humana, sin embargo, las dimensiones que tiene hoy en día han hecho que el hombre, con mayor frecuencia, busque alternativas para manejarlo. Sabemos que muchas enfermedades son de origen psicosomático y la neurociencia nos habla de las posibilidades de transformación de la conducta trabajando con nuestro cerebro.

Aunado a ello, tenemos más libertad para expresar las emociones y manejarla. Los niños de este presente, que serán los hombres y mujeres del mañana, cuentan con un conocimiento y unas posibilidades reales para ser más sanos mental, física y espiritualmente. Espero que muchos se monten en este barco.

Uno de los cambios, que me parece que es inevitable e igualmente más por necesidad colectiva que por consciencia individual, es el aspecto ambiental. Sanear el planeta es imperativo de allí que la búsqueda incesante de nuevas formas de energía, minimizar impactos ecológicos, la puesta en práctica de conceptos como producción circulante y economía autosustentable van ganando espacio, no solo en el mundo empresarial-gubernamental, sino que desde allí van creando la conciencia individual.

En principio “debería ser” al contrario, la consciencia individual (la base de la pirámide) genera los cambios hacia la cúspide, sin embargo, me parece que, en este caso específico, la formula no ha dado los resultados positivos que se pudieran esperar a través de la educación, la familia y otras fuerzas, por lo que el cambio en los patrones de consumo, las formas de producción y la conciencia ambiental han emergido de otras fuentes y caminamos hacia allá.

Problemas de vieja data como el hambre, la pobreza, el acceso a la salud, al agua potable y en fin, todas las que metemos en el saco de las desigualdades sociales, no vislumbro cambios, quizás resulte pesimista en este sentido, pero recuerdo con cuanta ilusión recibí el documento de las Naciones Unidas de 2015 y que presentaba unos objetivos concretos para el desarrollo sostenible mundial en los siguientes 15 años, ya ha transcurrido más de la mitad del tiempo estipulado y los alcances, no voy a decir que son mínimos, pero sí insuficientes.

Por ejemplo, en el reglón salud los avances tecnológicos han sido inmensos en lo que va de este siglo, sin embargo, esta tecnología no es para la mayoría por los costos que ella representa; la igualdad de géneros, ha tenido grandes logros, pero no puedo dejar de pensar en el informe de la ONU que señala el aumento del femicidio a nivel mundial; la pobreza, lejos de erradicarse se ha afianzado, posiblemente como consecuencia de que la meta de trabajo digno para todos se diluyó, con las limitaciones y oportunidades que han traído las innovaciones tecnológicas.

Lo cierto es que en medio de este panorama lo que sigo visualizando es el fortalecimiento del poder individual, cada quien desde sus posibilidades y circunstancias va creando sus oportunidades.