Diciembre es un mes lleno de rituales. La navidad es una época que invita a conectarnos con lo bello de la vida, compartir lo que tenemos y sobre todo a estar cerca de los nuestros porque, su máximo significado es la natividad, la unión familiar.

También es un mes que según la tradición y la simbología aportada es de cierre e inicios de ciclos por lo que invita a los balances, a la revisión de las metas que nos propusimos y los resultados que obtuvimos, cerrando, material o simbólicamente, aquello que ya no tiene significado para nosotros o que deseamos que ya no este en nuestras vida, para luego, trabajar en el nuevo ciclo que se abre ante nosotros, un nuevo año donde podemos darle continuidad renovada a nuestros proyecto o plantearnos algo completamente distinto.

Nuestra apreciada comunidad @holos-lotus nos invita a un nuevo concurso titulado Navidad y Armonía, para ello nos dan 10 ideas de temas que podemos trabajar o, participar, con tu propia idea, en todo caso, la intención es compartir estrategias que nos conduzcan al bienestar.

Me decidí por el tema “proyectar mis deseos” que en un sentido amplio abarca tanto la parte concreta de nuestras vida como lo espiritual y mental que hay en ella. Aquí comparto mi ritual de proyección.

Haciendo el balance

Lo primero que hago es escoger una fecha, después del 15 de diciembre, para sentarme a revisar como ha sido mi año. En línea general valoro las distintas áreas: amor, familia, amigos, trabajo, dinero, espiritualidad, salud y distracciones. En ese momento voy reconociendo y agradeciendo mis logros, abundancia y bendiciones. También valoro lo que me había planteado como metas y no logré: ¿Cómo me siento con respeto a eso, era importante para mí, me lo replanteo para el nuevo año o lo suelto?

Al hacer el balance voy teniendo claridad en lo que quiero proyectarme para el próximo año, aquí es oportuno comentar que si bien es cierto que dentro de las practicas diarias trabajo el “vivir el ahora” y el “dejar fluir” ello no significa bajar los hombros, descolgar los brazos y observar la vida como si fuese una película que corre ante mis ojos. Por el contrario, significa disfrutar lo que se hace, hacer lo que deseas, quieres y tengas que hacer, poniendo en ello toda mi pasión y atención, luego dejar fluir para que las cosas sucedan, la idea, en todo momento, es no vivir “forzando la valla”. Concluido el balance, dejo pasar unos días, mientras, voy madurando las ideas de lo que va a ser mi proyecto.

El proyecto

Hacer un proyecto con tus propósitos, objetivos, metas es un acto de fe, esperanza, confianza y amor hacia Dios, el universo y hacia uno mismo. Nadie sabe lo que vendrá pero, mientras ocurre, hagamos todo lo que está en nuestras manos para construir las circunstancias que permitan crear lo que deseamos.

Entonces, hago un proyecto “en serio”, esto es sentarme, agarrar papel y lápiz e ir plasmando mis metas para el nuevo año. Es la brújula que guía el camino hacia logros concretos. Para ello utilizo un formato sencillo.

Una vez que hago mi plan con objetivos bien definidos y concretos, defino estrategias para logarlo y encuentro mis motivadores, paso a hacer un mapa mental y con él me visualizo y proyecto.

Visualización y proyección

El mapa mental es una herramienta muy práctica para visualizar y proyectar. Aquí te dejo un link de donde puedes tomar algunas ideas para realizarlo. El mapa tiene la gran ventaja que con él puntualizamos los deseos transformados en objetivos y que al colocarlo en un sitio estratégico te permite observarlo con frecuencia para hacer los ejercicio de visualización y proyección.

Por lo general al verlo conectamos con lo que está allí, las imágenes de los deseos llegan e instantáneamente nos visualizamos en ellos, el momento es propicio para agradecer por los avances, para realizar afirmaciones conscientes y sentidas que nos motiven, por ejemplo me digo:

—¡Vas bien, amiga, cómo has avanzado—

—¡Ya, estas más cerca, sigue así!

—Vamos que tu si puedes! Es válida cualquier frase positiva que reconozca el logro o que nos impulse a seguir adelante.

La proyección es más detenida, requiero de un tiempo exclusivo para ello. Busco ese tiempo y me dispongo a realizarla. Lo primero que hago son las respiraciones conscientes hasta que llego a un estado de quietud, en ese momento tomo uno de sueños-objetivos, me veo y siento la alegría, el entusiasmo y la energía que me produce el logro, estoy allí, viviéndolo, es decir, proyectada en ese momento tan particular y especial.

Para el “Ritual del año nuevo”, con el mapa listo, visualizo y me proyecto en su totalidad: en un año lleno de alegría, abundancia, bendiciones, salud y metas alcanzadas, con una mente abierta para dar y recibir, llena de profundo agradecimiento por lo que soy, lo que tengo y lo que está por llegar.

Este trabajo, aparte de hermoso, nos ayuda a enfocarnos en lo que queremos, a conectarnos con lo mejor, reforzando nuestras actitudes y energías positivas que se expanden llegando a otros, lo cual es una manera excelente de dar.

Gracias a la comunidad por tan nutritiva iniciativa y aprovecho la oportunidad para invitar a @irvinc @devania y @belkiza a compartir sus rituales de navidad y fin de año.

Feliz navidad para cada una de las personas que con nuestra labor construimos, esta acogedora colmena.

In English