Después de varias semanas ahondando en ese yo desde adentro, esta semana vamos a abrir el compás, miraremos como situaciones puntuales que, en principio, no tienen nada que ver con nosotros como puede ser una película, de pronto, frente a la pantalla, nos dejamos envolver en ese mundo ajeno que nos conmueve.

La pregunta de esta semana en la serie ¿quién soy?, nos propone que hablemos de nuestra película favorita, la palabra favorita me parece un poco superficial para hacer un trabajo interpretativo que nos lleve a profundizar en el autoconocimiento, por eso te invito a que no hablemos de favorita sino de significación.

Entonces, cuál es esa película que te movió, que encontraste en ella un significado tan profundo que aun con el paso del tiempo y si eres amante del cine, viendo tantas y tantas películas, no dudarás en identificar como la que dejó una marca que te llevo a comprender las situaciones desde otro punto de vista, o que abrió un compás de emociones que acrecentó positivamente tus cualidades o derrumbó algún prejuicio, en fin, esa que aportó algo significativo a tu vida. Te comento la mía.

Sin pensarlo, la película, con estas características que llega de inmediato a mi mente, es “Los Puentes de Madisón”. Estrenada en el año 1995, protagonizada por Meryl Streep (Francesca) y Clint Eastwood (Robert), Te pongo brevemente en contexto.

La película abre con Francesca a la cabeza de su hogar, atendiendo y resolviendo las necesidades de su esposo y los dos hijos adolescentes, ella la perfecta amada de casa escondida detrás de sus ropas de faena diaria. Viven en un pueblo agricultor: Madison, cuyo atractivo son unos puentes antiguos.

Estos puentes son el motivo por el que Robert, fotógrafo profesional, llega al pueblo. Ve a Francesca barriendo el frente de su casa, detiene la camioneta para preguntarle cuál es la vía para llegar a los puentes, ella trata de explicarle y en un impulso decide acompañarlo al lugar, pues ese fin de semana se encuentra sola en su casa, la familia está en una feria…, y pasó lo que “tenía que pasar”.

Te preguntarás ¿Eso es todo? Una película romántica como muchas, un caso de infidelidad sin mayores consecuencias aparte de las morales y la culpa que pueda generar, pero no se trata de eso, se trata del amor, de encontrar a esa persona que si sabes que está puedes ir con ella hasta el final de tus días y que si no está igual caminarás a su lado el resto del camino.

Robert le pide que se vaya con él, ella duda, no por el hombre que es su esposo y con quien lleva una vida sin vida, no es que haya maltrato o abandono aparente, es que la rutina se lo tragó todo, es una vida marital carente de afecto, su duda viene por dejar a los hijos.

Con Robert se sintió viva, con derecho a soñar y amar. Mientras Francesca se debatía, yo me debatía con ella, en la película no hay, quejas, recriminaciones, ni culpas, es un vacío existencial palpable. Y aunque Francesca no llora, yo, que no soy llorona, parecía un manare. Sentía tanto su dolor, impotencia, soledad que solo quería abrazarla, consolarla y hacerle sentir que no estaba sola. En ese tiempo no conocía la palabra sororidad, pero con Francesca y con una persona muy cercana esa solidaridad de hermandad entre mujeres hizo explosión en mí.

Durante años me venía a la mente Francesca y pensaba en los miles de mujeres que deciden su vida en función de los otros, en este caso los hijos, ¿está bien, está mal?, no lo sé y ni a Francesca ni a ninguna otra mujer le aconsejaría que se divorcie, creo que eso es algo que solo una puede saber si es o no, lo que quiere vivir.

Pero, quizás por mi experiencia de vida, siento cierta resistencia a dejar que la vida decida por mí y entonces llegan esos planteamientos “locos” de: ¿Y si el esposo se muere? Si sería válido que ella hiciera su vida con otra persona, echándole piernas con sus dos hijos y con lo que viniese: ¿Y si el tipo se enamora de otra y la abandona? Sería una situación similar a la anterior, tendría “el permiso” social, moral, individual de rehacer su viva como mejor le pareciese.

He visto la película como unas cuatro veces a lo largo de estos casi treinta años y el sentimiento siempre es el mismo, el sabor amargo que deja la tristeza profunda y la impotencia cuando no se cumplen las expectativas de tu vida. Lo que me lleva al planteamiento: ¿Quién soy? Sigo siendo la mujer impulsiva que cree en el amor y en su derecho a tener una vida feliz y plena.

Es tu turno ¿Cuál es esa película significativa que te ha llevado a mirarte más profundamente?

Recuerda

-Seguir las normas de publicación de la comunidad.
-Rebloguea, si es de tu gusto, para que más personas participen.
-Utiliza la etiqueta #consciencia.

In English

After several weeks delving into that self from within, this week we will open the compass, we will look at how specific situations that, in principle, have nothing to do with us, such as a movie, suddenly, in front of the screen, we let ourselves get involved in that alien world that moves us.

This week's question in the series Who am I? proposes that we talk about our favorite movie, the word favorite seems to me a bit superficial to do an interpretive work that leads us to deepen our self-knowledge, so I invite you not to talk about favorite but about significance.

So, what is that film that moved you, that you found in it such a deep meaning that even with the passage of time and if you are a film lover, watching so many films, you will not hesitate to identify it as the one that left a mark that led you to understand situations from another point of view, or that opened a compass of emotions that positively enhanced your qualities or overturned some prejudice, in short, the one that brought something significant to your life. Let me tell you about mine.

Without thinking about it, the film with these characteristics that immediately comes to my mind is “The Bridges of Madison”. Released in 1995, starring Meryl Streep (Francesca) and Clint Eastwood (Robert), I will briefly put you in context.

The film opens with Francesca at the head of her household, tending to and solving the needs of her husband and two teenage children, she the perfect housewife hidden behind her everyday work clothes. They live in a farming town: Madison, whose attraction are some old bridges.

These bridges are the reason Robert, a professional photographer, comes to town. He sees Francesca sweeping the front of her house, stops the truck to ask her which is the way to get to the bridges, she tries to explain and in an impulse decides to accompany him to the place, because that weekend she is alone at home, the family is at a fair..., and what “had to happen” happened.

You may ask yourself, is that all? A romantic movie like many others, a case of infidelity without major consequences for from the moral and guilt it may generate, but it is not about that, it is about love, about finding that person that if you know she is there you can go with her until the end of your days and that if she is not there you will still walk by her side the rest of the way.

Robert asks her to leave with him, she hesitates, not because of the man who is her husband and with whom she leads a lifeless life, it is not that there is mistreatment or apparent abandonment, it is that the routine swallowed everything, it is a marital life devoid of affection, her doubt comes from leaving the children.

With Robert she felt alive, with the right to dream and love. While Francesca struggled, I struggled with her, in the film there are no complaints, recriminations, nor blame, it is a palpable existential emptiness. And although Francesca does not cry, I, who am not a crybaby, looked like a manare. I felt so much her pain, helplessness, loneliness that I just wanted to hug her, comfort her and make her feel that she was not alone. At that time I did not know the word sorority, but with Francesca and with a very close person that solidarity of sisterhood among women exploded in me.

For years Francesca came to my mind and I thought of the thousands of women who decide their lives according to others, in this case their children, is it right, is it wrong, I do not know and neither Francesca nor any other woman I would advise her to get divorced, I think that is something that only one can know if it is or not, what she wants to live.

But, perhaps because of my life experience, I feel some resistance to let life decide for me and then come those “crazy” questions: What if the husband dies? If it would be valid for her to make her life with someone else, with her two children and whatever comes: What if the guy falls in love with someone else and leaves her? It would be a similar situation to the previous one, she would have the social, moral and individual “permission” to remake her life as she saw fit.

I have seen the movie about four times over the last thirty years and the feeling is always the same, the bitter taste of deep sadness and helplessness when your life's expectations are not fulfilled. Which brings me to the question: Who am I? I am still the impulsive woman who believes in love and in her right to have a happy and fulfilling life.

It's your turn What is that significant movie that has led you to look more deeply at yourself?

Remember

-Follow the community posting guidelines.
-Reblog, if it's to your liking, so more people can participate.
-Use the hashtag #consciousness.