El sábado pasado fui con mis amigas a un club cercano a mi casa, es un lugar encantador al que vamos con cierta frecuencia por su ambiente tranquilo, lleno de frondosos árboles y la pureza de su aire que lo hacen la perfecta Zona de Relax, de la cual hablaré en otro post. Hoy el tema va, por otro lado.

Llegué al club unos minutos antes de la hora pautada y mientras esperaba me acerque a ver la gran cartelera del grupo de taekwondo que se encuentra en uno de los pasillos de la estructura principal del lugar.

Allí me deleité viendo las fotos y recortes de prensa del grupo de niños, jóvenes y adultos que practica la disciplina. También los logros del maestro fundador de la Escuela, Guillermo Rodríguez, pensaba en lo lejos que ha llegado y lo recordaba cuando mis hijos fueron alumnos de la escuela. Para orgullo maracayero, hoy Guillermo es árbitro internacional de taekwondo y ha sido seleccionado recientemente como juez olímpico en las próximas Olimpiadas París 2024.

En mi recorrido visual por la cartelera, luego de ver las fotografías y reconocimientos, reparé en un pequeño cartel que se encuentra en la esquina inferior derecha de la cartelera.

El cartel nos muestra los cinco principios del taekwondo: Cortesía (Ye ui); Integridad (Yom chị), Perseverancia (In nae), Auto-control (JahJeh) y Espíritu Indomable (Baekjocí). Cinco principios para la vida sobre los cuales quiero escribir hoy, pero antes unos breves datos de este arte marcial.

El taekwondo es una disciplina-deporte de origen coreano que nace de la unión de otras dos disciplinas: el taekkyon y el karate. Es un arte marcial de combate y como tal, la patada es su principal arma que junto al puño definen la acción, de hecho su nombre es traducido como el “camino de la patada y el puño”.

Más allá de este fundamento de lucha, como toda disciplina deportiva, también tiene un fundamento filosófico donde mente-cuerpo-espíritu se integran y fortalecen para afrontar la vida. Conversemos sobre las que fundamentan el taekwondo.

La cortesía: Es un término que abarca un amplio contenido. Con la cortesía podemos expresar: el respeto, los buenos modales, la atención, la cordialidad, amabilidad y la delicadeza en el trato. Es un término que nos pone en relación con el otro estableciendo buenas relaciones interpersonales, con ella demostramos respeto, empatía, solidaridad.

Eso me lleva a pensar en lo contradictorio que puede resultar hablar de cortesía desde un pensamiento de combate, pero me parece que la enseñanza viene precisamente de allí, que aun en los momentos en que tenemos que “enfrentarnos al otro“, nuestra actitud debe ser comedida o mediada por el respeto, si nos ponemos a ver hasta para “pelear” debemos hacerlo de manera “limpia”, lo que nos lleva al segundo principio…

La integridad, entendida como honestidad, decencia y dignidad. Cuánto requerimos reforzar estos valores en el hogar y la escuela, digo estos dos espacios de interrelación porque, como sabemos, es en la edad temprana y a través del ejemplo que los niños van obteniendo los insumos para construir sus comportamientos y actitudes que desarrollaran en el futuro. Me parece que si practicásemos la dignidad con constancia, la humanidad iría por otros rumbos.

Esto nos lleva a la perseverancia, lo constante, lo asiduo, lo que estamos dispuestos a trabajar hasta en cansancio con tal de lograr lo que nos hemos propuesto, la perseverancia es lo que nos hace levantarnos todas las veces que sean necesarias teniendo en mente un propósito, sabiendo para donde vamos y sobre todo saber reconocer cuándo llegamos, por aquello del “descanso del guerrero” que indudablemente es necesario por nuestra salud integral.

Idea que nos enlaza con el siguiente principio, el auto-control. Entender la vida como una lucha no es una idea que me atraiga mucho, prefiero pensar en los términos de dualidad, todo lo existente tiene su contraparte: así como hay vida, hay muerte, hay trabajo duro y también descanso, hay alegría y también tristezas. Aquí entra el auto-control donde aceptamos que todo es posible y válido pero con medida.

Esto incluye desde aprender a manejar nuestras emociones hasta ser moderados en nuestras acciones. Requerimos del auto-control para equilibrarnos, para andar por la vida con el mayor nivel de armonía posible.

Según la cadeneta que vengo tejiendo corresponde aportar algo sobre el espíritu indomable y no hallo por donde agarrarlo, pues el término indomable me ubica en la rebeldía, en lo contestatario, en la fiera que llevamos dentro, en palabras más coloquiales en “el no dejarse…”, sin embargo, al unirla a lo espiritual me hace pensar en la libertad del espíritu, donde a través de este cuerpo etéreo podemos conectar con lo sublime y quizás sea el único espacio en el cual podemos vivenciar la libertad pura.

En un plano más terrenal también lo relaciono con la dignidad, siendo nuestro espíritu indomable, cuando la mantenemos firme ante nosotros mismos y los demás.

No he practicado ningún arte marcial, pero sus principios son valores para la vida que nos ayudan a crecer al arrojar luces para la reflexión y la acción.

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In English

Last Saturday I went with my friends to a club near my house, it is a charming place where we go quite often for its quiet atmosphere, full of lush trees and the purity of its air that make it the perfect Relax Zone, which I will talk about in another post. Today the topic goes, on the other hand.

I arrived at the club a few minutes before the scheduled time and while waiting I went to see the big billboard of the taekwondo group that is located in one of the corridors of the main structure of the place.

There I was delighted to see the photos and press clippings of the group of children, youth and adults who practice the discipline. Also the achievements of the founding teacher of the school, Guillermo Rodriguez, I thought about how far he has come and remembered him when my children were students of the school. To the pride of Maracay, today Guillermo is an international taekwondo referee and has recently been selected as an Olympic judge in the upcoming Paris 2024 Olympics.

In my visual tour of the billboard, after seeing the photographs and awards, I noticed a small poster in the lower right corner of the billboard.

The poster shows us the five principles of taekwondo: Courtesy (Ye ui); Integrity (Yom chị), Perseverance (In nae), Self-control (JahJeh) and Indomitable Spirit (Baekjocí). Five principles for life about which I want to write today, but first a few brief facts about this martial art.

Taekwondo is a discipline-sport of Korean origin born from the union of two other disciplines: taekkyon and karate. It is a martial art of combat and as such, the kick is its main weapon that together with the fist defines the action, in fact its name is translated as “the way of the kick and the fist”.

Beyond this fighting foundation, like any sport discipline, it also has a philosophical foundation where mind-body-spirit are integrated and strengthened to face life. Let's talk about what taekwondo is based on.

Courtesy: It is a term that covers a wide range of content. With courtesy we can express: respect, good manners, attention, cordiality, kindness and delicacy in treatment. It is a term that puts us in relation with the other establishing good interpersonal relationships, with it we show respect, empathy, solidarity.

This leads me to think about how contradictory it can be to talk about courtesy from a thought of combat, but it seems to me that the teaching comes precisely from there, that even in the moments when we have to “confront the other”, our attitude must be measured or mediated by respect, if we look even to “fight” we must do it in a “clean” way, which leads us to the second principle...

Integrity, understood as honesty, decency and dignity. How much we need to reinforce these values at home and at school, I say these two spaces of interrelation because, as we know, it is at an early age and through example that children get the inputs to build their behaviors and attitudes that they will develop in the future. It seems to me that if we practice dignity with constancy, humanity would go in other directions.

This leads us to perseverance, the constant, the assiduous, what we are willing to work until exhaustion in order to achieve what we have proposed, perseverance is what makes us get up as many times as necessary having in mind a purpose, knowing where we are going and above all knowing how to recognize when we arrive, because of the “warrior's rest” which is undoubtedly necessary for our overall health.

This idea links us to the next principle, self-control. To understand life as a struggle is not an idea that attracts me much, I prefer to think in terms of duality, everything that exists has its counterpart: just as there is life, there is death, there is hard work and also rest, there is joy and also sadness. This is where self-control comes in, where we accept that everything is possible and valid but with measure.

This includes from learning to manage our emotions to being moderate in our actions. We need self-control to balance ourselves, to walk through life with the highest level of harmony possible.

According to the chain that I have been weaving, it corresponds to contribute something about the indomitable spirit and I do not find where to grab it, because the term indomitable places me in the rebelliousness, in the contesting, in more colloquial words in “not letting yourself...”, however, when joining it to the spiritual it makes me think of the freedom of the spirit, where through this ethereal body we can connect with the sublime and perhaps it is the only space in which we can experience pure freedom.

On a more earthly level I also relate it to dignity, being our indomitable spirit, when we hold it firm before ourselves and others.

I have not practiced any martial art, but its principles are values for life that help us grow by shedding light for reflection and action.

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