Memoir Monday #28. Riding a bike [ENG-ESP]

Greetings, friends of Silver Blogger.

Memoir Monday #28 (9/16-9/22) - How did you learn to ride a bicycle?, invites us to talk about that experience of great significance to many, such as learning to ride a bicycle. Let me tell you about mine.

I would like to have a nice experience to tell you about my beginnings in this activity as rewarding as riding a bicycle, but as much as I try to find that memory I can't find it, my most distant memory is already riding a bicycle and enjoying doing it. So my post will be more focused on those beautiful experiences than on those distant beginnings.

I remember when we still lived in Caracas, and we were left at my grandmother's house, there was a boy from the neighborhood who liked to do pirouettes in front of us while we played on the sidewalk. I was about eight years old and in one of those moments of exhibition he asked me if I wanted to ride to drive for a while, I said yes, he lent it to me, and I was already driving.

After that who knows when I went back to riding, because in my family this sport was not practiced, I do not remember my cousins with bicycles and we neither as children nor as teenagers had bicycles.

It is only as an adult when I had my first son that I began to have interest in this activity, because on birthdays or Christmas one commonly seeks to give them such gifts, I remember the Christmas when I gave him his first bike and the pleasant moments I spent teaching him to ride, he liked it so much that once when he was about five years old I took him to a bike racing competition that was in the city, and he was so excited that he told me that he wanted to do that.

Without thinking twice, I enrolled him and made it his extracurricular sports activity, for such practices I needed to buy him a special bike that was of a specific size and an aluminum frame to make it lighter. While I was looking for the ideal bike I got excited and also bought one for myself, so we both went frequently to practice so that he could improve his ability and get skills, and it turned out to be perfect for both of us, because that sharing was full of love and joy.

With my daughter, the story was different, because her father, who likes this activity, from a very young age he dedicated himself to teach her, which for a long time became a frequent activity where the three of us shared very pleasant moments.

One of the most pleasant moments that I have with my two children riding a bicycle took place in Spain. My son had gone to live in that country, and my daughter and I went to visit him when he was two years old. He was living at that time in Tarragona, which is about an hour from Barcelona, and among the planned trips was to go twice to see something of that beautiful city.

On the second opportunity, he told me, let's go to specific places or bike part of the city. I loved the proposal to ride a bike with them around the city, we went to a rental place and we started.

I love this photograph, it captures a wonderful experience of much fraternal union, affection, infinite love, I bring it to my memory and it moves me deeply, I feel grateful for my children, kind, affectionate, attentive, complacent, capable of enjoying the moments that life presents us with great intensity.

As I like to say, the best relationships grow and strengthen by cultivating joint actions that satisfy individual and group expectations, they themselves create opportunities to make them come true.

It also gives pleasure and satisfaction that the seed you sowed continues to bear beautiful fruit, in this recent photo, my son, his family and my daughter signed up for a family bike competition, how happy I am to see them in it, I love them!

En Español

# Montar en bicicleta

Saludos, amigos de Silver Blogger.

El Memoir Monday #28 (9/16-9/22) - How did you learn to ride a bicycle?, nos invita a hablar de esa experiencia de gran significación para muchos, como es el aprender a manejar bicicleta. Les comento la mía.

Quisiera tener una experiencia bonita que contarles sobre mis inicios en esta actividad tan gratificante como lo es el montar bicicleta, pero por más que trato de encontrar ese recuerdo no lo hallo, mi recuerdo más lejano es ya manejando bicicleta y disfrutando de ese hacer. Así que mi post estará más centrado en esas hermosas vivencias que en esos lejanos inicios.

Recuerdo que cuando aún vivíamos en Caracas y nos dejaban en casa de mi abuela, había un muchacho del barrio que le gustaba hacer piruetas frente a nosotras mientras jugábamos en la acera. Tendría yo como ocho años y en uno de esos momentos de exhibición me preguntó si quería montarme para manejar un rato, le dije que sí, me la prestó y ya estaba manejando.

Después de eso quién sabe cuándo volví a montar, pues en mi familia este deporte no se practicaba, no recuerdo a mis primos con bicicletas y nosotras ni de niñas ni de adolescentes tuvimos bicicletas.

Es solo de adulta, cuando tuve a mi primer hijo, que comencé a tener interés en esta actividad, pues en los cumpleaños o Navidad uno comúnmente busca darles este tipo de regalos, recuerdo la Navidad en que le obsequié su primera bicicleta y los gratos momentos que pasé enseñándole a manejar, le gustó tanto que en una oportunidad teniendo como cinco años lo llevé a una competencia de bicicros que había en la ciudad y quedó tan entusiasmado que me dijo que él quería hacer eso.

Sin pensarlo dos veces, lo inscribí e hiciera de ello su actividad deportiva extraescolar, para dichas prácticas requería comprarle una bicicleta especial que fuese de una medida específica y un cuadro de aluminio para que fuese más liviana. Mientras buscaba la bici ideal me entusiasmé y también me compre una, así que los dos íbamos con frecuencia a practicar para que él mejorara su habilidad y agarrara destrezas, además que resultó ser perfecto para los dos, pues ese compartir estaba lleno de cariño y alegría.

Con mi hija, la historia fue diferente, pues su papá, que le gusta esta actividad, desde muy pequeña él se dedicó a enseñarla, lo que por mucho tiempo se convirtió en una actividad frecuente donde los tres compartimos momentos muy gratos.

Uno de los momentos más gratos que tengo con mis dos hijos manejando bicicleta se dio en España. Mi hijo, se había ido a vivir a ese país y mi hija y yo fuimos a visitarlo cuando ya tenía dos años allá. El vivía en ese momento en Tarragona, que queda como a una hora de Barcelona y entre los paseos planificados estaba ir dos veces a conocer algo de esa bella ciudad.

En la segunda oportunidad me dijo, vamos a sitios específicos o paseamos en bicicleta parte de la ciudad. La propuesta de andar en bici con ellos por la ciudad me encantó, fuimos a un lugar de alquiler y arrancamos.

Amo esta fotografía, ella recoge una experiencia maravillosa de mucha unión fraternal, cariño, amor infinito, lo traigo a mi memoria y me conmueve profundamente, me siento agradecida por mis hijos, amables, cariñosos, atentos, complacientes, capaces de disfrutar con gran intensidad, los momentos que nos presenta la vida

Como me gusta afirmar, las mejores relaciones crecen y se fortalecen cuando cultivamos acciones conjuntas que satisfagan las expectativas individuales y grupales, ellas por si misma van creando oportunidades para hacerlas realidad.

También da gusto y satisfacción que esa semilla que sembraste siga dando sus hermosos frutos, en esta foto reciente, mi hijo, su familia y mi hija anotados en una competencia familiar de bicicletas, ¡Qué felicidad me da verlos en eso, los amo!

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Fuente de imágenes: Archivo personal

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It nice to know you can ride a bicycle

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These are some great memories! Thanks for joining us again this week!

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