I believe that friendship is one of the most important relationships we can cultivate throughout our lives. With friends, we learn a lot about love, about respect for others, about living together.

I have had the joy of savoring the experience of great friends, people to whom I am united by a super special and distinctive affection, that which makes me want to be “attached” to that person and share mischief, secrets, complicity, the good and not so good moments, in short, those people you feel you love unconditionally.

Of these great friends I can say that I have had six, people who have been in my life for many long years, with two of them, the ties have been so strong that we narrowed them even more relating us with the figure of compadrazgo, and it is precisely these two great friends that I have lost and that definitely these losses have left a deep void in my life.

Today writing this post, I miss them, I have the intention to call them and know about their lives, although time has passed, it would not be difficult for me to find them, but what was broken between us cannot be rebuilt with a call, because at the time we did not know how to handle events in an assertive way so that the friendship would be unharmed. I will tell you about one of these experiences.

My friend Rafa, I met him as an adult, we had so many things in common that soon our friendship was consolidated. We belonged to a study and research group, usually, he and other friends stayed at our house every weekend, because they lived in Caracas, but the meetings were rotated in other nearby cities, being Maracay, the city where I live, the one that had more members in the Research Center. So, almost every weekend, a group stayed at the house.

The meetings would end around one in the morning, Rafa and I would stay talking until four or five in the morning, much of this time was dedicated to work on my master's thesis, to discuss in depth the fundamentals, the interpretation of life stories I was working with, however, little by little we became confidants and advisors, one of the other.

Time passed and our friendship grew. I remember that when my daughter was born, my husband suggested that we give one of the friends of the group as godfather, I told him: I love them all, but think of the one who is more consistent, that no matter what happens, he will be present in the child's life. We agreed that that person was Rafa. And so we became compadres.

One day the political changes in our country took place, and we were on opposite sides. In the group, the discussions progressively took a different direction, in my opinion, we were still working on social research, but everything revolved around politics. Rafa was more and more excluded and intellectually beaten, however, our friendship for several years remained impermeable.

He kept coming to the house with the same affection for us, my little girl loved these visits, she felt that her godfather was very close to her and as she grew up she was more aware of him.

But politics was leaving its mark that affected him strongly in his work, because being this in an autonomous university the power struggle remained hard. The last time he was at my house, we talked a lot about this, about how he felt and how those he thought were his friends were closing their doors to him.

When we said goodbye, with a big hug, we knew that there would be no more meetings, because he felt the need to separate himself from everything that clashed with his ideals and that affected him greatly from different angles, among them us.

In this way I lost a great friend, someone who continues to be very significant in my life, who I still love and respect as the first day, even in his absence.

En Español

Considero que la amistad es una de las relaciones más importantes que podemos cultivar a lo largo de la vida. Con los amigos aprendemos mucho del amor, del respeto al otro, de la convivencia.

He tenido la alegría de saborear la experiencia de los grandes amigos, personas a las que me une un cariño superespecial y distintivo, ese que hace querer estar “encompinchado” con esa persona y compartir travesuras, secretos, complicidades, los momentos buenos y los no tan buenos, en cortas palabras esas personas que sientes que amas incondicionalmente.

De estos grandes amigos puedo decir que he tenido seis, personas que han estado en mi vida por muchos largos años, con dos de ellos, los lazos han sido tan fuertes que los estrechamos aún más emparentándonos con la figura del compadrazgo, y precisamente son estos dos grandes amigos los que he perdido y que definitivamente dichas pérdidas han dejado un hondo vacío en mi vida.

Hoy escribiendo este post, los echo de menos, me salta la intención de llamarlos y saber de sus vidas, aunque el tiempo ha pasado, no me sería difícil encontrarlos, pero lo que se quebró entre nosotros no se reconstruye con una llamada, pues en su momento no supimos manejar eventos de una manera asertiva para que la amistad saliera ilesa. Les comento algo una de estas experiencias.

Mi amigo Rafa, lo conocí ya de adulta, teníamos tantas cosas en común que pronto nuestra amistad se consolidó. Pertenecíamos a un grupo de estudio y de investigación, por lo general, él junto a otros amigos se quedaban en nuestra casa todos los fines de semana, pues vivían en Caracas pero las reuniones eran rotativamente en otras ciudades cercanas, siendo Maracay, la ciudad donde vivo, la que más miembros tenía en Centro de Investigaciones. Así que, casi todos los fines de semana, se quedaban un grupo en la casa.

Las reuniones terminaban a eso de la una de la mañana, Rafa y yo nos quedábamos hablando hasta las cuatro o cinco de la madrugada, mucho de este tiempo lo dedicábamos a trabajar mi tesis de maestría, a discutir con profundidad los fundamentos, la interpretación de historias de vida con las que estaba trabajando, sin embargo, poco a poco nos convertimos en confidentes y consejeros, uno del otro.

El tiempo pasó y nuestra amistad creció. Recuerdo que cuando mi hija nació, mi esposo me propuso que le diéramos de padrino a uno de los amigos del grupo, yo le dije: los quiero a todos, pero piensa en el que sea más consecuente, que pase lo que pase esté presente en la vida de la niña. Estuvimos de acuerdo en que esa persona era Rafa. Y así nos convertimos en compadres.

Un buen día los cambios políticos de nuestro país se dieron y quedamos en bandos contrarios. En el grupo, las discusiones progresivamente fueron tomando un rumbo distinto, a mi modo de ver, seguíamos trabajando en la investigación social, pero todo giraba en torno a la política. Rafa cada vez era más excluido y golpeado intelectualmente, sin embargo, nuestra amistad por varios años se mantuvo impermeable.

Seguía viniendo a la casa con el mismo cariño hacia nosotros, a mi niña le encantaban estas visitas, sentía que su padrino estaba muy cerca de ella y a medida que crecía estaba más pendiente de él.

Pero la política fue dejando su huella que lo afectó fuertemente en su trabajo, pues siendo este en una universidad autónoma la lucha de poder se mantenía dura. La última vez que estuvo en mi casa hablamos mucho sobre esto, de cómo se sentía y de cómo los que creía que eran sus amigos le cerraban las puertas.

Cuando nos despedimos, con un fuerte abrazo, sabíamos que ya no habría más encuentros, pues él sentía la necesidad de separarse de todo lo que chocaba con sus ideales y que lo afectaba muchísimo desde distintos ángulos, entre ellos nosotros.

De esta manera perdí un gran amigo, alguien que sigue siendo muy significativo en mi vida, que lo sigo queriendo y respetando como el primer día, aun en la ausencia.