He estado procrastinando para escribir este post, inclusive había decidido dejarlo para mañana, porque hoy es domingo, pero una especie de fastidio mental, así lo llamo, no me dejaba quieta y tenía la pensadera previo post, que siempre me agarra y que no se quitará hasta que no salga del mismo.

Ese fastidio mental es realmente incómodo, ocurre cuando sabemos que debíamos hacer algo y lo ignoramos o postergamos con cualquier excusa, en ese período donde no actuamos, por lo menos no con lo que nos tocaba, el cerebro mantiene un estado de alerta y continuamente nos recuerda que no hicimos algo.

Cuando por olvido dejamos de hacer, no se presenta eso, pero si voluntariamente apartamos una obligación o deber para hacerla con apuro cuando ya es inminente su entrega, la situación se vuelve caótica. Creo que no existe alguien a quien esto no le haya pasado, sobre todo en la actuación como estudiantes o en el desempeño laboral, eso es tan traumático que queda grabado y aparece en el mal dormir, con sueños donde corremos a cumplir un desafío y hemos olvidado los zapatos, o no llevamos la ropa adecuada o perdemos los materiales necesarios para cumplir nuestro propósito.

La vida azarosa que muchos hemos llevado dónde hemos sorteado diferentes roles, tratando de ser exitosos en todos, hace ver el término procrastinador como una etiqueta odiosa. Quizá se note a leguas el deseo de justificar el fallo. Y es que es precisamente eso lo que hacemos cuando no pudimos cumplir con un compromiso.

Paradójicamente, luego de desperdiciar y ocupar el tiempo en otras tareas menos importantes, suele culparse a la falta del mismo como causante del no cumplimiento. Ahora se suman nuevos elementos que han vuelto procrastinadores pasivos a muchos, quienes no incumplen voluntariamente sino por causas realmente existentes: la pandemia, los problemas con la energía eléctrica, la deficiencia del servicio de internet, inundaciones por lluvia, entre otros.

Pretender ser un cumplidor, aún con las condiciones en contra, puede volverse un comportamiento obsesivo que afecta no solo a quien padece ese trastorno sino también a quienes dependen de ellos.

¿Estoy afirmando que es normal procrastinar? Sí y no. En un momento donde las condiciones atentan contra el buen desempeño de la vida normal es lógico pensar que se relajen algunas prácticas, pero entendiendo que existe una intencionalidad en el que deja de hacer por descuido o desinterés, quien sí desea cumplir buscará los medios para responder a tiempo, si los problemas se volvieran justificaciones para el no hacer, aumentaría la cantidad de personas procrastinadores, o aprovecharían de sumarse quienes prefieren postergar y pasarse su tiempo en actividades recreativas.

El malestar de quien deja de cumplir es la principal medida para que se extinga esa conducta. Obviamente, quien realiza coherentemente lo que le corresponde, recibe sobre su vida el efecto positivo de tener todo organizado, con la repercusión sobre su propia paz y su propia estima.

Muchas veces quien no procrastina en situaciones laborales o sociales, sí lo hace en su propia persona, evade consultas odontológicas, ginecológicas, descuida su apariencia personal u otras, por miedo o porque le resta importancia a los mismos.

Particularmente, suelo procrastinar cuando la actividad me es impuesta, no entiendo su finalidad o es algo que está fuera de mis gustos. Las que son ineludibles trato de crearles un entorno agradable, lo hacía cuando planchaba mi ropa y la de los míos, era algo que no me gustaba mucho, pero ponía música, y mientras oía, iba organizando y haciendo el oficio.

La sabiduría popular dice que quien madruga agarra agua clara pero también está la contrapartida «no por mucho madrugar se amanece más temprano».

Este post surgió luego de leer el resumen del programa que presentara mi amiga @damarysvibra, aquí.

English version

I have been procrastinating to write this post, I had even decided to leave it for tomorrow, because today is Sunday, but a kind of mental annoyance, that's what I call it, did not leave me still and I had the previous post thought that always grabs me and will not go away until you get out of it.

That mental annoyance is really uncomfortable, it happens when we know that we should do something and we ignore it or postpone it with any excuse, in that period where we do not act, at least not with what touched us, the brain maintains a state of alert and continuously we remember we didn't do something.

When we forget to do it, that does not happen, but if we voluntarily set aside an obligation or duty to do it in a hurry when its delivery is imminent, the situation becomes chaotic. I think there is no one to whom this has not happened, especially in acting as students or in work performance, that is so traumatic that it is recorded and appears in bad sleep, with dreams where we run to meet a challenge and we have We forget our shoes, or we don't wear the right clothes or we lose the necessary materials to fulfill our purpose.

The eventful life that many of us have led where we have drawn different roles, trying to be successful in all of them, makes the term procrastinator look like a hateful label. Perhaps the desire to justify the ruling is noticeable from miles away. And that is precisely what we do when we could not fulfill a commitment.

Paradoxically, after wasting and occupying time on other less important tasks, the lack of it is often blamed as the cause of non-compliance. Now new elements are added that have made many passive procrastinators, who do not voluntarily fail to comply but for really existing reasons: the pandemic, problems with electricity, poor internet service, floods due to rain, among others.

Pretending to be a compliant, even with the conditions against it, can become an obsessive behavior that affects not only those who suffer from this disorder but also those who depend on them.

Am I stating that it is normal to procrastinate? Yes and no. At a time when conditions threaten the good performance of normal life, it is logical to think that some practices will be relaxed, but understanding that there is an intention in which they stop doing it due to carelessness or disinterest, whoever wishes to comply will seek the means to respond. in time, if problems became justifications for not doing, the number of procrastinators would increase, or those who prefer to postpone and spend their time in recreational activities would join in.

The discomfort of those who fail to comply is the main measure to extinguish that behavior. Obviously, whoever consistently does what corresponds to him receives the positive effect of having everything organized on his life, with repercussions on his own peace and self-esteem.

Many times those who do not procrastinate in work or social situations, do so in their own person, avoid dental, gynecological consultations, neglect their personal appearance or others, out of fear or because they downplay them.

Particularly, I tend to procrastinate when the activity is imposed on me, I do not understand its purpose or it is something that is out of my tastes. Those that are unavoidable I try to create a pleasant environment for them, I did it when I ironed my clothes and mine, it was something that I did not like very much, but I put on music, and while I listened, I organized and did the job.

Popular wisdom says that those who get up early get clear water, but there is also the counterpart, «not for getting up very early, you wake up earlier».

This post arose after reading the summary of the program presented by my friend @damarysvibra, here.