Por una navidad sin pirotecnia/ESP-ENG

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Comprender el ser en toda su esencia, implica hacer análisis y reflexiones, que muchas veces nos dejan con muchas contradicciones y dudas, acerca de su suficiente juicio, y raciocinio para vivir en comunidad, haciendo el bien y en busca de su trascendencia.

Las personas pueden tener gustos extraños, que trastornan su propia naturaleza, acciones contradictorias, donde hay que poner leyes para frenarlas porque van en contra de la propia supervivencia. Algunos son muy particulares y excéntricos como el de una conocida que embarazada comía cartón mojado con detergente.

Pero me llama más la atención otros gustos, los socialmente asumidos, igualmente exagerados, con consecuencias lamentables, que mucha gente practica sin ningún reparo a sabiendas de que pueden salir perjudicados. El exceso de velocidad en carros o motos, por ejemplo, es algo que no entiendo, qué gusto pueden hallarles o esos piques fangueros, por ejemplo, pero hay algo que rebasa mi entendimiento y que muchisima gente disfruta y además les enseña a los niños, me refiero a la afición por la pirotecnia.

Días previos a la época decembrina se comienza a escuchar los detonantes en calles, plazas y cualquier espacio libre donde alguien le provoque que es apto para hacer uso de los fuegos artificiales. Nada más los nombres hablan del efecto destructivo que prometen: volcanes, fosforitos, mata suegra, tumba rancho, etc.

Esto no es nada nuevo y algunas reglamentaciones hay al respecto, pero llama la atención el gusto que esto genera, para que la gente los siga comprando. Hay incluso distribuidores ilegales que consiguen hacer negocio cada año con estos explosivos para amargura de algunos y felicidad de muchos.

No sé si te sorprenda, cuando trabajé en el liceo, desde la calle, muchachos sin oficio introducían por las ventanas de los salones, triqui traquis encendidos, esto generaba desorden, todos corríamos; fueron varias las ocasiones, donde alguien perdía su cuaderno, que resultaba quemado con estas acciones, cuando era lo menos grave, también había quemaduras en la ropa o piel de quien resultará alcanzado por este artefacto lanzado a ciegas.

Esto obligaba a las autoridades a suspender las actividades escolares antes de la fecha prevista. Era lo que buscaban estos inconscientes. Vi a muchachos en la calle, que se lanzaban explosivos, como parte de la guachafita que creaban. Una vez tuve un estudiante al cual le faltaban tres dedos de una mano, contaba que muy niño se metió debajo de la cama a sacar un cohete que alguien había prendido, ese accidente le dejó ese resultado.

El efecto de estos elementos es dañino para los oídos, ojos, vías respiratorias y por supuesto la piel. Cada año resulta alguien con graves quemaduras producto de un descuido. El 24 de diciembre, pero sobre todo el 31, observo muchos adultos encendiendo estos explosivos y enseñando a sus hijos a usarlos. Generalmente, me resguardo, no me gusta el sonido y sinceramente no le veo la gracia.

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Valorar la vida propia y la de los demás debiera ser un precepto bien aprendido por todos. Me resulta inaudito como la gente puede sentir alegría cuando escucha los estallidos, mientras más fuertes mejor, sin tener compasión por los más débiles: personas con alguna condición, ancianos, enfermos, y sobre todo los animales, que experimentan esos días sesiones de tortura de parte de los humanos.

Considero que vivir con bienestar es propiciar también el de los demás seres vivos que nos acompañan en este tránsito. Abogó por navidades sin pirotecnia. ¿Qué opinas al respecto?

Gracias por tu amable lectura.

Mi contenido es original.
He utilizado el traductor de Google.
Gifs de Peakd.

English Version

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Gif source: Peakd gif gallery

Understanding the being in all its essence, implies making analyses and reflections, which often leave us with many contradictions and doubts, about its sufficient judgment, and reasoning to live in community, doing good and in search of its transcendence.

People can have strange tastes, which upset their own nature, contradictory actions, where laws must be put in place to stop them because they go against their own survival. Some are very particular and eccentric like that of an acquaintance who, while pregnant, ate cardboard soaked in detergent.

But I am more struck by other tastes, those that are socially accepted, equally exaggerated, with regrettable consequences, that many people practice without any qualms knowing that they can be harmed. Speeding in cars or motorcycles, for example, is something that I do not understand, what pleasure can they find in it or those muddy races, for example, but there is something that goes beyond my understanding and that many people enjoy and also teach children, I am referring to the fondness for fireworks.

Days before the Christmas season, you start to hear the detonations in streets, squares and any free space where someone provokes you that is suitable for the use of fireworks. Just the names speak of the destructive effect they promise: volcanoes, matchsticks, mata suegra, tumba rancho, etc.

This is nothing new and there are some regulations regarding it, but the pleasure that this generates is striking, so that people continue buying them. There are even illegal distributors who manage to make a business every year with these explosives, to the bitterness of some and the happiness of many.

I don't know if it surprises you. When I worked in high school, from the street, unskilled kids would bring lit rockets through the classroom windows. This created chaos, and we all ran. There were several occasions when someone lost their notebook, which was burned by these actions. When it was the least serious, there were also burns on the clothes or skin of those who were hit by this blindly thrown device.

This forced the authorities to suspend school activities before the scheduled date. This was what these unconscious people were looking for. I saw kids in the street, who threw explosives at each other, as part of the mess they created. Once I had a student who was missing three fingers on one hand. He said that when he was very young he went under the bed to get a rocket that someone had lit. That accident left him with that result.

The effect of these elements is harmful to the ears, eyes, respiratory tract and of course the skin. Every year someone ends up with serious burns due to carelessness. On December 24th, but especially on the 31st, I see many adults lighting these explosives and teaching their children how to use them. I usually take cover, I don't like the sound and I honestly don't see the point.

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Gif source: Peakd gif gallery

Valuing one's own life and that of others should be a well-learned precept for everyone. I find it incredible how people can feel joy when they hear the explosions, the louder the better, without having compassion for the weakest: people with some condition, the elderly, the sick, and especially animals, who experience torture sessions at the hands of humans during those days.

I believe that living with well-being is also promoting the well-being of other living beings who accompany us in this transition. I advocate for Christmas without fireworks. What do you think about this?

Thank you for your kind reading.

My content is original.
I have used Google translator.
Gifs from Peakd.



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7 comments
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Hay mucha empatía en cada palabra. Se siente el aprecio a la vida y el bienestar de cada ser vivo. La crítica al uso de la pirotecnia es aplaudible. Yo considero que hay espacios en los que no debe usarse, pero eso depende de la decisión de todos. Es algo difícil de asimilar, pero depende de una posición colectiva.

Destaco, lo admirable del llamado de conciencia, a las Navidades pacíficas y a que se mantenga el respeto. El disfrute debe ser para todos y no para uno solo.

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Esa posición colectiva debiera asumirse para favorecer individualidades que nos vuelve más humanos y menos locos. El consenso bien entendido es un beneficio para hacer ciudadanía.

Gracias por tu comentario.

Saludos cordiales.

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Yo les tengo mucho miedo. Recuerdo cuando era docente, como cada enero, llegaban estudiantes con las manos lastimadas, la cara o cualquier parte del cuerpo. Algunos por usar la pirotecnia y otros porque simplemente estaban cerca. Lo difícil de entender , es por qué, la gente los sigue comprando, y lo que es peor, se los regalan a sus hijos pequeños. Abrazos Má.

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Allí está el meollo del asunto, como el adulto cree que eso es bueno y lo entrega a los niños. Hasta las estrellitas que se ven tan inocentes se vuelven peligrosas.

Dios te bendiga, hija.

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