Es preferible reír que llorar. ESP/ENG.

Reír es una salida, un mecanismo de defensa o una respuesta normal a las situaciones que se viven cada día. A veces surge la risa fácil, y otras, cuesta más, a veces veo chistes
deberían hacerme reír y no me producen gracia, generalmente porque no los entiendo y si pregunto se rien de mí, pero eso también es bueno, cuando está esa familiaridad y confianza.

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Otras veces me río de cualquier tontería, hasta lo que haga la gata me da risa, pero en todo esto, reír de uno mismo es lo mejor. La risa ofrece una descarga de emociones y aprovechamos para desestresarnos. Suelo reír después de que las cosas han ocurrido, en el momento pueden dejarme sin palabras, pero al pasar el tiempo, cuando voy a contar la anécdota, las risas no me dejan hablar, es que reír puede ser tan catártico, que pocas veces nos detenemos a analizarla.

Reír y llorar alternativamente es también otra reacción, que se vuelve hábito, tengo cantidad de situaciones en las que la risa se volvió colectiva, me refiero a mi grupo de familia, y quedó como un chiste, que no se cansan de traer al presente y cuentan: «cómo la ves que mi mamá confundió a la nieta con una licuadora» y es que sí a la licuadora le habían colocado un forro negro y yo ya tengo cinco grados de miopía, pero en ese momento mis lentes solo llegaban hasta dos. Yo le pedí a la niña que me diera agua y no se movía, y cuando le pregunté qué le pasaba, me aclararon y me dijeron que eso que veía a lo lejos era la licuadora. Se imaginarán las risas.

Me río recordando mientras sigo escribiendo, ese chiste quedó para la historia. Mi despiste habitual me ha llevado a más de una situación hilarante. Creo haber recordado la vez que casi me como al niño Jesús.

Mi nieta mayor es muy hábil para las manualidades, una navidad hicieron el pesebre de piedras, ella pintó cada piedra con ayuda de mi hija. Yo la recuerdo venir corriendo con algo pequeño y azul en las manos y me dice: «mira, abuela» y me la pone en la mano, de inmediato me la metí en la boca porque yo creía que era un caramelo. De inmediato por el sabor y la reacción de ella me la saqué de la boca. Las risas fueron muchas y el recuerdo quedó como el día que la abuela se comió al niño Jesús.

A veces me río conmigo en la calle cuando me doy cuenta de que me he vuelto a perder. Con quién más disfruto la risa es con los nietos, ahora que tienen un perro pequeño muy juguetón, los motivos de bochinche aumentan. Me gusta ser esa abuela que disfruta los momentos.

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Definitivamente el dicho de que es preferible reir que llorar tiene cada ves más vigencia. Darle la vuelta a las situaciones para que queden como motivos de alegría, una vez que se recuerden, es tener a la mano un caudal de alegría para seguir andando.

Gracias a una publicación de @emiliorios, se me avivó la inspiración para traer esta publicación que espero les guste.

Agradecida por tu amable lectura.

Mi contenido es original.
Imágenes propias.
He utilizado el traductor de Google.


English Version

Laughing is a way out, a defense mechanism or a normal response to the situations we experience every day. Sometimes laughter comes easily, and other times it is more difficult, sometimes I see jokes
They must make me laugh and I don't find it funny, generally because I don't understand them and if I ask they laugh at me, but that's also good, when there is that familiarity and trust.

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Other times I laugh at any nonsense, even what the cat does makes me laugh, but in all this, laughing at yourself is the best. Laughter offers a release of emotions and we take advantage of it to de-stress. I usually laugh after things have happened, in the moment they can leave me speechless, but as time goes by, when I go to tell the anecdote, the laughter does not let me speak, the thing is that laughing can be so cathartic, that we rarely find ourselves We stop to analyze it.

Laughing and crying alternately is also another reaction, which becomes a habit, I have many situations in which laughter became collective, I am referring to my family group, and it remained like a joke, which they never tire of bringing to the present and They say: "How can you see that my mother mistook her granddaughter for a blender" and yes, they had put a black lining on the blender and I already have five degrees of myopia, but at that time my glasses only went up to two. I asked the girl to give me water and she didn't move, and when she asked her what was wrong, they clarified and told me that what she saw in the distance was the blender. You can imagine the laughter.

I laugh remembering as I continue writing, that joke remained for history. My usual absent-mindedness has led me to more than one hilarious situation. I think I remembered the time I almost ate baby Jesus.

My oldest granddaughter is very skilled at crafts, one Christmas she made the manger of stones, she painted each stone with the help of my daughter. I remember her coming running with something small and blue in her hands and she told me: "Look, grandma" and she put it in my hand, I immediately put it in her mouth because I thought it was a candy. Immediately because of the taste and her reaction, I took it out of my mouth. There was a lot of laughter and the memory remained like the day the grandmother ate the baby Jesus.

Sometimes I laugh with myself on the street when I realize that she lost me again. The person I enjoy laughing with the most is the grandchildren. Now that they have a very playful small dog, the reasons for laughter increase. I like to be that grandmother who enjoys the moments.

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Definitely the saying that it is better to laugh than cry is becoming more and more valid. Turning situations around so that they remain reasons for joy, once they are remembered, is to have at hand a flow of joy to continue walking.

Thanks to a publication by @emiliorios, I was inspired to bring this publication that I hope you like.

Grateful for your kind reading.

My content is original.
Own images.
He used Google translate.



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Hola, @charjaim

Sí, tienes mucha razón. Reír es maravilloso para el alma. Incluso, de uno mismo. Recuerdo, la vez en que en la tienda de calzado de un lujoso centro comercial capitalino, choque estrepitosamente con una traslúcida pared de vidrío. Al ver, las caras de las dependientes intentando no reírse, con la sensación del ridículo, no tuve más opción que reírme y exclamar lo limpio de la pared, la cual había confundido con la puerta, para luego seguir sonriente como si nada pasara.

En todo caso, sí, hay tiempo de reír y de llorar, pero yo prefiero el primero, y como es una actitud, intento mantenerla en todo momento, en especial, en las situaciones adversas.

Gracias por traer tus vivencias con nosotros. Tendré cuidado en el futuro de no masticar sin verificar lo que me den mis nietos.

Saludos.

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Yo no habría podido aguantar la risa y después la pena, pero estás oportunidades no podemos perderlas,a menos que alguien salga lesionado, ahí no me daría risa.

Sí, hay que estar atentos con ellos, cuando son creativos y nos muestran algo, porque en mi caso siempre me traen alguna galleta y la confusión es posible.

Muchas gracias por comentar.

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Pues más me he reído yo con estas anécdotas.
Y recordando que, en el proceso por ir al oftalmólogo, en una tienda saludé cordialmente a un maniquí... Triste que había tanta gente pues todos se dieron cuenta del despiste.
Me han fascinado las fotografías @charjaim
Gracias.

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Me han sorprendido los maniquíes pero no he llegado a saludarlos, (risas), debe haber sido un momento único e inolvidable.

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¡Aún me río de mí mismo!
Y no es nada, una vez confundí, en la carretera que va de Coro a Punto Fijo, a un burro con un perro.
Ya no cometo muchos errores, uso lentes y los tengo por toda mi casa, pues me aburren y me los saco en todas partes, lo olvido y me pongo otros...
Hay que reirse de uno mismo, uno es tan especial...

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¿Un burro con un perro? Menos mal tienes lentes por todas partes. Por lo menos ellos no hablan, me he llevado varios chascos por confundir gente, empeñada en que la conocí antes y me ven con extrañeza. Lo que queda es reír, ayuda más a la salud también.

Saludos cordiales.

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Ibamos en el carro varias personas y en eso a lo lejos se ve un animal a la orilla de la carretera y dije: ¡Cuidado con el perro! Y era un burro, para mí era un perro.
Sí, problemas de visión.

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Hola, @charjaim que bueno es reír y más si es de uno mismo, pues me parece que cuando lo hacemos, si en la situación había algún resto de malestar con la risa, lo aceptamos y terminamos de pasar la página. En otras palabras, la risa es una gran sanadora.

Saludos y bendiciones.

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Sí, parece mentira, pero la risa le baja la magnitud a las situaciones, luego de reírnos ya no vemos tan grave el asunto. Saludos, Damarys.

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Cuando aprendemos a reír de nosotros nunca vamos a parar de reír, muchas situaciones que en su momento pensé que no saldría viva; ahora me hacen reír.

Un gran abrazote amiga @charjaim

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Y es gratis, Lis, cuántas vivencias que nos provocaron una reacción cualquiera ahora son motivos de risa, así es.

Saludos y abrazos.

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