Un día diferente y lleno de cultura.

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Un Sábado por la tarde en Chuao


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Chuao, es un pueblo muy trascendental, altamente rico en cultura e historia. Sus actividades económicas son muchas y una de las principales razones por las que es conocido es precisamente por su cacao, y así como está escrito en el mural detrás de mí, en Chuao se cosecha el mejor cacao del mundo. Este pueblo no tiene acceso directo de la ciudad, su único acceso es a través del mar, al igual que Cepe, la diferencia está en que Chuao está más cerca de Puerto Colombia, a unos 20 minutos de distancia en lancha. Este pueblo tiene mucha más diversidad que Cepe, y es debido a su población de casi 4.000 mil personas. Este fin de semana decidí pasarlo en Chuao, y respirar, de alguna forma un aire distinto y vaya que así fue, frente a esta empresa campesina de cacao se respira un aroma muy peculiar y es de ese rubro tan importante y por el cual Chuao es tan famoso. Recuerdo que en mis primeras visitas a Chuao al pasar frente a la casa del cacao se podía percibir un olor muy fuerte a fermentación de fruta y yo sin saber repudiaba del aroma, luego entendí, gracias a la explicación que me dieron las personas en Chuao y Cepe, que el cacao en su proceso de secado desprende ese aroma tan peculiar, y en mi mente estaba la idea de que si se trataba de cacao debía oler a chocolate, la realidad fue distinta, el cacao en su proceso de secado y tostado no huele para nada a Chocolate. Entonces compruebas que ese característico aroma del cacao nunca se va, el casco del pueblo de Chuao siempre huele a cacao. Solo cuando ya el cacao ha terminado su proceso de secado y tostado es que se procesa a hacer las panelas, es entonces allí que se puede sentir el olor a Chocolate y si te acercas a la empresa campesina de cacao incluso puedes sentir el calor que desprenden las máquinas derritiendo el chocolate.

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Muy alegremente me entusiasme en tomarme una fotografía frente a la fachada de la empresa campesina de cacao. Me gusta esa forma en la que todavía gran parte de Chuao se mantiene colonial, se puede notar incluso las puertas antiguas que aún residen en muchas obras. No tuve la oportunidad de entrar y ver la maquinaria que hace el chocolate artesanal tan característico de la zona. En Chuao todavía se respira un aire tradicional y bastante rígido, nadie olvida sus raíces y su historia, aún existen sitio que relatan una anécdota y una historia que marca la pauta en Chuao. Yo, personalmente solo decidí visitar, en esta oportunidad, lo que es más característico, y sin embargo siempre hay cosas hermosas y cargadas de historia que muchos pasan desapercibido.

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De 1 a 3 de la tarde el casco central del pueblo queda en absoluto reposo, solo su ambulatorio médico trabaja sin descanso, a las 4 de la tarde luego de que el sol baja, el pueblo vuelve a cobrar vida. Se escucha música dentro de las casas o muchas veces fuera de ellas. Yo me tomé el tiempo de caminar y buscar un foco bonito que me permitiera una fotografía que me gustara. Este fue el resultado, simplemente sentarme en medio de la calle y con algunas casas coloridas al fondo, esa curva al final de la calle fue otra cereza del pastel. A cada punto que mires Chuao tiene su encanto, su gente lo sabe, el tiempo habla por sí solo y los siglos de historia nos trasciende.

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Otro punto importante es la iglesia del pueblo, que por los momentos está en reparación, por eso su aspecto de obra gris, pero esta iglesia es uno de los sitios y construcciones más coloniales que tiene la localidad, incluso en Venezuela. Todo el suelo debajo de mi y a los alrededores es el famoso patio de secado, secado de cacao, y que también funciona como sitio de entretenimiento cuando la población realiza eventos, festivales y bailes culturales,como los famosos Diablos Danzantes, y baile a San Juan Bautista. Justamente ese día la iglesia abrió sus puertas ya casi al anochecer, con motivo a los preparativos para la celebración del día Corpus Cristi. Fuera de la iglesia se podía escuchar el coro de los niños de Chuao ensayando sus canciones y son estas cosas que me hacen sentir que vivo en una zona donde la cultura está en la vida de las personas todos los días, en muchos sitios los valores nacionales se han ido perdiendo con el paso del tiempo, y aunque Chuao ni Cepe son una excepción, en estas zonas al menos lo cultural y religioso tiene un gran peso y valor intangible.

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Y no podía faltar una foto de las últimas cruces de castigo que quedan en Chuao, estás últimas cruces datan de la fecha colonial y tenían como objetivo castigar a los esclavos afrodescendientes y aborígenes que vivían en la hacienda cacaotera de Don Juan de Liendo. Debo mencionar que es bien sabido que en aquellos tiempos los españoles criollos y de orilla buscaban la evangelización de negros e indios y en Chuao existía un castigo, o al menos es el que yo conozco, esto consistía en obligar a la víctima del castigo a abrazar la cruz y pedir perdón por sus pecados, mientras eran azotados. Estas cruces hace un tiempo estaban en mal estado y gracias a la participación de los estudiantes del bachillerato las cruces ahora tienen un color y vida que jamás habían tenido y que en sus tiempos no era un símbolo de refugio ni de paz, para aquellas personas que fueron esclavizadas estás cruces no representaron más que angustia y sufrimiento. Sin embargo, hoy en día las cruces nos recuerdan todo ese proceso de esclavitud y abolición de la misma, nos recuerdan nuestras raíces, quiénes fuimos y quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos, nos recuerda que somos Venezolanos y que somos cultura y tradición. Quienes se toman un tiempo y leen mis palabras, quizá seas venezolano como yo, y si no lo eres ahora ya conoces un fragmento de algo que nos identifica de algo que nos define y que con ayuda de la UNESCO somos patrimonio cultural.

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Y así es como finalicé mi tarde en Chuao, siendo testigo de un crepúsculo rojizo, con el sonido del suave oleaje, con la salinidad en cada toque de brisa, con el murmullo de las gaviotas y pelicanos buscando refugio contra el anochecer y con el sonido de los motores de las lanchas al unísono recordando que es más o menos a estas horas que los pescadores regresamos a tierra firme después de un día arduo que puede tener 2 desenlaces, haber sido bendecidos con una pesca exitosa o regresar a casa con las manos vacías, pero sea cual sea el final del día siempre habrá otro que depare fortuna.

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